miércoles, 31 de agosto de 2016

El debate equivocado

 Por: Harold Cárdenas Lema


Los últimos días han sido una vergüenza. Tanto hemos luchado por alcanzar espacios de pensamiento en el mundo físico y virtual que nos ayuden a construir un país mejor. Ahora que los vamos logrando, lo empleamos en rencillas y ajustes de cuentas ante un público que se polariza o divierte como en el Coliseo romano.


Si el mejor tema de conversación que tenemos los cubanos es la bandera que abraza un deportista o el derecho a publicar una opinión que de por sí es compartida por la mayoría, muy mal andamos. Podemos convertir las redes sociales, la blogosfera y los medios de prensa en una universidad colectiva donde se coincida y discrepe a fuerza de pensamiento. O podemos promover linchamientos mediáticos que no tardarán en llegar al mundo físico.


En lo personal me parece sana una esfera pública donde se discutan abiertamente asuntos de relevancia nacional, mucho mejor que dejarlo a desconocidos que lo hagan tras puertas cerradas. Pero el actual es el debate equivocado. Y lo que estamos viendo ahora es una radiografía de lo que vendrá en los próximos tiempos. Dicho esto, voy a dar mi opinión sobre varios de estos debates descarriados. De una sola vez y sin ganas de seguir en ello:


Tenemos el mismo derecho que cualquiera de irnos a vivir a otra parte y jurar lealtad a otra bandera. Lo que nos hace cubanos va más allá de las leyes y lo que nos hace buenas personas va más allá de las nacionalidades. Conozco compatriotas deleznables y extranjeros sublimes, y por supuesto que viceversa. Nadie deja de ser cubano al competir por otro país, siempre que se siga sintiendo así.


Ahora, cuando un cubano deja por el piso mi bandera y pide otra por encima de ella, el mambí que llevo por dentro se rebela. Y no diría que deja de ser de la isla pero ciertamente no lo es tanto como Mijaín López o cualquiera que bajo otra bandera, siga llevando la nuestra en el corazón.



karina marron
Karina Marrón es de las mejores periodistas de nuestra generación

Karina Marrón habló por muchos en el pleno de la UPEC que nos sentimos orgullosos al leerla. Nunca debieron ser secretas sus palabras porque están respaldadas por el sentido común, ese que todavía es impublicable en ningún periódico o noticiero. La contradicción era de raíz, empezaba por ahí y se extendió como un cáncer de efecto dominó.


No debemos seguir poniendo a nuestros profesionales en la disyuntiva de publicar o silenciar hechos de interés público por secretismos que hasta el presidente ha criticado.


Agradezco que hayan transcrito sus palabras porque sin ellas nunca hubiera comprobado cuán bien Karina representa a los revolucionarios de nuestra generación. Yo hubiera consultado con ella antes de publicarlas, no sé si la ética profesional lo exige o no, pero cuando se habla a camisa quitada a veces omitimos matices y esto puede ser usado por quienes están a la caza de cualquier desliz con potencial de escándalo.


El periodista que distribuyó la información en Holguín cometió ese error inicial de lanzarse aventuradamente a una acción que pronto escapó de su control. Y podemos suponerle mil defectos o virtudes pero no los sabemos así que debemos concentrarnos solo en hacer justicia. ¿La sanción impuesta sobre él es acorde al hecho? En realidad parece más ejemplarizante que justa y debería revisarse seriamente. Pero el mayor perdedor en este asunto es la Unión de Periodistas de Cuba.


Su imagen se ve enturbiada cuando en pleno proceso de reclamación de la medida, uno de sus principales funcionarios se expresa contra el periodista holguinero. Puede ser criticable el hecho de divulgar las palabras de Karina sin su consentimiento pero también son lamentables las palabras de Aixa Hevia, precisamente por su larga trayectoria profesional. La UPEC es una organización no gubernamental que tiene como primer objetivodefender a los periodistas en el ejercicio legal y ético de su profesión, así como su derecho de acceso a las fuentes“. Y ciertamente dio la impresión de que la UPEC se lanzó con entusiasmo a la expulsión.



ravsberg
Conocí a Ravsverg hace años, desde entonces hemos coincidido y discrepado juntos, pero siempre buscando lo primero y respetando lo segundo

Quizás esto ocurrió al calor de otro debate alrededor del periodista uruguayo Fernando Ravsberg. Lo conozco desde hace 5 años, lo he visitado en su casa y viceversa, lo he entrevistado y viceversa. Hemos discrepado tanto como un periodista extranjero y un militante de la juventud comunista cubana pueden hacerlo. Cuando veo la polémica alrededor de su persona y su trabajo, me parece también que es la discusión equivocada.


Desde que conocí a Fernando lo veo dar informaciones que deberían estar en nuestros periódicos y no las veo. Análisis que deberían salir en televisión con una mirada de izquierda y están ausentes. Iniciativas que deberían venir de nuestras organizaciones y nunca nacieron. Críticas que deberían ser nuestras para mejorarnos, y nunca llegan.


A diferencia de sus detractores no le pido un periodismo militante con nuestra causa porque esa es nuestra función, si no la hacemos bien es culpa nuestra, no suya. Le pido que sea responsable con sus lectores, que no se sume a sembrar el desaliento y la incertidumbre que generan otros medios, que sea profesional con sus colegas, incluso en momentos de tensión.


Si el tiempo que se emplea en criticar a otros se utilizara en mejorar la UPEC y terminar las mediaciones que aquejan a nuestra prensa, estaríamos mucho mejor.



iroel-sanchez
Se puede coincidir o discrepar con Iroel Sánchez pero marginarlo o silenciarlo sería injusto. Es callar la voz de un sector que él representa.

Para nadie es un secreto el debate que desde hace un tiempo viene teniendo lugar entre Iroel Sánchez y Fernando Ravsberg, desde sus respectivas plataformas. Que en ocasiones es productivo porque genera pensamiento y alternativas, en otras solo provoca ofensas y ataques personales. Iroel representa a un sector de Cuba que respeto y me recuerda a mis tíos, que quiero un montón pero discutimos cantidad, porque teniendo los mismos objetivos vemos caminos distintos. Quizás sea la diferencia generacional.


Ravsberg me parece un profesional que escribe lo que piensa con honestidad, no convertirá a nadie en algo que no sea ni mucho menos lo convertiremos a él. Como diría Diego en Fresa y Chocolate, este país sin Iroel y Ravsberg, quizás le faltaría un pedazo. Intentar deslegitimar a uno u otro resulta un intento vano e injusto, es atacar el mensajero cuando esto es un debate en el campo del pensamiento. Más que polemizar sobre proyectos o personas, discutamos sobre las ideas que cada uno propone.


Ojalá el efecto final de todo esto no sea botar el sofá una vez más. Con reuniones de la UPEC a puertas cerradas donde pidan juramento de sangre a los miembros de no comentar lo que ocurre en el recinto. Con una mayor polarización del debate en Internet centrado en las personas que lo sostienen y no en sus ideas concretas. Ojalá esta incipiente Internet cubana no siga tomando la costumbre de generar escaramuzas y crear grupos polarizados que se linchen unos a otros, sino que exista una noción de construcción común utilizando el pensamiento.


Todavía puede imponerse el sentido común y aplicarse una sanción menor al periodista holguinero, Aixa Hevia puede hacer buen periodismo sin que este episodio empañe su carrera profesional, Ravsberg puede seguir informando en su blog y los cubanos pueden ganar medallas que nos enorgullezcan sin importar la bandera que lleve al podio. Podemos dedicarle entonces el tiempo a discutir cuál será el país que viviremos y dejaremos a nuestros hijos. Porque reconozcámoslo, somos mejores que esto.


Para contactar al autor: haroldcardenaslema@gmail.com



martes, 30 de agosto de 2016

La austeridad, ¿una condena?

Por Luis Toledo Sande


La austeridad

 Cuán estimulante sería no tener que insistir en el tema, pero mucho de lo que se publica evidencia la necesidad de seguir esclareciendo conceptos que a menudo se distorsionan. Si solo fueran deslices formales, merecerían atención, porque el lenguaje es el soporte por excelencia del pensamiento. Pero a menudo son falsificaciones de fondo.



No cabe pasar por alto el mal empleo de humanitario como si fuera sinónimo de humano. Ese uso inunda mensajes emitidos hasta por medios de comunicación masiva relevantes y asociados a las mejores causas, como Telesur. Pero humanitario es lo que beneficia a la humanidad. Ni una desgracia natural ni una crisis económica son humanitarias, ni los genocidios desatados por el imperio y sus secuaces para saquear pueblos.

Ante despropósitos conceptuales de tal relieve se pudiera creer banal detenerse en el uso creciente —hasta por profesionales de la lengua— de dar al traste con como equivalente de favorecer, cuando es todo lo contrario. Los “pequeños descuidos” alimentan malos hábitos, incluso aberraciones, y con estas pueden medrar los poderosos medios de información (o desinformación) que sirven a los intereses de los opresores.

En otros textos el autor del presente artículo se ha referido al manejo avieso de conceptos como estado de bienestary estado de austeridad. Con el primero de ellos los poderosos se jactaban, como si fuera ciertamente un patrimonio democratizado en el capitalismo, del bienestar que nadie disfrutaba (ni disfruta) como ellos. De paso buscaban contrarrestar los ideales de equidad que llegaban de la URSS y el campo socialista europeo, entonces en pie.

Los poderosos no pierden sus ventajas ni en medio de las crisis del sistema que los representa. Ellas les propician enriquecerse aún más: las utilizan para menguar los salarios y la seguridad social, generar despidos masivos cada vez peor compensados y aun para que el erario público se desangre salvando a los bancos, con los que ellos mantienen atada a la ciudadanía por medio de hipotecas, hasta quitarles las casas a quienes no pueden pagarlas.

Al justificar esas prácticas como políticas necesarias —mientras los grandes fondos para guerras genocidas se mantienen o crecen— logran que la austeridad sea vista como una condena, y así se la imponen a países enteros. Grecia es apenas un ejemplo escandaloso. Las mayorías han llevado siempre modos austeros de vida, aunque a veces enmascarados con las “bondades” del consumismo, que también enriquece a los dueños del capital, cuyas posibles “pérdidas” no pasan de hacerlos un poco menos millonarios, si acaso.

La verdadera austeridad es una virtud que la especie humana necesita para que la salvación del planeta sea posible. Derroche y distribución injusta de lo que se produce son males generados por un sistema que prefiere incinerar productos o botar grandes cantidades de alimentos para que los precios no bajen. Con lo desperdiciado se pudiera al menos aliviar la pobreza y el hambre a millones de personas en el mundo, empezando por niñas y niños.

Demonizar la austeridad es nocivo para la especie humana en su conjunto, pero puede tener implicaciones particularmente dañinas contra los afanes de construir un sistema social basado en la búsqueda de la equidad. El sentido de una economía racional no terminan en el reino de la administración y de la ecología: apunta a requerimientos éticos sin los cuales la especie humana seguirá sin hallar los mejores caminos.

Cuando un pueblo como el cubano es llamado a la tarea, urgente, de alcanzar una economía sustentable y próspera, la convocatoria es justa, y debe consumarse. El deterioro material de la existencia genera desencantos y deformaciones conductuales que conspiran —en unas personas más que en otras, pero con efectos que se generalizan— contra el esfuerzo necesario para edificar el país vivible que la población necesita y merece.

Pero sería erróneo —lo ha señalado Darío Machado en ¿Qué entender por progreso? y La prosperidad en el punto de mira— rendir culto al consumismo y a la tecnología desligada del mejor servicio social. De ese modo se privilegian los valores materiales por encima de la espiritualidad y el sentido justiciero que dan base moral a la convocatoria citada y deben seguir dándosela a la nación en su afán socialista.

Como suele ocurrir con lo importante, ese es un asunto complicado. No puede pensarse al margen de la heterogeneidad característica de los seres humanos, ni ignorando los efectos del barraje propagandístico capitalista que llega por todas partes. No debe sorprender que encuentre eco, caldo de cultivo, en el reconocimiento de que el igualitarismo es inviable y conspira contra la equidad, porque ampara a quienes menos dispuestos están a esforzarse para mantener vivos los ideales justicieros y crear bienes que son necesarios.

Eso es tan cierto como que, si no se hace con todo el cuidado requerido, frenar el posible igualitarismo puede provocar que se desatiendan los reclamos de la justa igualdad. Tales reclamos no funcionan en una sociedad capitalista, pero son una brújula indispensable para lograr un socialismo que aún no ha triunfado en ningún sitio del mundo, y contra el cual no fallará quien suponga que conspira la mentalidad de los ricos, viejos o nuevos. En la misma Cuba ¿no los hay que alcanzan ya el rango de millonarios?

