lunes, 23 de octubre de 2017

No puede ser


Víctor Casaus • 23 de octubre, 2017




…los ladrillos soviéticos que tienen el inconveniente de no dejarte pensar; ya que el partido lo hizo por ti y tú debes digerir. Como método, es lo más antimarxista (…) ya hemos hecho mucho, pero algún día tendremos también que pensar.

Che

No puede ser que la prensa
impresa, establecida, oficial, oficialista
–según la óptica o el gusto del que la califica–
siga siendo esa magra repetición de lugares
comunes y aburridos esa diaria o semanal oferta
para el silencioso empobrecimiento de la mente la acción o el espíritu

No puede ser que la realidad
–esa señora múltiple infinita diversa–
siga siendo reducida por la fuerza
(por la fuerza de la rutina la incapacidad o el oportuno silencio)
a ese paisaje sin elevaciones desgarramientos o preguntas
(no se debiera olvidar que aquel sueño nació en unas montañas
se logró a través de los estremecimientos de la guerra
y llegó a preguntarse después si el camino del socialismo real
era real verdadero o posible partiendo de las arbitrariedades
el egoismo o la cerrazón de casi todas las puertas)

No puede ser que una misma imagen fotográfica
acompañe la misma repetida noticia
en la primera página de los escasos diarios nacionales
y aún en la prensa subsidiaria en las provincias

No puede ser que se destierre se anatematice o se sospeche
de cualquier palabra que no sea la palabra que aconsejan los manuales
que sobreviven en las mentes estrechas y que quienes la pronuncien la difundan
la compartan la ofrezcan sean apartados mecánicamente del camino
(caballeros recuerden que el camino es de todos o por lo menos de muchos y de muchas)

No puede ser que la pantalla hogareña
–ventana al mundo posibilidad de entender si fuera posible 
el oscuro paisaje planetario o las sombras del modesto territorio que habitamos–
sea esa caricatura de síntesis mediante la cual un acontecimiento de primera magnitud
pierde su riqueza en la voz de algún comentarista pedagógico con esa cadencia
que se propone convertirnos en esos asalariados dóciles al pensamiento oficial
sobre los cuales nos advirtió aquel magnífico compañero en su momento

No es posible que el mismo narrador haga cada noche el mismo gesto
entone durante décadas la misma despedida cotidiana
válida hasta el inicio del aburrimiento de la noche siguiente

No puede ser

Pero es

Y mientras sea seguiremos añorando los fulgores las audacias las victorias
y los reveses que nos hicieron hace tiempo por suerte gentes

Gentes con aspiraciones de cambiar el mundo circundante
(el mundo pequeñito familiar isleño que nos rodea pero también
el ancho planetario mundo lleno de desigualdes injusticias y crudezas

Mientras sea
trataremos de seguir siguiendo

(Tomado de Segunda Cita)

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