“Con los oprimidos había que hacer causa común, para afianzar el sistema opuesto a los intereses y hábitos de mando de los opresores (…) El tigre espera, detrás de cada árbol, acurrucado en cada esquina. Morirá, con las zarpas al aire, echando llamas por los ojos”. (1), es una afirmación cuya vigencia cobra cada vez mayor fuerza al cimentarse en la memoria histórica de los pueblos de este otro lado del mundo y de sus convicciones patrióticas y de unidad.
A partir de esta afirmación visionaria desprendida del pensamiento de uno de los hombres más grandes de nuestra América, José Martí, al igual que de la posición y lucha contra el coloniaje y la explotación de otro también inmenso como Simón Bolívar, El Libertador, fue inaugurada en la capitalina Casa del Alba Cultural la exposición fotográfica y video titulada Lealtad infinita, en homenaje a las figuras de los comandantes Fidel Castro Ruz y Hugo Rafael Chávez Frías.
Imágenes diversas de camaradería y de afecto ilimitados confluyen en ambos soportes; momentos de auténtica valoración humana entre un padre y un hijo;entre los principios y consejos del padre, viejo político sagaz y del hijo atento y evocador de cada uno de los designios del otro.
Como bien plantease el embajador venezolano en Cuba, Alí Rodríguez, ante un numeroso auditorio reunido para la celebración: “La amistad representa uno de los más elevados sentimientos del ser humano; una forma elevada del amor más noble. Si algo simboliza ese amor de un padre a un hijo y de un hijo a un padre es la relación entre estos dos grandes hombres (…) Hay que trasladar el pensamiento de los dos a nuestros días”. Ese pensamiento martiano-bolivariano hecho realidad por vez primera entre Fidel y Chávez es lección y tributo final a la memoria histórica de ambos países y pueblos, cuando todavía la fuerza imperial continúa amenazante. Todos conocemos acerca de la devoción de Martí por Bolívar, al igual que aquella imagen de Martí cuando describe su visita a Venezuela (…) Ante la fuerza imperial aún amenazante sobre nuestras tierras, debemos mantenernos alertas. Estamos obligados con nuestros pueblos y con la memoria de Fidel y de Chávez a continuar la lucha”.
“La máquina del tiempo me dijo que los dos seríamos absueltos”, le diría al final del video Fidel a Chávez. Ciertamente. La fuerza inconmensurable de la verdad, la justicia y de la lealtad infinita de dos gigantes de nuestra América así lo ha corroborado.
(1) José Martí, Obras Completas. Ensayo Nuestra América. Tomo 6, pp.15-23
Fuente: CUBARTE
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