El socialismo, además de ser un proyecto político, económico y social, ni siquiera como afán estará seguro si no se asume como un hecho cultural en el más abarcador y profundo significado de esa expresión. Solo así la necesaria austeridad puede abrazarse plenamente como convicción, como un hecho natural, no como una desgracia que se acepta en espera de poder dar el salto hacia el enriquecimiento.

La cultura de la austeridad debe vivir en el ejemplo personal de cada quien. Así lo ha reclamado un dirigente revolucionario cuyos noventa años han propiciado ratificar no únicamente la admiración que merece. También han dado pie para insistir en la necesidad de que las nuevas hornadas de dirigentes y funcionarios encarnen la modestia, la decisión de echar su suerte con los pobres de la tierra, lo que significa vivir como estos y para estos. Así lo ejemplificó quien hizo de esa decisión la voluntad cardinal de su existencia.

Se habla de los dirigentes y funcionarios, por el nivel de su responsabilidad en la administración de recursos y en los esfuerzos para mantener vivo el espíritu revolucionario. Su misión los llama a ejercer la mejor influencia en el ámbito de sus prerrogativas, de sus tareas. Pero en ese ámbito, que se extiende por diferentes esferas y caminos de la sociedad, también les corresponde un sitio de especial peso a sus propias familias.

Nada de lo relacionado con su responsabilidad en el terreno ético puede someterse a la mecánica de lo impuesto: demanda convicción, que empieza por el ejemplo mismo que personifique en su entorno familiar, y el nivel de exigencia persuasiva que sea capaz de ejercer en ese ámbito. Cuanto mayor sea su investidura, así será también la importancia de de su afán por cultivar la conciencia necesaria para que su ejemplo prenda en sus familiares e irradie también desde ellos.

El desafío es serio. No siempre los hijos siguen el camino de sus padres, aunque estos se esmeren en lograrlo. Pero las posibilidades de que los hijos tomen un rumbo diferente pueden asociarse a formas de crianza tolerantes o cómplices de “pequeñas” desviaciones que terminan en la ruptura con los valores éticos que la familia revolucionaria debe cultivar. En la sociedad la familia es célula básica, y la educación ha de comenzar en ella.

Si a un pueblo se le piden sacrificios, se sentirá con derecho a exigir que quienes tienen la misión de dirigirlo, y en general también sus familias, mantengan un estilo de vida consecuente con los sacrificios reclamados. Las organizaciones políticas, empezando por el Partido, y las de masas, deben cumplir una función de primer orden en la exigencia necesaria para que un propósito de tan vital importancia se cumpla.

Siempre será preferible una actitud crítica y vigilante —que no significa cacería de brujas—, antes que la indiferencia frente a la opinión pública en ese tema. Si no se debe vivir atado a rumores y comentarios que pueden carecer de base, tampoco se ha de incurrir en la resignación ni ignorar que detrás de comentarios y rumores puede haber distintos grados de realidad indeseable, capaz de prosperar y sustentarse amparada en el mutismo. Una advertencia de más será menos peligrosa que el silencio excesivo, venga este del temor a represalias o de la indiferencia. Si lo propalado es falso, habrá manera de desmentirlo con la verdad de los hechos, no con criterios de autoridad ni dando la callada por respuesta, mecanismos que no sirven más que para fomentar dudas y sombras perniciosas.

Los retos aumentan en la medida en que la asepsia por aislamiento del mundo no es ni posible ni aconsejable. Y al país no solamente llega desde el exterior la propaganda que promueve modos capitalistas de vivir: esa que pinta un mundo en que parecería que todas las personas son millonarias, aunque las riquezas están en pocas manos. En Cuba coexisten diferentes formas y concepciones de vida, y nada resta veracidad al axioma de que, por norma, no se vive como se piensa, sino se piensa como se vive.

La presencia de empresarios capitalistas en el territorio nacional resultará necesaria en la búsqueda de recursos materiales y administrativos para la economía interna. Pero pone en evidencia desigualdades que pueden beneficiar incluso a las representaciones cubanas que participan en la dirección de negocios operados por dichos empresarios o con participación de estos. No por gusto alguna vez se promovió una instrucción que vetaba el desempeño de ciertos cargos empresariales por familiares de dirigentes de alto nivel.

Con formas de vida contrarias a la austeridad se vincula una lacra de efectos letales para los ideales socialistas: la corrupción, que se extiende como una epidemia. Es tal vez el mayor peligro del cual deba salvarse la Revolución Cubana, que —lo ha dicho su máximo guía—puede resultar menos vulnerable a la hostilidad enemiga que a las deformaciones internas. Los sucesos del campo socialista europeo y de la URSS son aleccionadores.

Añádase que el solo anuncio de la posible normalización de relaciones entre los Estados Unidos y Cuba va teniendo consecuencias visibles, aunque esa normalización, justa para el país que durante más de medio siglo ha sufrido un férreo bloqueo y agresiones armadas y otros actos terroristas, está muy lejos de poder considerarse lograda. Y mientras el imperio apuesta por apoyar el sector privado en Cuba, esta se torna escenario de moda para personas que pueden mostrar otras muchas cualidades, pero no el cultivo de la austeridad.

La imagen de su éxito individual trasmite un mensaje de apoyo al modo de vida capitalista. Y ese mensaje fáctico se une a las limitaciones internas —en las que, aunque no haya sido la única causa, ha tenido gran peso el bloqueo, que sigue en pie— y a la política migratoria implementada por el imperio para debilitar aún más a Cuba. Todo ello puede alimentar en pobladores del país, aunque la mayoría siga abrazando el afán socialista, la idea de que la forma de alcanzar la prosperidad es marcharse para la nación cuyos gobernantes llevan más de medio siglo intentando asfixiar al pueblo cubano para ponerlo contra su gobierno.

Para los fines imperialistas bastaría que, cansados de una larga resistencia, y sin percibir en el horizonte cercano la solución de los problemas que se sufren, cada vez más hijos e hijas de Cuba optaran por una salida harto costosa para ella: emigrar y privarla de los servicios para los cuales los ha formado profesionalmente con un sistema de educación que sigue siendo un ejemplo para el mundo, a pesar de las deficiencias concretas que pueda tener.

Ninguna sociedad es homogénea, y la cubana no es una excepción. El imperio sabe que la diversidad, que además de natural e inevitable puede ser sana en sí misma, abre brechas por donde minar la unidad nacional mayoritaria que ha salvado históricamente a Cuba como nación. Para hacer frente a las maniobras imperiales también se necesita una sólida y consciente cultura de la austeridad, junto con políticas y formas de funcionamiento y dirección social —prensa incluida— lo más inteligentes posible.

Aunque el imperio no existiese, o cambiara radicalmente su actitud hacia Cuba —lo que está por ver, y ciertamente no es una opción afín a su ideología—, la austeridad será indispensable como norma de vida: para ahorrar recursos y saber vivir modestamente, sin obnubilarse por las “maravillas” del derroche consumista y la ostentación. Defender la austeridad no significa rendirle culto a la miseria material, que se proyecta asimismo en el plano moral, y lo daña. Bien entendida y abrazada, la austeridad no es una condena, sino una cultura para el buen funcionamiento de la sociedad que el país necesita perfeccionar.

 




Por Luis Toledo Sande


Nació en Velasco, Holguín, en 1950. Licenciado en Estudios Cubanos y doctor en Ciencias Filológicas por la Universidad de La Habana. A lo largo de su trayectoria profesional se ha desempeñado como redactor-editor en la Editorial Arte y Literatura; investigador y sucesivamente subdirector y director del Centro de Estudios Martianos; profesor titular de la Universidad de Ciencias Pedagógicas Enrique José Varona, tarea compartida con la asesoría nacional, en la dirección del Ministerio de Educación, para la presencia del legado de José Martí en los planes de enseñanza del país; jefe de redacción y luego subdirector de la revista Casa de las Américas. Hacia finales de 2005 fue nombrado Consejero Cultural de la Embajada de Cuba en España, responsabilidad que concluyó satisfactoriamente en diciembre de 2009. De regreso al país, optó por ejercer el periodismo en la revista Bohemia.

Ha mantenido programas radiales semanales en CMBF y en Radio Habana Cuba. Ha participado como asesor en programas televisuales, y ha sido jurado en el Premio de la Crítica, el de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba y otros certámenes nacionales, y en el Premio Literario Casa de las Américas.

Ha impartido conferencias y participado en foros profesionales en su país y en otros de América (Argentina, Colombia, Costa Rica, Estados Unidos, México, Nicaragua, Puerto Rico, República Dominicana, Venezuela), Europa (Andorra, Checoslovaquia, España, Italia, Yugoslavia) y Asia (China, India).

A su obra pertenecen volúmenes de diferentes géneros: Precisa recordar, Flora cubana, Tres narradores agonizantes, Libro de Laura y Claudia, De raíz y memoria, Textículos (reúne Amorosos textículos e Infernales textículos), De Cuba en el mundo, Más que lenguaje, Detalles en el órgano. Cuerdas y claves en la Cuba de hoy(nacido de su colaboración en Cubarte) y varios acerca de José Martí. Entre estos últimos se hallan las colecciones de ensayos Ideología y práctica en José Martí, José Martí, con el remo de proa y Ensayos sencillos con José Martí, así como el estudio Aún algo más sobre ¿Martí masón? y la biografía Cesto de llamas, que recibió el Premio de la Crítica de Ciencias Sociales, cuenta con ocho ediciones en español dentro y fuera de Cuba y se ha publicado asimismo en inglés y en chino.

En Cuba y en otros países textos suyos de diversos géneros han aparecido en numerosos libros colectivos y publicaciones seriadas. Ha prologado, y seleccionado en varios casos, obras del español Luis Vélez de Guevara; el haitiano Anténor Firmin; los cubanos José Martí, Miguel de Carrión, Jesús Castellanos, Carlos Loveira, Jorge Mañach y otros. Preparó y prologó el primero de los dos tomos de la Valoración Múltiple sobre José Martí y el volumen Playa Girón. Victoria de pueblos.

Entre los reconocimientos que ha recibido se halla la Distinción Por la Cultura Nacional.

Tiene un blog, que llama artesa, con el acceso http://luistoledosande.wordpress.com.

jueves, 25 de agosto de 2016

Raúl Roa Kourí: Mi padre fue un gran intérprete del pensamiento de Fidel (+ Podcast)

Por: Rosa Miriam Elizalde, Ladyrene Pérez

Raúl Roa Kourí en la grabación de este podcast. Foto: Ladyrene Pérez/ Cubadebate




Bienvenidos a un nuevo podcast de Cubadebate a través de Spreaker. Grabamos desde el Estudio 1 de Radio Rebelde, hoy con un invitado especialísimo, Raúl Roa Kourí. Vamos a hablar de Viento sur, un libro que ya se presentó en la Feria Internacional de La Habana, este año, pero que va a tener un relanzamiento en el Instituto de Relaciones Internacionales (ISRI), en septiembre. Es una obra bastante sui generis, cuya edición príncipe es de 1953 y no ha vuelto a la imprenta hasta ahora, más de cincuenta años después.

Se trata un libro importantísimo para entender el contexto de la República y el pensamiento de su autor, y es, además, una obra deliciosa del padre de nuestro invitado. Hablaremos, por supuesto, de Raúl Roa García, el Canciller de la Dignidad, y uno de los intelectuales más más simpáticos y más sólidos del siglo xx cubano. Le damos la bienvenida a Raulito Roa a Cubadebate, pero antes de entrar en el contenido del libro, quisiera que me hablaras de la circunstancia en la que tu padre armó esta obra.

Raúl Roa Kourí: Cómo no. En primer lugar, Rosa Miriam, muchas gracias por invitarme al programa, y además, muchas gracias por eso de especial, no sé cuán especial será tu invitado, pero de todos modos, como tú dices, Viento sur es un libro sui generis.

Esta edición, que no reproduce exactamente la edición príncipe, sino una parte de aquella, pues, lamentablemente, por cuestiones económicas hubo que reducir una serie de capítulos; recoge el material que quedó y es realmente, representativa de la obra original.

El libro fue publicado en 1953, no recuerdo si fue un poco antes o un poco después, es decir, si estaba mi padre en Cuba todavía cuando salió la primera edición, de la Editorial Selecta, la misma que había publicado Bufa subversiva, su primer libro, en 1935. Más tarde, salió Quince años después, así titulado porque vio la luz tres lustros después deBufa subversiva, y Viento sur –cuya aparición no llegó a ser quince años más tarde del libro homónimo–, que recoge artículos de periódicos y revistas publicados por mi padre entre 1939 y 1953, principios del ’53.

Viento sur tiene ese título por una razón que mi padre explica muy bien y cito de memoria: “Sopla hoy en el mundo un viento sur, que es un viento estéril, caliginoso, hirsuto”, etcétera, lo define en su Introito, que para mí es un prólogo fabuloso. Recuerdo que Víctor Casaus me pidió que yo hiciera un prólogo para esta edición de Viento sur y le dije: “No hay más prólogo para Viento sur que el de mi padre”, es realmente insustituible.

Vale la pena leer esa entrada del libro, donde Roa dice: “Sopla hoy en el mundo el viento sur, es un viento estéril, hirsuto, caliginoso, exasperante y sucio, enajena el mar, monda el bosque, libera el lodo, empuerca el alma, angosta la risa, embota la mente, enerva el sensorio, degüella el canto, pega en la cara y embarra la boca de tierra parda, espesa y viscosa”.

Raúl Roa Kourí: En verdad tiene ritmo de poema, y además, un idioma, un lenguaje, que corresponde a literatura más que a la prosa política.

Sin embargo, ese viento sur que soplaba entonces, estamos hablando del año ‘53, es el mismo que sopla hoy, es el mismo, sólo que es peor, incluso hoy es peor el viento sur o el viento vira’o, como le llamaban nuestros guajiros “sibilinamente”, según Roa. Es el que existe hoy en el mundo, es decir, todo lo que estamos viendo: concentración del imperialismo, del hegemonismo mundial de los Estados Unidos, eso es algo que mi padre ve en aquella época, que denuncia, porque lo viene haciendo desde Bufa subversiva. Se trata de una continuidad del pensamiento político de Roa sobre la situación nacional, pero también internacional.

El libro se publica originalmente en 1953 y esta edición tiene cinco capítulos, uno de ellos dedicado al golpe del 10 de marzo de 1952, del dictador Fulgencio Batista. Roa analiza ese contexto con toda la frustración y la furia del momento. Está aquí la mirada de un revolucionario que carga una historia de luchas contra la tiranía machadista, profundamente antiimperialista.

Raúl Roa Kourí: Efectivamente. Hay una cosa que dice aquí, y lo cito: “La etapa que hoy vivimos es sin duda contrastada objetivamente mejor que la de ayer, mas es sólo eso, una etapa. Mientras esté en devenir, la Revolución de 1895 no se habrá coronado. Y como los tiempos son otros y el mundo ha entrado en nueva y decisiva fase de su historia, en la cual se entremezclan significativamente estertores y vagidos, habrá que culminar la Revolución de 1895 a la altura de la época y en apretado haz con los pueblos que Simón Bolívar liberó con su espada y José Martí fecundó con su verbo”. Fíjate que dice exactamente que hay que hacer lo que hemos hecho, la Revolución antiimperialista, socialista, que tuvo lugar en Cuba, pero además, la revolución que se ha venido gestando en América Latina por los pueblos, basada precisamente en el ideario de Simón Bolívar y de José Martí. Es algo que Roa no sólo prevé, sino afirma que eso es lo que se debe hacer.

Lenguaje culto y popular en una voz única


Este no es solo un libro de combate, sino una nueva evidencia de la prosa de Roa, que tiene un estilo único, con una capacidad inigualable para engarzar el lenguaje culto y el popular, al punto de jugar magistralmente con las palabras. Un artículo de este libro, “Criptograma”, es un jeroglífico que, sin embargo, todo cubano puede entender perfectamente. El cifrado deja ver una clara su intención de denuncia.

Raúl Roa Kourí: Todas las palabras pertenecen a la lengua española. Recuerdo cuando yo lo leí que había muchas palabras cuyo significado no sabía, mi padre me dijo: “Búscalas en el Diccionario de la Real Academia, están todas ahí”, y efectivamente, ahí están todas.

Difícilmente haya una burla más inteligente e incisiva contra el batistato, en juego cómplice con el lector.

Raúl Roa Kourí: Lo es, pero además, es una burla al censor: en aquella época la censura se aplicaba a toda la prensa cubana, y el viejo simplemente se burlaba del censor de El Mundo, que entre otras cosas era un ignaro, y no entendió absolutamente nada de lo que significaba “Criptograma.”

Esta capacidad de Roa de utilizar el lenguaje culto y el popular como ningún otro intelectual de su época, lo destaca Samuel Feijóo en un número de la Biblioteca Nacional al conmemorarse el centenario de Roa. Dice Feijóo que si las conversaciones entre ellos se hubieran grabado los filólogos estuvieran gozando con el tremendo cubañol que hablaban. ¿Cómo eran esas conversaciones?

Raúl Roa Kourí: Hay que empezar diciendo que Samuel Feijóo es otro personaje fabuloso de la literatura, de la vida cubana, un creador de imaginación extraordinaria, un hombre, además, que conocía profundamente los redaños de la vida cubana, del monte, del campo, de las montañas, y se conocía los dichos, los hechos de la vida en el Escambray y de los lugares cercanos adonde él vivió, que era en Santa Clara, pero además, conocía de los mitos, conocía de todos estos cuentos y relatos de las abuelas, de los negros viejos, y entonces utilizaba un vocabulario también muy prolífico, y se divertía con mi padre hablando de esos temas e inventando incluso palabras, porque los dos se dedicaron a acuñar palabras, pero con mucho sentido.

¿Por ejemplo?

Raúl Roa Kourí: Ahora no te puedo decir alguna en concreto, pero yo sí recuerdo que inventaban nombres para animales o nombres para otras cosas, o para personas, le decían a alguien un apodo, le inventaban un apodo a la gente.

Parece que era común en algunos de los compañeros de Roa. Carlos Rafael Rodríguez inventó la palabra “tarúpido”.

Raúl Roa Kourí: “Los tarúpidos”, decía mucho Carlos Rafael. Trabajé con Carlos y recuerdo que me decía: “Estamos rodeados de tarúpidos”, una mezcla de tarado con estúpido. Eso es de Carlos.

Larguirucho, flaco, intranquilo…


El Roa más conocido es el Canciller de la Dignidad, y así se llama habitualmente. No sólo por la dignidad con la que representó a su país, sino por esas batallas que libró frente al enemigo ideológico en la OEA y en las Naciones Unidas, con expresiones poco convencionales en la diplomacia e ingeniosísimas, en los momentos dramáticos de la invasión de Girón y durante la Crisis de Octubre. Pero ahí no termina Roa. Sabemos cómo él se describió: “Larguilucho, flaco, intranquilo, boquigrande, orejudo, ojillos soñadores con relumbres de ardilla, a veces melancólico, jocundo casi siempre, lenguaraz a toda hora, y más peludo que un hippie, aunque ya anti-hippie por naturaleza”. ¿Cómo era él exactamente?

Raúl Roa Kourí: Él era así como se describe, pero también hay una presentación que hace Pablo de la Torriente de mi padre en Bufa subversiva donde realmente dice lo mismo más o menos, porque Pablo lo caló muy bien, y era su íntimo amigo, y realmente lo define así y como un hombre desordenado, salvo en la creación de collages fotográficos…

Dice Pablo de la Torriente: “Y sobre todo Raúl Roa, enfermo desde mañana antes de declarar la huelga de hambre, convertido en una línea horizontal rodeada de pellejo y llena de un pelo tumultuoso en la cabeza, que demostró tener el espíritu más firme que pudiera imaginarse. Raúl Roa es un hombre”. Es una descripción más cercana al imaginario de Roa que la hecha por el propio Roa, ¿o no?

Raúl Roa Kourí: Es una definición cierta, pero la que hace mi padre de sí mismo también es una definición cierta. Él era un hombre largo, flaco, yo le veía feo, y un día incluso me acuerdo que le dije cuando era yo niño, a mi madre: “Mamá, ¿cómo es que tú, que eres una mujer tan bonita, te has casado con un hombre tan flaco y tan feo?”, y ella respondió: “Cuando yo conocí a tu padre él tenía una melena romántica muy linda, y además, era un hombre que hablaba muy bien, y lo sigue haciendo, y eso fue lo que me interesó, su inteligencia, no su aspecto”.

Por cierto, tus padres se conocieron muy jóvenes.


Ada Kourí y Raúl Roa.

Ada Kourí y Raúl Roa.




Raúl Roa Kourí: Mi madre tenía trece años, y mi padre estaba preso en El Príncipe con un grupo de compañeros del Ala Izquierda Estudiantil, entre ellos estaba Pablo también, por supuesto, y otros más. La hija de mi tío-abuelo, Jorge Roa, Olivita, era amiga de mi madre del colegio, aunque algo mayor que mi madre, y un día le propuso: “Vamos a ver a a mi primo Raulito, que está preso en El Príncipe”, y mamá fue con ella, y así fue como conoció a mi padre.

Mi padre, por supuesto, aunque en aquel momento tenía veintitrés años y mamá trece (era una niña de trece años bastante grande), se quedó muy impresionado con Ada Kourí, y como él conocía a Juan B. Kourí, dado que mi abuelo Kourí, era profesor de medicina, pero además el único miembro del claustro universitario que votó contra del otorgamiento del doctorado Honoris Causa a Gerardo Machado, al asno con garras, los jóvenes estudiantes rebeldes eran sus amigos y le admiraban.

Entonces, con el pretexto de oír al viejo Kourí, papá iba a su casa para ver furtivamente a Ada. Ese fue un romance que duró mucho años, porque ellos se casaron exactamente en 1935 después de la huelga de marzo. Mi padre había tenido que salir al exilio con Pablo de la Torriente y otros compañeros, y entonces desde Nueva York le pidió a mamá casarse, y a pesar de lo azaroso del asunto, convenció epistolarmente a todo el mundo de que debían casarse. Mis abuelos Roa estaban en contra, decían: “¿Cómo te vas a casar si tú todavía no tienes una vida hecha, cómo vas a mantener a Ada?”; respondió: “Trabajaremos, no importa”, y así, efectivamente, mamá se casó por poder y marchó a Estados Unidos al exilio, donde trabajó a destajo en una fábrica de ropa interior femenina, y mi padre trabajaba como camarero con Pablo, limpiaban platos y cosas así. Los dos eran dedicados; tanto es así que mi padre quedó después con la costumbre de ser él siempre el que lavaba los platos, después que mamá cocinaba, porque le gustaba, y además nunca aprendió, por supuesto (digo yo por supuesto no sé por qué, porque yo sí aprendí a cocinar,) él nunca aprendió a cocinar; y además, de la cárcel se quedó con la costumbre de lavar su ropa interior personalmente, siempre, y lo hizo dondequiera que estuvo.

Se casaron en 1935 y en 1936 naces tú. Estamos celebrando tus ochenta cumpleaños.

Raúl Roa Kourí: Ya los celebramos. El 9 de julio de este año arribé a la valetudinaria edad de ochenta años, pero de pie y p ‘alante.

No lo parece.

Raúl Roa Kourí: Bueno, pero los siento, los llevo.

Roa, el delicado




Raúl Roa y Pablo de la Torriente Brau (derecha).

Raúl Roa y Pablo de la Torriente Brau (derecha).




Ya que has invocado a Pablo, hay una foto donde están él y Roa juntos, a quien Fina García-Marruzle dedica un poema. Lo publicó en un ensayo que ella tituló “Roa, el delicado”. Es sorprendente, porque además subraya un rasgo que no parecería convenir exactamente con las descripciones de Raúl Roa que hemos citado aquí.

Raúl Roa Kourí: Cierto. Yo estaba presente el día que Fina lo leyó. Ese ensayo lo hizo Fina después de la muerte de mi padre y siendo rector Salvador Vilaseca del Instituto Superior de Relaciones Internacionales, que hoy lleva el nombre de   Raúl Roa García. Vilaseca organizó un coloquio al cual invitó a Cintio Vitier, Fina García-Marruz, José Antonio Portuondo, Julio Le Riverend y a Federico de Córdova, que recordaron a mi padre. Realmente, todos escribieron ensayos estupendos, recogidos después por el ISRI en un pequeño tomo.

Yo me quedé sorprendido de aquel título de Fina, “Roa, el delicado”, porque nadie podría pensar que Roa era delicado, pero lo era, era delicado en sus relaciones con los demás. Era delicado, por ejemplo, en sus relaciones con gente que había sufrido, que había tenido problemas, a los cuales había defendido además; esa delicadeza de Roa la vio Fina, y es la única que yo recuerde, que ha dicho eso de Roa “el delicado”. Uno puede decir de Roa cualquier otra cosa, pero no le viene a mentes que fuera Roa, el delicado, y sin embargo lo era. El ensayo de Fina es precioso, sí, es una maravilla.

Fina también habla de cómo usaba Roa las palabras, y subraya que tu padre utilizaba una especie de “lenguaje de caballería”. Por ejemplo, él no dice tropa sino huestes y añade Fina: “una luz no ilumina, sino destella. Sus nombres preferidos son heraldo, paladín, bastión, giróvago o girovagante, vigía. Los espinazos son erectos y los picachos fulgentes. Basta fijarnos en sus adjetivos, afilado, señero, cabal, prometeico, recoleto, fragoso, empinado, centellante”. ¡Qué capacidad de observación!

Raúl Roa Kourí: Sí, es fantástico. Quiero decirte que mi padre afirmó haber heredado su estilo de puño y letra de su abuelo Ramón Roa. Si lees la prosa de Ramón Roa, verás muchas palabras que recuerdan las de su nieto Raúl, y es que papá bebió mucho de la obra de su abuelo Ramón Roa, a quien admiró enormemente y sobre quien escribió un libro muy importante, Aventuras, venturas y desventuras de un mambí, un verdadero fresco de la guerra del ‘68 y de la Cuba de aquella época, del ‘68 al ‘78.

Nos presenta a los mambises como realmente debieron ser, una vecinería humildísima.

Raúl Roa Kourí: Así mismo. Bueno, eso de que los mambises andaban en andrajos es cierto, y además, después en el ‘95 también. Cuando yo estudié Historia de Cuba en primaria, hace ya millones de años, eso no se hablaba, no se hablaba de la situación que tenían los mambises, y cómo lucharon contra viento y marea en aquella Guerra de los Diez Años, que fue una cosa terrible, y que se perdió por desunión de las tropas cubanas en realidad; eso impidió que se pudiera seguir la lucha en aquel momento, vino el Pacto del Zanjón, y por supuesto, la Protesta de Baraguá, que reafirmó el empeño del pueblo cubano en seguir la lucha por la emancipación nacional y social.

Pienso que Fina captó muy bien todo lo relativo al vocabulario de mi padre. Por otra parte, hay algo muy interesante, y es que Roa fue un gran lector de aventuras; para empezar, Emilio Salgari, que fue el libro de cabecera no sólo suyo sino mío, porque él me inculcó el hábito; pero también leyó a Julio Verne, Alejandro Dumas, Víctor Hugo…Todos los cultivadores del género.

Era igualmente un ávido lector de novelas, de poesía, gran admirador de poetas como Rubén Darío, por supuesto, de José Martí, de Casal, de Heredia, pero además, entre los poetas suyos preferidos a lo largo de la vida recuerdo que figuraban Rubén Martínez Villena -a quien admiró y quiso entrañablemente-, José Zacarías Tallet, Regino Pedroso…

Bochinche al Presidente de los EEUU




Conversando con Raúl Roa Kourí en el Estudio 1 de Radio Rebelde. Foto: Ladyrene Pérez/ Cubadebate

Conversando con Raúl Roa Kourí en el Estudio 1 de Radio Rebelde. Foto: Ladyrene Pérez/ Cubadebate




Acabo de releer El fuego de la semilla en el surco, de tu padre, una biografía sobre Rubén Martínez Villena que quedó trunca, porque Roa no la pudo terminar, no le dio la vida para eso.

Raúl Roa Kourí: Ese libro también es extraordinario, e igualmente un fresco de la vida de Cuba en aquel período de lucha contra Machado. Y déjame decirte una cosa, ese libro, como dices tú, quedó trunco, pero hay una historia que obviamente no es conocida. En aquellos días yo era Embajador ante las Naciones Unidas, y el Comandante en Jefe me comunicó que mi padre estaba mal y que cuando yo tuviera oportunidad viniera a Cuba a verlo, porque conocía nuestra estrecha relación. Hijo único, ¿no?, entonces tú entiendes que la relación con mi padre era muy cercana, había cierta complicidad entrambos. Él me leyó el último capítulo, lo había escrito; dos días después, me confesó: “Lo rompí “¿Cómo que lo rompiste?”, repuso: “Sí, porque no me gustó”. “Papá, pero si era excelente, era el colofón lógico del libro”, me dijo: “Sí, no, no, pero no me gustó porque yo quiero terminar como una obra beethoveniana y no llegaba a ser beethoveniano el final, y por lo tanto lo rompí y lo voy volver a hacer”, y ya entonces sí no le dio la vida para escribir ese último capítulo.

En ese libro tu padre describe con trazos casi cinematográficos el “recibimiento” que le dio la juventud cubana a Coolidge, el primer presidente de los Estados Unidos que llegó a Cuba, en 1928. Refiere la “tángana” de ese día frente al Teatro Nacional –hoy Gran Teatro de La Habana, visitado también por Barack Obama-, con gritos de “¡Abajo el imperialismo yanqui!” y “¡Viva Sandino!” Por cierto, una historia olvidada.

Raúl Roa Kourí: Sí, sí. Por supuesto, aquella visita, tuvo lugar durante el régimen de Machado, por lo tanto había repudio total al régimen existente, pero además, a Coolidge, que era quien apoyaba todo aquello, quien mantenía la Enmienda Platt y el intervencionismo en nuestros asuntos internos. Sus sucesores también siguieron esta política, ¿no?, por supuesto, pero bueno, Coolidge era entonces el representante de la política imperial.

En esta ocasión, la segunda visita de un presidente norteamericano a Cuba, realmente recibimos con mucho respeto al señor Obama, que a mi juicio es el representante del mismo imperio, que no ha cambiado ni de naturaleza, ni de política, ni de nada, y que se merecía no ese recibimiento cortés que le hizo el pueblo de Cuba, sino el bochinche que le armaron los argentinos. Pero estábamos hablando de la amistad de Roa y Pablo.

Con Pablo aún y siempre todavía


Por eso recordábamos el poema de Fina, dedicado a la foto donde aparecen los dos amigos. Ella suele hacer ese tipo de perfil poético. Recuerdo otro gran poema de Fina donde la imagen es la de Martí, en la fotografía que él se hizo en Jamaica con unas yerbajos al fondo.

Raúl Roa Kourí: Sí.

Donde ella dice: “Su traje me conmueve como una oscura música que no comprendo bien./Toco palabra pobre”. En este poema dedicado a una foto de Roa y Pablo están esos trazos poéticos, que revelan el carácter de los dos amigos. Es un soneto, titulado “Retrato”, escrito en 1983. Vale recordarlo a nuestros oyentes:

Pablo a tu lado siempre, ardiente, fiero
y festivo a la vez, de cubanía
entrañable, Pablo, que es Pablo de la simpatía,
muchacho siempre, y qué muchacho entero,

tan año treinta —política, boxeo,
estudiantil denuedo y tiranía—,
nauta parece aquí, hondo minero,
soldado recio y paladín del día,

Y tú, chisporroteante, de expresiva
mano que juega, que discute o clama,
al presidio que ahora te encaminas,


vas con tan libre y rara dulzura,
raro poeta allí, reverso de otra llama,
con Pablo aún y siempre todavía.  

Raúl Roa Kourí: Es precioso ese poema de Fina.

Háblame de esa amistad.

Raúl Roa Kourí: Esa amistad se anuda en el bufete de Fernando Ortiz, donde Pablo trabajaba junto a Rubén Martínez Villena como mecanógrafo, y trabajaba también Conchita Fernández, quien después fue secretaria de Eduardo Chibás, y también de Fidel Castro, al triunfo de la Revolución.

Mi padre fue al bufete de don Fernando a ver a Rubén, y ahí le presentaron a Pablo. En ese momento se estaba organizando el 30 de septiembre de 1930, la gran tángana estudiantil del 30 de septiembre, donde murió Trejo, y mi padre, que conoce a Pablo en aquellas circunstancias en el bufete, le habla de todas estas cosas, de los preparativos y le dice: “Si no supiera que te acabas de casar —Pablo se había casado hacía poco con Teté Casuso—, te invitaría a que te unas a nosotros en esta tángana”, y Pablo contestó: “No, unido ya estoy, el que esté o no casado no tiene nada que ver, yo estaré allí también”, y ahí Pablo se enrola en ese movimiento, que después lo conduce a ser fundador del Ala Izquierda Estudiantil, Estaba allí y cayó herido también.

Junto a Trejo.

Raúl Roa Kourí: Al lado de Trejo, herido a sedal en la cabeza, y a los dos los llevan rápidamente a Emergencias, muere Trejo y Pablo, que no estaba herido grave, se salva; a partir de ahí se anuda una amistad muy profunda entre el viejo y Pablo, porque además, tenían un carácter similar, les gustaban las mismas cosas, les gustaba el cine enormemente, los dos iban a ver películas; sus ídolos preferidos del cine eran los mismos, Charles Chaplin, Lon Chaney, Buster Keaton, Jean Gabin. Les gustaban también actrices de la época, mujeres fatales, mujeres bellas.

Greta Garbo.

Raúl Roa Kourí: Estaba pensando en Greta Garbo precisamente y no me venía el nombre. Recuerdo que también admiró mucho a Michèle Morgan, una actriz francesa muy bella, rubia, de ojos verdes transparentes, que actuó junto a Jean Gabin en muchos de los grandes éxitos del cine francés.

Ellos compartían no sólo eso: habían sido lectores furibundos de Emilio Salgari, y se sabían absolutamente del pe al pa todas las novelas de Sandokan, El Corsario Negro, los nombres de todos los personajes. Recuerdo que hacían competencias. Más tarde, yo competía con mi padre también, pero él lo hizo primero con Pablo, y decía: “¿A ver, dónde fue que murió Araña de Mar?”, “Mira, murió en el combate del Marianna contra Lord Guillonk”, cosas de ese tipo.

Luego, Pablo escribía. Fue la época más o menos en que publicó el libro Batey a dos manos con Gonzalo Maza, como tú sabes, y a papá le entusiasmó aquel libro.

Roa siempre fue escritor, siempre publicó. Primero, cuando José Antonio Fernández de Castro era director de la página literaria del Diario de la Marina y acogió a toda una serie de jóvenes escritores que además eran progresistas, en contradicción con la línea editorial del Diario.

Pero José Antonio, que era un hombre avanzado y realmente fabuloso, yo lo conocí, era muy amigo de mi padre y de todos esos muchachos, jóvenes y menos jóvenes, que eran escritores, y además escritores novedosos, porque traían un estilo al periodismo cubano que no era en aquel momento el que prevalecía, ni mucho menos. Ahí están los artículos de Pablo, que son formidables, no sólo los publicados en esa página sino también todos sus artículos sobre la Guerra Civil Española. Son de una fuerza tremenda, que te traen de verdad el cuadro de lo que fue esa guerra, el sufrimiento de la gente, la lucha del pueblo español contra el fascismo. Luego, aquel libro increíble de Pablo que es El soldado desconocido cubano, que está escrito en un lenguaje popular, procaz en algunas ocasiones, pero que es una gigantesca broma y una máscula denuncia del imperialismo y de la guerra capitalista.


El Comandante Ernesto "Che" Guevara, junto al canciller Raul Roa, en el aeropuerto Jose Marti para recibir a una delegacion coreana. La Habana, Cuba. Foto: Prensa Latina

El Comandante Ernesto “Che” Guevara, junto al canciller Raul Roa, en el aeropuerto Jose Marti para recibir a una delegacion coreana. La Habana, Cuba. Foto: Prensa Latina




Viento sur parece escrito por un contemporáneo.

Raúl Roa Kourí: Tienes razón. Yo creo que son ambos nuestros contemporáneos. Tú lees lo que escribió Pablo hasta su muerte, en el año ‘36, y son cosas que podían haber sido escritas hoy. Las de Roa igual, tienen gran frescura.

Y leyendo Viento sur, si haces una traspolación de las cosas que sucedían entonces a las que suceden hoy, ves que mucho de lo que se dicen allí que tiene validez todavía, y una vigencia plena. Eso hace que sean escritores jóvenes.

Pero hay que decir también lo mismo de Rubén Martínez Villena. Rubén tiene obras que parecen escritas hoy; y poemas de Pepe Tallet, José Z. Tallet, que para mí tienen una actualidad tremenda. Mi padre quería mucho a Pepe, y yo desde niño iba a su casa, y le hacíamos unas bromas que no puedo repetir por la radio, pero mi padre me hacía decírselas a Tallet. Yo pensaba que a Pepe le encantaba y un día me enteré por su hijo Jorge que lo odiaba. “Oye, pero es mi padre el que me manda a decirlas, Jorge”. “Sí, sí, papá sabe que es tu padre quien te indica que se las digas, pero no le gusta, así que si puedes no lo hagas más”, y ya más nunca le dije aquellas invectivas a Pepe; en verdad me percaté de que eran horribles. Mi padre se burlaba de él, y Pepe, que quería muchísimo al viejo, no le decía nada.

Roa, Director de Cultura


Obviamente en este libro aparece el drama de la República Española, la muerte de Pablo, sus angustias, el deseo de hacer justicia a su amigo caído en el frente español. También se refleja una circunstancia muy importante no solo en la vida de Roa, sino en la cultura nacional, que es su paso como director de Cultura -con Aureliano Sánchez Arango como Ministro de Educación.

Raúl Roa Kourí: Cuando Aureliano Sánchez Arango fue nombrado ministro de Educación por el gobierno de Carlos Prío habló con un grupo de amigos, de compañeros de lucha del año ’30, para que trabajaran con él en el ministerio, entre ellos Salvador Vilaseca, Ignacio Fiterre, Carlos Alfaras (sobreviviente de El Morrillo) y con mi padre para que fuera director de Cultura. Roa no quiso, pues no le interesaba tener nada que ver con el gobierno de Carlos Prío, y entonces mi madre, cuando se enteró de que esa era su respuesta, le dijo: “Pero mira, Raúl, te has pasado la vida diciendo que hay que hacer esto, y hay que hacer aquello, ahora tienes oportunidad para hacerlo, habla con Aureliano y dile que tú aceptas a condición de que se pueda hacer el programa que tú quieres hacer”, y así fue, y Aureliano estuvo de acuerdo. Entonces aceptó Roa la Dirección de Cultura, donde estuvo hasta que en un momento determinado hubo cosas de la política de Prío que él condenó, entre otras los problemas del gansterismo en la Universidad de La Habana, puesto que era también decano de la Facultad de Ciencias Sociales y Derecho Público. Renunció, pues, a la Dirección de Cultura. Estuvo dos años al frente de esta, y en esos dos años se hicieron las cosas que nunca se habían hecho, aunque había intentado hacer las antes, en alguna medida, José María Chacón y Calvo.

Chacón trató de hacer algunas cosas, pero realmente en aquel momento no tuvo presupuesto. En cambio Roa tuvo no un gran presupuesto, pero sí más adecuado que le permitió hacer la Feria del Libro, no sólo en La Habana, sino en provincias; el Tren de la Cultura, que salía de la capital y recorría toda la Isla, en el cual iban exposiciones de nuestros mejores pintores; el Ballet de Alicia Alonso… Iban jóvenes, entre ellos, Julio García Espinosa, que llevaban el cine a los lugares más recónditos del país, a la Sierra en un camión y proyectaban películas a los campesinos, que nunca habían visto el cine. Se editaron las obras de una serie de periodistas famosos, como Juan Gualberto Gómez; se editó Pluma en ristre, de Pablo. Eran periodistas que no se habían publicado hasta entonces. Se alentaron las obras de teatro; el guignol, por ejemplo. En la radio surgió el Teatro Experimental del Aire, que dirigía Justo Rodríguez Santos, y escribían en sábados alternos, Justo y Félix Pita Rodríguez. En la televisión cubana, en CMQ precisamente, salióUna Hora de Arte y Cultura, programa donde había a veces ópera, zarzuela, teatro clásico…

Además, mi padre publicó el Mensuario de arte, literatura, historia y crítica, en el que escribían no sólo los mejores escritores, ya reconocidos, sino gente joven. Por ejemplo, Enrique Núñez Jiménez escribió en el Mensuario las primeras noticias que se publicaron sobre espeleología en Cuba, pues él fue fundador del Instituto de Espeleología; escribían asimismo jóvenes como Jorge Tallet, y por supuesto, los conocidos escritores, como te dije, de la época. Colaboró Juan David, el gran caricaturista que tuvo Cuba en el siglo xx, extraordinario caricaturista personal, y Carmelo con sus xilografías…

A Juan David debemos la portada de este libro.

viento sur roaRaúl Roa Kourí: La portada de Viento sur,precisamente; es una de las caricaturas. Siendo mi padre como era, Juan David le dedicó una cantidad de caricaturas a lo largo de toda la vida, y el viejo decía: “Pero mira esto, chico, me ha acabado, acabó conmigo”, y efectivamente, esta misma, esta misma a mi padre le gustaba mucho, pero al mismo tiempo decía que había acabado con él. En elMensuario, como señalé, también colaboraba Carmelo; en fin, fue una etapa en que hablando yo un día con Abel Prieto, le dije: “Antes de todo lo que se ha hecho aquí en cultura por Armando y luego por ti, está la obra de Roa”. Respondió: “No, es que lo único que se hizo realmente de esa amplitud antes de la Revolución fue la obra de tu padre en dos años en el Ministerio de Educación en la Dirección de Cultura”. Bueno, con Ana Cairo hemos hablado mucho de eso también, porque Ana escribió Imaginarios de Raúl Roa. Y hay una compañera, Danay Ramos, que hizo su tesis para el doctorado, sobre la obra de Roa en la Dirección de Cultura, además de dirigir la multimedia que al respecto financió el Ministerio de cultura.

La multimedia realmente me pareció estupenda, porque ahí está todo lo que hizo Roa en la Dirección de Cultura, y es algo realmente impresionante. Las Misiones Culturales, fue otra interesante iniciativa; una idea prestada de Federico García Lorca, porque tenía que ver con La Barraca y las Misiones Culturales que se hicieron en la República Española cuando era ministro de Educación don Fernando de los Ríos, y Federico colaboraba con ese Ministerio, y además, era muy amigo de la familia de los Ríos, empezando por Don Francisco Giner de los Ríos, creador de la Escuela Libre de Enseñanza de Madrid.

El padrecito rojo


Hay otros textos importantes: “Papalote sin cuchilla”, una denuncia al golpe del 10 de marzo; “El padrecito rojo”, dedicado a la muerte de Stalin. En este último, Roa se detiene profundamente en los graves errores de Stalin.

Raúl Roa Kourí: Sí, y además, antecede por tres años exactamente al discurso de Jrushchov en el XX Congreso del Partido Comunista de la Unión Soviética. Denuncia el dirigente soviético los crímenes de Stalin y de las cosas que sucedieron en la Unión Soviética durante aquel período, y comenzó lo que se llamó el deshielo.

Mi padre, que siempre fue marxista, leninista y martiano, nunca militó en el viejo Partido Comunista cubano, ¿por qué?, porque desde muy temprano él y Pablo y otros más (no quiero mencionarlos, pero podría mencionarlos) se convencieron de que la política estaliniana no era la correcta, porque obliteraba cosas tan importantes como la libertad y la democracia interna del Partido, que existía en época de Lenin pero la abolió Stalin; además, las represiones brutales que hizo de todos los seguidores de Lenin, porque realmente acabó con casi el noventa por ciento de los miembros del Comité Central electos en el Congreso en que aquel fue electo, el último Congreso en el que participó Lenin, y después todas estas otras cosas que sucedieron: la colectivización forzosa, la represión, el traslado de gente contra su voluntad a otros lugares del país, la creación de los gulags, de los campos de concentración. Todo ello se sabía. Había gente que decía que eso era propaganda del imperialismo. Pues no era propaganda del imperialismo; era realidad, y lo reconoció después Jrushchov. Recuerdo que el discurso de Jrushchov en el XX Congreso aquí no se publicó por el Partido, y no hablaron de eso para nada, una cosa absurda, cuando había sido ya dicho por Jrushchov y publicado en Europa, en todas partes, yo lo leí en Le Monde, en una separata salió completo en el año ‘56.

Mi padre tenía la convicción de que aquello no era lo que realmente querían como socialismo, como comunismo; y escribe ese artículo describe a Stalin como fue, sin negar sus aciertos, no es que fuera todo errores. Él tuvo aciertos, está claro, en la dirección del país, pero tuvo errores tremendos, y cosas que ya no son errores sino monstruosidades, que nada tienen que ver con el socialismo ni con el comunismo, por lo menos no con el que nosotros queremos.

Roa fue un crítico del estalinismo, y a la vez es el amigo de Rubén Martínez Villena, líder del Partido Comunista cubano, a quien lo unió –dicho por el propio Roa- “la amistad más limpia, alegre y honda de su vida” y a quien le dedicó esa biografía de la cual hablamos, publicada mucho después de la muerte de Stalin. ¿Cómo interpretar ambos hechos?

Raúl Roa Kourí: Rubén muere muy tempranamente, y yo no sé qué hubiera pensado si hubiera visto las cosas que sucedieron después. Él estuvo incluso en la Unión Soviética, porque fue a tratarse, y estuvo en Sochi un tiempo para tratar de recuperarse de la tuberculosis, cosa que no logró, pero además, él lo que quería era estar en Cuba y estar en la lucha, y no estar fuera de Cuba. Pero mi padre admiró siempre mucho a Rubén.

Y Rubén sí, Rubén era un marxista-leninista convencido, y dirigió el Partido con esa visión. Tuvo un error evidentemente cuando la huelga de los autobuses, de las guaguas, que en definitiva fue la que tumbó a Machado. Él trató de impedirla; después que había empezado la huelga trató de pararla porque, al parecer, Machado había aceptado demandas del Partido, y entonces él pensó que como en ese momento no se podría hacer una revolución social en Cuba, y en eso tenía razón, entonces era preferible ganar posiciones y hacer otras cosas desde el poder, aunque fuera un poder compartido o no fuera el poder total, etcétera. Eso estaba de acuerdo con la línea internacional del Partido. Él no lo hizo porque se equivocara personalmente, sino porque siguió la línea internacional del Partido, que era esa, si no hay posibilidades de hacer una revolución social entonces hay que buscar la manera de buscar un frente amplio en el cual quepa el Partido, en el cual el Partido pueda influir para hacer las cosas que se deben hacer. Así lo explica mi padre en el libro que tú citaste.

Intérprete de Fidel




20 de septiembre de 1960. Vista general del Hotel Theresa, en Nueva York, en la 125 y 7ma ave., donde Fidel Castro se alojó. Foto: Ossie LeViness/NY Daily News Archive via Getty Images

20 de septiembre de 1960. Vista general del Hotel Theresa, en Nueva York, en la 125 y 7ma ave., donde Fidel Castro se alojó. Foto: Ossie LeViness/NY Daily News Archive via Getty Images




El intento de enfrentar a Roa con Rubén va de la mano del supuesto desencuentro entre tu padre y Fidel Castro por la relación que Cuba estableció con la Unión Soviética. ¿Ocurrió tal cosa? Recordemos que Roa fue designado en 1959, poco después del Triunfo de la Revolución, como Embajador en la OEA y luego, en ese mismo año, Fidel lo nombra Canciller hasta 1976, años en que se fraguan las relaciones entre Cuba y la URSS. ¿Se produjo en esta etapa alguna desavenencia o contradicción entre el Canciller y el líder de la Revolución?

Raúl Roa Kourí: Mi padre estuvo totalmente de acuerdo con la política de la Revolución, estuvo totalmente de acuerdo con Fidel; fue, a mi juicio, un gran intérprete del pensamiento político de Fidel al frente del Ministerio de Relaciones Exteriores. Fue digamos el ejecutor de la política exterior que pensó Fidel, porque la política exterior de Cuba la pensó Fidel Castro, mi padre también contribuyó, pero fue Fidel quien la llevó a cabo. En ese sentido fue un intérprete fiel del pensamiento revolucionario de Fidel Castro, y por supuesto, estuvo de acuerdo con que la Revolución adoptase el camino socialista, porque él era y seguía siendo marxista y leninista, martiano y socialista, entonces no tuvo ninguna contradicción al respecto.


Nikita Jrushchov, Primer Secretario del Partido Comunista Sovietico, visita a Fidel, en su humilde habitacion del hotel Theresa, del barrio de Harlem. "He venido a saludar al Heroe Nacional de Cuba que derroco la tirania Batistiana", dijo Nikita Jruschov. durante su estancia en Estados Unidos con motivo de la XV sesion de la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU). Junto a Fidel y Jruschov se encuentra el canciller cubano Raul Roa (I). Nueva York, Estados Unidos. Foto: Prensa Latina

Nikita Jrushchov, Primer Secretario del Partido Comunista Sovietico, visita a Fidel, en su humilde habitacion del hotel Theresa, del barrio de Harlem. “He venido a saludar al Heroe Nacional de Cuba que derroco la tirania Batistiana”, dijo Nikita Jruschov. durante su estancia en Estados Unidos con motivo de la XV sesion de la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU). Junto a Fidel y Jruschov se encuentra el canciller cubano Raul Roa (I). Nueva York, Estados Unidos. Foto: Prensa Latina




Por otro lado, era obvio para cualquiera en nuestro país que no teniendo el apoyo de nadie teníamos que aceptar el apoyo de los soviéticos, porque además, lo ofrecieron espontáneamente. Yo estaba en Naciones Unidas en el año 1960, como miembro de la Misión permanente de Cuba en la ONU, en la Comisión Económica, y recuerdo cuando fue Jrushchov a ver a Fidel al hotel Theresa, y cuando se levantó de su escaño y, fue, después de su discurso, el primero que fue a saludar a Fidel y le dio un abrazo en el medio de la Asamblea General. Nikita le ofreció asimismo una cena a la delegación cubana, a la cual asistí, en la embajada soviética, muy fraternal y amistosa.

Después me tocó acompañar al embajador Bisbé –ya murió- a ver al jefe de la delegación soviética en aquel momento (ya se había ido el canciller Gromiko) el viceministro de Relaciones Exteriores, Vasilii Kuznetsov, que había sido líder sindical y era miembro del Comité Central del Partido, a decirle lo siguiente (yo fui el que le trasladé ese mensaje): “¿Si nosotros nos vemos obligados a nacionalizar las refinerías de petróleo extranjeras podrá la Unión Soviética abastecernos del petróleo necesario?”, y él contestó: “Yo no puedo darle esa respuesta”. “Claro que no, usted lo que debe hacer es consultar y darnos la respuesta que le den de Moscú”. Cuarenta y ocho horas después nos llegó la respuesta a nosotros, pero ya había llegado a Cuba, que sí, que nos suministraban el petróleo. Hay que pensar que en aquel momento, cuando se reunió el Buró Político del PCUS en Moscú para decidir darle el petróleo a Cuba, el ministro de Comercio Exterior, Patolichev, dijo que no tenían suficientes barcos tanqueros para mandarnos el petróleo, y Jrushchov afirmó decidido: “A comprarlos”, y eso era una millonada de dólares lo que costaba en el mercado mundial. En aquel momento, la Unión Soviética no tenía una situación económica boyante, pero así y todo compraron los barcos, y mandaron el petróleo, y eso realmente es algo que hay que agradecer. Fidel jamás ha olvidado ese gesto y otros similares de la Unión Soviética, que fueron de apoyo real a la Revolución cubana; no hubiéramos subsistido si no es por ese apoyo.

¿Cómo vivió Roa ese momento?

Raúl Roa Kourí: Lo vivió igual que yo, igual que todos aquí, de acuerdo con todo, absolutamente de acuerdo con todo aquello. Para que tú veas la posición de mi padre ya desde el año ’52. Dice en Viento Sur: “Unirse primero, lo demás se obtendrá después por el esfuerzo concertado, la limpidez de propósitos y la táctica congruente, sólo así pudo derribarse a Machado y reducirse a Batista. A cuantos hemos vivido el proceso revolucionario cubano en su entraña, nos tiene que lucir absurdo que aún no se haya dado ese paso”. Es decir, ahí está Roa abogando por la unidad en la lucha contra Batista.


El Primer Ministro Fidel Castro Ruz denuncia ante la prensa internacional el secuestro del avion que regresaria a La Habana a la delegacion asistente a la XV Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU), por contrarevolucionarios de origen cubano al servicio de la CIA y del gobierno estadounidense. Nueva York, Estados Unidos. Foto: Prensa Latina

El Primer Ministro Fidel Castro Ruz denuncia ante la prensa internacional el secuestro del avión que regresaría a La Habana a la delegación asistente a la XV Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU), por contrarevolucionarios de origen cubano al servicio de la CIA y del gobierno estadounidense. Nueva York, Estados Unidos, septiembre de 1960. Foto: Prensa Latina




La hora de la conversación se fue volando. Me ha quedado todavía mucho por preguntar, pero ya nos hacen señas. Hay que despedirse. Me gustaría que le recordáramos a los oyentes cuándo y dónde se presentará Viento Sur, el libro del cual hemos estado hablando hoy.

Raúl Roa Kourí: Se va a presentar en septiembre en el Instituto Superior de Relaciones Internacionales Raúl Roa García de La Habana. Se ha editado a iniciativa del Centro Pablo, de Víctor Casaus, su director, que hará una donación de ejemplares de Viento surpara los jóvenes que estudian en ese Instituto, y él me ha pedido que sea yo el que presente el libro.

Conversando…


Raúl Roa Kourí en la grabación de este podcast. Foto: Ladyrene Pérez/ Cubadebate

Raúl Roa Kourí (1936): Diplomático y escritor. Ha colaborado en los diarios habaneros El Mundo y Revolución, en las revistas Humanismo y Cuadernos Americanos de México, y en Bohemia, Casa de Las Américas, Revolución y Cultura, La Gaceta de Cuba, Opus Habana y La Siempre Viva. Miembro del Jurado Casa de Las Américas para literatura brasileña. Ha impartido conferencias en Columbia University, Nueva York, en Yale University, en el Centro de Relaciones Internacionales de la Universidad Johns Hopkins, la New School for Social Research, la Universidad de La Habana, el Centro de Altos Estudios Latinoamericanos de París, y otros. Autor de La Batalla en Ginebra, Editora Política, La Habana, 1989; ORCALC, cincuenta años de acción, Unesco, La Habana, 2000; Bolero y Otras Prosas, La Habana, 2000; Roa x Roa, Editorial Capiro, Santa Clara, 2000;En el Torrente, Casa, 2004 (Premio Casa 1999, Mención en la categoría de testimonio); Memoria de Mundos Varios, Editorial Unión, La Habana, 2012; Roa que Roe, Ruth Casa Editorial (edición digital), 2014. En preparación, Papelería de Raúl Roa.

Escuche el podcast con Raúl Roa Kourí






Con Fidel, ayer, hoy y siempre(II).


 Por Ángel Guerra Cabrera




Nunca he olvidado lo que escuché al excelso bailador y coreógrafo español Antonio Gades después de que el público habanero premiara su actuación en La casa de Bernarda Alba con una cerrada ovación: lo que más admiro de ustedes es su dignidad.


El artista sintetizó así la esencia del legado de Fidel y de la Revolución Cubana, que son inseparables. Como inseparables son la interacción dialéctica entre el pueblo cubano y el líder histórico de la revolución.


Naturalmente, la dignidad de que hablaba Gades emana de la historia de Cuba y, especialmente, de la profunda trasformación cultural y social realizada en la isla con métodos ingeniosos y rasgos muy cubanos típicos del liderazgo fidelista.  A partir de la reforma agraria, las nacionalizaciones y la campaña de alfabetización(1961), incluye los singulares logros educacionales, la salud pública gratuita y universal, la gestación de una honda conciencia solidaria, el enorme impulso al desarrollo de la ciencia, el sistema popular de defensa nacional y la participación activa del pueblo en la política.


Entre los errores de Fidel no ha habido ninguno de carácter estratégico. Y como la fallida zafra de los diez millones han sido aguijoneados por el afán de elevar el bienestar del pueblo y reforzar la independencia y la soberanía en condiciones internacionales excepcionalmente adversas. En aquel momento, a la implacable hostilidad de Estados Unidos se sumaba un largo periodo de deterioro de las relaciones con la URSS.


No recuerdo uno solo de mis compañeras y compañeros, cuya mirada hacia el jefe de la revolución disminuyera después de aquella aciaga experiencia. Al contrario, nuestro respeto, cariño y admiración se hicieron mayores al apreciar hasta qué grado podía llegar su entereza y su fe en la victoria y participar nosotros mismos de las medidas rectificadoras puestas en práctica por él, en conjunto con la dirección de la revolución, para remontar la coyuntura. Dudo que algún otro dirigente revolucionario se haya sometido a una autocrítica tan dura.


Fidel hizo realidad el pensamiento martiano “patria es humanidad”, al educar a varias generaciones de cubanos en la práctica de la solidaridad internacionalista, que no abandonó ni en los momentos más difíciles de la revolución.


Guardo en la memoria por vivencia personales, o por el testimonio de otros compañeros, no pocos momentos en los que vimos al comandante invariablemente inconmovible en su actitud internacionalista con las luchas populares y con los movimientos de liberación al discutir con sus contrapartes soviéticas y de otros países socialistas.


Constructivo y fraterno, podía ser muy flexible en cuestiones secundarias, y no era raro que, después de argumentar sus puntos de vista, aquellos interlocutores los aceptaran. En otros artículos he hablado de su actitud solidaria hacia los movimientos revolucionarios y progresistas de América Latina y el Caribe. Solo añadiría por ahora que su liderazgo y el de Raúl, unidos a la abnegada resistencia del pueblo de Cuba, particularmente durante el periodo especial, hicieron una invaluable contribución cuando menos a que se adelantara en el tiempo el cambio de época en América Latina y el Caribe y surgieran nuevos líderes de talla excepcional como Hugo Chávez, acompañado por Evo, Correa, Kirchner y Cristina, Lula y Dilma.


Nunca nuestra América había llegado tan lejos en términos de unidad e integración. El prestigio y la autoridad internacional de Cuba alcanzaron las más altas cotas. Estados Unidos, en vida de Fidel y sabiendo que es consultado por Raúl en los temas más delicados, se vio forzado a aceptar el fracaso de su política de hostilidad hacia la isla y restableció relaciones diplomáticas.


La solidaridad de Cuba con África ha sido una constante de Fidel, quien tuvo una estrecha amistad con líderes como Amílcar Cabral, Agustinho Neto y Nelson Mandela. Comenzó con la ayuda militar y humanitaria a los revolucionarios argelinos y no ha cesado desde entonces. Sus capítulos cimeros son el fin del apartheid en Suráfrica, la independencia de Namibia y la consolidación de la independencia de Angola después de la aplastante derrota del ejercito del régimen racista en Cuito Cuanavale por tropas cubano-angolano-namibias.


Hoy se concreta en la presencia de cooperantes, sobre todo de la salud, en muchos países de ese continente. Una brigada de personal sanitario cubano fue muy importante para liquidar el ébola en África Occidental.



miércoles, 24 de agosto de 2016

A debate la conceptualización del modelo cubano: Nadie sobra en el socialismo (+ Podcast)

Por: Rosa Miriam Elizalde, Ismael Francisco




Buenos días o buenas tardes a nuestros oyentes. Estamos transmitiendo una nueva emisión del podcast de Cubadebate a través de Spreaker, la plataforma donde usted puede escuchar con una alta calidad de sonido los diálogos que sostenemos con nuestros invitados.

Este es el tercer programa que estamos dedicando al debate de la conceptualización del modelo económico y social cubano de desarrollo socialista, uno de los documentos aprobados en el VII Congreso del Partido, que desde el pasado 20 de junio han estado discutiendo cientos de miles de cubanos en todo el país, y muchos de ellos han los han comentado en Cubadebate.

En el Estudio Panamericano de Radio Rebelde, conversaremos con Admi Valhuerdi y Rubén Toledo, ambos son miembros de la Comisión permanente para la implementación y desarrollo de los Lineamientos, han participado en el proceso de elaboración del documento y lo conocen en profundidad. Bienvenidos, y si están de acuerdo, quisiéramos discutir en concreto los conceptos del Capítulo IV de la Conceptualización del Modelo, dedicado a la política social.

Por cierto, ¿la política social en este documento está reducida a ese capítulo?

Rubén Toledo: Buenos días o buenas tardes. Sobre este tema pudimos conversar en la preparación de las ideas de esta entrevista. Habría que comenzar dejando claro, en primer lugar, que en el objetivo estratégico de la actualización del Modelo – o sea, la esencia misma de lo que se propone-, está raigalmente definido su fin eminentemente social: impulsar y consolidar la construcción de una sociedad socialista próspera y sostenible.

De ese modo, asegura el sustento material imprescindible para una distribución de la riqueza socialmente justa, premisa para elevar gradual y sosteniblemente el nivel y calidad de vida material y espiritual, haciendo posible la plena realización del ser humano y sus legítimas aspiraciones individuales y colectivas.

Es hacer irreversible todo lo logrado gracias a la Revolución y continuarlo desarrollando, incluida la prosperidad y el bienestar que disfrutamos a plenitud los que vivimos las etapas previas al Período Especial, y que todos hemos luchado por mantener en sus aspectos esenciales.

Las principales conquistas sociales nunca se han descuidado


Las principales conquistas sociales de la Revolución nunca se han descuidado, sino al contrario, ha sido lo más protegido, lo que podemos constatar a través de parámetros básicos como los de salud o educación, aún afectados por los efectos del fuerte deterioro de nuestra economía.

Ese es, innegablemente un logro histórico, alcanzado por el pueblo cubano pese a tener que soportar el férreo Bloqueo que se arreció a partir de la abrupta desaparición del campo socialista, en medio de la crítica situación económica por todo ello provocada, y de la cual nuestros enemigos suponían que no íbamos a ser capaces de sobreponernos.

De lo que se trata en esta etapa es de proyectarnos para superar la situación de resistencia y enfrentamiento de la crisis, y ser capaces de impulsar, consolidar, hacer irreversibles y sostenibles todas las conquistas fundamentales.

Entre estos principios se destaca la igualdad de derechos y deberes y las garantías para hacerlos efectivos con equidad, inclusión y justicia social, expresados en la igualdad de oportunidades y el enfrentamiento a toda forma de discriminación lesiva a la dignidad humana.

Asimismo, se ratifica que la propiedad socialista de todo el pueblo sobre los medios fundamentales de producción sustenta la condición de propietario común de todo miembro de nuestra sociedad, la que legitima nuestros derechos como propietarios comunes, entre ellos, el de acceder a servicios sociales universales y gratuitos.

También se destaca, entre otros, el derecho al trabajo, la salud, la educación, a la seguridad ciudadana, la información, la comunicación social, al descanso, la cultura, el deporte, el sistema de seguridad y asistencia social, a trabajar por una vivienda decorosa proporcionando apoyo social a quien lo necesite, garantizando que ninguna persona quede desamparada.

El carácter esencialmente social del Modelo está presente y le imprime rasgos especiales a las transformaciones del Modelo, en todas las formas de propiedad y gestión y en el sistema de dirección planificada de la economía. Por tanto, hay que decir que lo social no es un elemento que se aborda solo en el Capítulo IV de la Conceptualización sobre el Modelo Económico y Social Cubano de Desarrollo Socialista que debe resultar del proceso de actualización y que se somete actualmente a consulta.

Yo diría que en ese capítulo lo que hace es, precisamente por la importancia del tema, abordar con más detalle para puntualizar aspectos principales de la política social, que son esencialmente nuestros derechos constitucionales como ciudadanos cubanos, y también subrayar cómo la aplicación del principio de distribución a partir del trabajo es un elemento esencial que está en la base misma del sustento de la política social, de nuestro bienestar y prosperidad.

La política social es transversal




Admi Valhuardi durante la grabación del podcast de Cubadebate. Foto: Ismael Francisco

Admi Valhuardi durante la grabación del podcast de Cubadebate. Foto: Ismael Francisco




Admi Valhuerdi: Sí, ratificando lo que decía Toledo, hay que decir que el tema de la política social es transversal en toda la conceptualización, es un asunto que está presente en cada uno de los momentos en que se abordan los diferentes capítulos; de hecho, la prosperidad y las medidas económicas que se definen son precisamente para poder continuar garantizando, fortaleciendo y desarrollando las conquistas sociales de la Revolución, que es la esencia misma de la Revolución, por lo tanto, no podemos circunscribir ni enmarcar el tema social al capítulo social.

Dicho capítulo está dedicado fundamentalmente a los sectores que son esencialmente sociales, la educación, la salud, la cultura, el deporte, la seguridad social, la asistencia social, porque hay temas que se abordan ahí explícitamente, pero como concepto la esencial social y humanista de la Revolución está presente en todo el documento.

De hecho, como decía Toledo, de los ocho principios que están definidos hay seis que de una forma u otra hablan de temas sociales, y otros, como por ejemplo la defensa, que está encaminada también a lograr la defensa del país para garantizar las conquistas de la Revolución, Y toda la prosperidad económica, como te decía, que se busca, es precisamente para ese bienestar en el orden social, por lo tanto es sustento y fundamento de todo el documento, por eso no lo podemos circunscribir únicamente, Rosa Miriam, al capítulo de la política social.

La economía no es un fin en sí mismo




"Es una economía en la que el hombre es imprescindible, aquí las personas no van a sobrar": Rubén Toledo. Foto: Ismael Francisco/ Cubadebate

“Es una economía en la que el hombre es imprescindible, aquí las personas no van a sobrar”: Rubén Toledo. Foto: Ismael Francisco/ Cubadebate




Hay quienes perciben en este documento un tono excesivamente economicista. ¿Cómo ustedes ven esa relación entre lo económico y los elementos esenciales de la política social de la Revolución cubana, aquella que se ha mantenido en más de medio siglo? No podemos ignorar que hay quien expresa temor de que eso pueda diluirse o relegarse frente al proyecto económico del país.

Rubén Toledo: Habría que decir en primer lugar, que la economía no es un fin en sí mismo. De lo que se trata, es de un Modelo eminentemente socialista, y por tanto la meta, el objetivo estratégico, es el ser humano.

No por gusto el objetivo social se destaca en el primero de los principios de nuestro socialismo en los que se sustenta el Modelo y a los cuales tributa, que aparecen en el Capítulo I del proyecto de Conceptualización en proceso de consulta. Este principio se refiere a la dignidad, igualdad y libertad plenas del ser humano, portador de nuestra cultura, identidad y valores.

Se trata de darle el sustento económico, la base que permita que sea sostenible y que se desarrolle toda esa base social de nuestro modelo y los valores, la cultura y todos los elementos fundamentales que determinan una plena realización del ser humano.

Hay que decir, por lo tanto, que la economía no está en función de enriquecer a nadie, de desarrollar capitales que generen una sociedad dividida entre una minoría enriquecida y una mayoría explotada.

Es una economía que tiene presente en su propio desarrollo principios básicos de carácter social. Así por ejemplo, se enuncia como un elemento fundamental la protección de los derechos de los trabajadores, es algo que es importante que en nuestra actividad económica se respete.

Es una economía en la que el hombre es imprescindible, aquí las personas no van a sobrar, es una economía en función de la eficiencia, no se va a incrementar el desempleo; que las personas tengan una actividad productiva útil, que se desarrollen fuentes de empleo.

Las transformaciones están dirigidas a garantizarles a las personas el derecho al trabajo, a su desarrollo, a la realización de los proyectos individuales y colectivos. Ello es fundamental, en primer lugar, en la actividad principal de la economía, que es la propiedad socialista de todo el pueblo, y por lo tanto, es donde tenemos que hacer el énfasis fundamental de la batalla económica.

Es esencial la transformación del Estado Socialista, en función de su eficacia y eficiencia en las funciones que le corresponden, a todas las instancias y en especial la municipal. Las conquistas sociales han de consolidarse, con prioridad en la calidad.

La planificación económica y social en función de garantizar el desarrollo, a partir de una visión de país con proyección de futuro, que dé sustento económico a las conquistas sociales, al desarrollo integral del ser humano y su prosperidad.

Como parte de ello, es imprescindible impulsar la ciencia, la tecnología y la innovación, con énfasis en las comunicaciones y la automatización, entre elementos estratégicos.

¿Qué es la prosperidad?


Es un lugar común ya hablar de nuestro socialismo próspero y sostenible. ¿Cuál es el concepto de prosperidad que se defiende en el Modelo?

Admi Valhuerdi: El propio documento hace referencia, de qué es prosperidad, incluso los principios mismos que están definidos en la conceptualización encaminan a eso. Los Lineamientos del VI Congreso se ratificaron preservar las conquistas de la Revolución; la conceptualización retoma y ratifica todas esas ideas, e incorpora el concepto de prosperidad.

La prosperidad de los ciudadanos está basada en el logro de proyectos racionales de vida, en consonancia con los principios y valores de nuestra sociedad y tiene como basamento fundamental los ingresos que se obtienen por el trabajo y los derechos constitucionalmente establecidos.

El plan nacional de desarrollo, porque es que todos estos documentos hay que verlos de manera interrelacionada, el plan nacional de desarrollo hasta el 2030 tiene un eje estratégico definido para el desarrollo humano, la equidad y la justicia cuyo primer objetivo es preservar las políticas universales de acceso a la salud, educación, cultura, deporte, la seguridad y asistencia social y los Lineamientos del VII Congreso refrendan todas estas ideas.

Y la prosperidad está encaminada, como dicen los propios principios, a lograr el desarrollo integral del individuo desde el punto de vista social, cultural, ético económico.

Si tú me preguntaras, en el orden personal yo te diría que hombre próspero es cuando logremos el hombre que pensaba el Che, realizado no sólo en el orden económico, sino un hombre íntegro, integrado en la sociedad, que le garantiza justicia e igualdad de oportunidades, con una participación efectiva en la toma de decisiones, informado y comprometido con su realidad y en la construcción de la sociedad próspera y sostenible a la que aspiramos.

En los Lineamientos se habla mucho de la necesidad de continuar desarrollando y perfeccionando nuestros mecanismos de participación ciudadana, en la toma de las decisiones, en la necesidad de, cuando se habla de la comunicación, del diálogo, del intercambio, de que las personas se sientan parte del proceso que se está desarrollando, eso también es prosperidad; pero todas estas cosas se logran únicamente, Rosa Miriam, si tenemos una economía sostenible, sólida, que garantice poder mantener todas esas realidades.

Para mí la prosperidad, va encaminada en ese sentido, la capacidad real que tiene el hombre de participar activamente en la economía y de satisfacer sus necesidades y las de su familia a partir de eso; ello tiene un principio también básico que está refrendado aquí en la conceptualización y en los Lineamientos, que es el derecho al trabajo. Tenemos que estar convencidos que todo esto es sobre la base del trabajo, del incremento de la producción y la productividad del trabajo. La participación no consiste sólo en emitir criterios, sino en dar todo el esfuerzo que debemos desplegar, cada cual desde su posición. Esa también es una manera de participar en el proceso.

Y a veces hay cosas que nosotros las tenemos como realidades, todos nosotros que hemos nacido, casi todos, que hemos nacido con la Revolución, y nuestras conquistas las apreciamos, derechos adquiridos, pero son logros que tenemos que defender, y hay que defenderlos con trabajo, con realidades, y eso también es una forma de ser próspero, tener un trabajo en el que uno se sienta realizado profesionalmente, que pueda aportar a la sociedad, y todo eso también tiene, por supuesto, su base económica, por eso en el documento se habla en los dos sentidos.

Hay un concepto que es la conciencia de productor-propietario, ese es un tema importante y es una forma también de que el hombre se sienta que realmente es el propietario de los medios de producción; por eso, como decía Toledo, cuando se habla de las formas de propiedad y se ratifica que la propiedad social sobre los medios de producción es la forma fundamental de propiedad, y la empresa estatal socialista es la forma básica, fundamental, para el desarrollo de la sociedad, tenemos que seguir trabajando y perfeccionando el funcionamiento de esa empresa estatal socialista, y eso sobre la base de la participación real de los trabajadores, para el logro del incremento de la producción, de la productividad, de manera consciente, eso también es ser próspero y hacer sostenible la economía.

El día a día




Admi Valhuardi y Rubén Toledo durante la grabación del podcast de Cubadebate. Foto: Ismael Francisco/ Cubadebate

Admi Valhuardi y Rubén Toledo durante la grabación del podcast de Cubadebate. Foto: Ismael Francisco/ Cubadebate




Claro, pero la población vive la presión de su día a día, y la prosperidad está expresada en un término de futuro, como algo que se puede alcanzar colectivamente en el mediano y largo plazo, mientras hay quien la está teniendo ya, de manera inmediata. ¿Cómo decirle a ese cubano que vive de su salario y a la vez pueda tener confianza en que efectivamente estas cosas se van a producir; cómo decirle que ese concepto de prosperidad también es para él?

Rubén Toledo: Lo primero que hay que dejar claro es que siempre, desde el propio origen de la Revolución, se ha definido que esta es una Revolución de los humildes, por los humildes y para los humildes, y por lo tanto, el objetivo estratégico del desarrollo socialista no es para el bienestar y la prosperidad de unos pocos, es para lograr colectivamente que todos los cubanos -con nuestro esfuerzo-, resolvamos todos los problemas que hemos tenido que enfrentar y seguimos enfrentando. No olvidemos que aún las condiciones que nos impone el bloqueo no han cesado.

Al plantearse que tenemos que ser una sociedad socialista próspera y sostenible, la prosperidad nos tiene que abarcar a todos, y en primer lugar a los que trabajamos. Y eso se logra a partir de la eficiencia, de la productividad, de la riqueza que se crea por nosotros mismos.

No olvidemos que en todo este proceso nos guía el concepto de Revolución del Comandante en Jefe. Tal y como hemos logrado todas las victorias hasta ahora tenemos que seguir avanzando -con nuestros propios esfuerzos-, para alcanzar nuestros sueños para Cuba y para el mundo: a partir de la unidad y no buscando soluciones individualistas.

Me parece importante que el concepto de prosperidad no lo debemos ver reducido al aspecto material, aunque es importante. Hay que incrementar la riqueza material para que podamos disfrutar de los bienes materiales y de los servicios que realmente sustentan un estado de bienestar y de prosperidad, pero en la sociedad a que aspiramos son imprescindibles otros factores.

Se trata de progresar a nivel de colectivos, familias e individuos –sin egoísmos individualistas-, en lo económico, en lo social y cultural, a partir de los valores propios de nuestra sociedad, en que los proyectos de vida sean alcanzables a partir del trabajo. No olvidemos que la Conceptualización se refiere a la sociedad que nos proponemos construir, que gradualmente debemos ir haciendo realidad.

Tampoco se trata de aspectos totalmente ausentes de la actualidad, pues vivimos en una sociedad que nos asegura derechos imprescindibles, sin incertidumbres sobre lo que puede costar resolver un problema de salud, de la educación u otros esenciales para el bienestar y el futuro personal y familiar, que hoy afectan a millones de ciudadanos en todo el mundo.

Cuando hablábamos hace poco del tema de cómo en la economía socialista hay que tener presente siempre en el enfoque social, no mencioné el tema de la protección al medioambiente y el de los recursos naturales. Existen experiencias de otros países que han avanzado en su desarrollo económico pero han dañado el medioambiente, y eso ha implicado un deterioro de las condiciones de vida de las personas. Entonces son elementos que hay que tener presentes.

Rubén Toledo: Fortalecer la identidad nacional y nuestra cultura, tesoro extraordinario de nuestro país.

Hay un conjunto importante: los valores humanos, la ética del cubano, la solidaridad. Algo que incluso llama la atención a los turistas, o cuando los cubanos estamos en el exterior, es el comportamiento humano en el trato a los demás que tenemos los cubanos, nuestra forma de actuar natural que de alguna u otra manera la Revolución nos lo ha desarrollado, nos lo ha enraizado.

Son elementos también de las relaciones sociales y de las relaciones en sociedad que también contribuyen a una sociedad próspera, y por lo tanto en el documento, como decía Admi al principio, a la prosperidad se le dedican varios párrafos al principio del capítulo, pues se trata de un concepto muy abarcador. Es un tema, además, que se puede enriquecer, y que de hecho se está enriqueciendo en los análisis del documento.

Este proceso en el cual se ha divulgado y se da acceso a opinar y proponer, participando activamente en el diseño de la sociedad en la que queremos vivir, es una prueba de los derechos que tenemos los cubanos.

Y entre los aspectos fundamentales en los que tenemos que trabajar, es que estos elementos de prosperidad nos sean perceptibles a todos, y en especial a los que trabajamos, a los que luchamos honestamente por hacer avanzar nuestra sociedad.

¿Terapias de choque?


¿Cómo dejar claro que este no es un ejercicio retórico? No olvidemos que hay teóricos que están planteando que el noventa por ciento de los problemas que tiene la economía cubana se resuelven en un abrir y cerrar de ojos con terapias de choque. ¿Hay espacio en este modelo para ganar velocidad en las transformaciones con un una terapia de choque o algo similar?

Rubén Toledo: Seguimos entonces en la línea de hasta dónde lo económico se hace a partir de que lo fundamental es lo social. No es un país que se está planteando desarrollarse en muy breve plazo con medidas que generen costos sociales a los mas vulnerables.

Son principios que no se deje a nadie desamparado, y que con la actualización del Modelo no se afecte a las personas con menos posibilidades económicas, sino al contrario, que vayan avanzando en la medida que el país va generando los recursos para lograrlo.

Hay que ser muy cuidadosos y responsables en todas las medidas que se adoptan: aplicarlas, controlarlas, hacer que se cumplan como se concibieron, rectificando lo que se tenga que rectificar. Hay que tener como premisa fundamental que los avances no se pueden lograr al costo de afectar a las personas más vulnerables, aunque ello implique no avanzar a un ritmo mayor. Tiene que ser sin prisa y a la vez sin pausa.

Admi Valhuerdi: Hay un principio básico, basado en el pensamiento martiano, que esta es una Revolución, con todos y para el bien de todos. Las transformaciones bajo ningún concepto deben ser sobre la base de terapias de choque, en las que hay prosperidad para unos pocos y situaciones de desventaja y de vulnerabilidad para la mayoría, por lo tanto no es afín con los principios de la Revolución, porque si dos cosas son incompatibles son la prosperidad para todos y las terapias de choque. Ahí están las experiencias, en América Latina, la vía para lograr la prosperidad es el desarrollo de la producción, la productividad y que el trabajo constituya una necesidad y motivo de realización personal y que garantice la satisfacción de las necesidades personales y familiares, tal como se expresa en los Lineamientos del Sexto Congreso.

En la conceptualización se define expresamente que se debe avanzar sin prisa pero sin pausa, sobre la base de los principios de nuestro socialismo, “sin terapias de choque” que afecten a la población, dando un seguimiento y atención especial a los impactos de los cambios en las personas de menores ingresos.

Derecho al trabajo


Ustedes se han referido varias veces al derecho al trabajo en un modelo donde se reivindica la propiedad social socialista como la fundamental. Los que trabajan en aquellos sectores de la economía no estatal, ¿tienen los mismos derechos al trabajo y a la seguridad social?

Admi Valhuerdi: Los trabajadores son trabajadores en cualquier sector de la economía en que laboren, esto no es una dicotomía entre el trabajador del sector estatal y el trabajador del sector no estatal. Los trabajadores en la sociedad socialista cubana, con las diferentes formas de gestión o de propiedad que existan, son trabajadores, y todos tienen los mismos derechos. El nuevo Código de Trabajo aprobado, la Ley 116 reconoce a todos los trabajadores del país en cualquiera de los sectores de la economía, y ahí incluso se reconoce que hay empleadores estatales y empleadores no estatales.

Cuando estamos hablando de la prosperidad, del desarrollo como ser humano, es de todos los trabajadores en el país, el derecho al trabajo es en cualquiera de las formas de gestión.

Por ejemplo, la protección de la seguridad social para el trabajador por cuenta propia, está refrendada jurídicamente en un régimen especial para estos trabajadores, esta es una práctica bastante singular en el mundo, donde el denominado sector informal no cuenta con seguridad social. Este régimen especial de Seguridad social ofrece protección al trabajador por cuenta propia ante la vejez, invalidez total: temporal o permanente, en caso de muerte a su familia y a la trabajadora por maternidad.

Rubén Toledo: La jubilación.

Admi Valhuerdi: Incluso, ahora se están incorporando en la conceptualización diferentes formas de propiedad, entonces habrá personas que laboren en todas esas formas de propiedad manteniendo su condición de propietarios comunes de los medios fundamentales de producción. La prosperidad que estamos definiendo es para todos los trabajadores del país, cada cual participa en la creación de la riqueza en función de sus posibilidades, y recibirá en función de sus resultados, que es el principio de distribución socialista, independientemente de las formas de gestión o de propiedad en las que esté laborando.

Rubén Toledo: A mí me parece que con relación a este tema habría también que hacer referencia a un concepto que se está tratando de potenciar en el proceso de actualización de nuestro modelo, que es la condición de propietarios comunes de todos los ciudadanos cubanos, independientemente del sector o de la actividad que realizan.

Puede incluso no ser un trabajador, o sea, como ciudadano cubano se tienen derechos, a partir de que existe y es fundamental la propiedad de todo el pueblo sobre los medios de producción. A veces se dice propiedad estatal, pero es que el papel del Estado es representar al verdadero dueño, y ese es un concepto en que tenemos que seguir trabajando.

Hoy está presente, porque cualquier ciudadano cubano, ante un problema de salud de él o de su familia, tiene en su país el derecho a recibir servicios sociales esenciales, a partir de su condición de propietario común de los medios de producción.

No es algo que dependa de una situación coyuntural o de una victoria que se haya podido obtener en un momento determinado. En otros países existen determinados servicios sociales gratuitos o subvencionados, pero cuando llegan las etapas de crisis lo primero que se afecta son esos derechos.

En nuestro país bajo las condiciones más difíciles de Período Especial los servicios sociales universales y gratuitos se mantuvieron, y ahí están los resultados: parámetros fundamentales de salud, de educación y otros que ni países de alto nivel de desarrollado han alcanzado.

Y ello, pese a que se afectaron por la crisis, pero se mantuvieron altamente priorizados porque es algo estructural, un derecho que nos viene dado porque somos copropietarios comunes de los medios fundamentales de producción.

Por tanto, independientemente del sector donde estemos, tenemos derechos como ciudadanos, y eso marca una característica esencial de la sociedad que nos planteamos construir.

Admi Valhuerdi: Eso está refrendado en la Constitución de la República. En la Constitución de la República, son derechos de todos, independientemente de la forma de gestión o propiedad en la que se esté trabajando.

Servicios sociales y posibilidades objetivas


-Quienes hemos estudiado el documento y lo hemos discutido, encontramos que hay conceptos complejos detrás de determinadas frases. Por ejemplo, cuando se habla de los servicios sociales gratuitos y subvencionados, que están desarrollados en la medida de las posibilidades objetivas. ¿Qué significa esa acotación: “posibilidades objetivas”?

Rubén Toledo: Quiere decir que, objetivamente, podremos disfrutar de las riquezas que seamos capaces de crear. O sea, no se puede disfrutar de las riquezas que no se crean, eso es elemental, y por tanto, en la misma medida que seamos más eficientes y se crean más riquezas, podremos estar en condiciones de elevar sosteniblemente el nivel y los estándares de los servicios sociales gratuitos.

Aquellos que aporten más, que se preparen más, que son más productivos, que son más laboriosos, también podrán tener como contrapartida la posibilidad de participar de esas riquezas en una proporción mayor, pues se fortalecerá el principio de distribución socialista según el trabajo.

Pero como miembro de nuestra sociedad socialista, la distribución de la riqueza siempre va a tener presente con la debida prioridad los destinos de carácter social, en función de elevar la prosperidad y el bienestar de todos por su condición de ciudadanos, con equidad -no igualitaristamente-, teniendo en cuenta las diferencias.

Tenemos que ser capaces de ser más productivos y de generar más eficiencia y más riqueza en la sociedad, para disponer de ella para su justa distribución.

Qué servicios se cobran


Se ha discutido mucho, hay bastante consenso social sobre ello, pero ya aparece en letra impresa un concepto que, a la vez, es una novedad en nuestra política social. Se afirma que los servicios de salud y educación se garantizan a todos por el estado gratuitamente, con estándares de calidad internacionalmente reconocidos, y quiero subrayar este añadido: “se cobran aquellos complementarios y de carácter no fundamental que se determinen para este”. ¿Qué significa?

Admi Valhuerdi: Como se plantea en la conceptualización, es un tema a estudiar y a implementar, desde el VI Congreso ese es un asunto que se viene discutiendo, se plantearon muchos criterios, opiniones, en ese sentido.

Ahí se está ratificando que la salud en nuestro país es un servicio gratuito para todo el que lo necesite, pero hay determinados servicios de salud, como pudiera ser una cirugía plástica para engrosar los labios, u otras similares, que son válidas, porque son decisiones de las personas, pero que en un momento determinado, cuando se terminen estos estudios, ese pudiera ser uno de los servicios que se dijera: “Está bien, perfecto, usted lo quiere hacer, pero ese es un servicio que se puede cobrar”, porque eso no tiene nada que ver con el derecho ciudadano a la salud, lo que tenemos establecido en ese sentido.

Por ejemplo, el tema de los senos, hay muchas operaciones que parten de criterios médicos; siempre estaría detrás el criterio médico, si el criterio médico es que resulta necesario para la salud física, o incluso mental, psicológica de la persona, si es así, ese es un servicio que no se cobra, pero hay otros temas que ya son decisiones personales, gustos, que sí pudieran cobrarse en un momento determinado, porque además, son prestaciones que son económicamente costosas. Ese es un servicio que incluso la población en el proceso de discusión de los Lineamientos del 6to Congreso propuso que se diera el servicio y el que se pagara en los casos que fuera una alternativa, que no tiene criterio médico, que no responde a una necesidad de salud, es de ese tipo de servicios del que se está hablando aquí que se pudieran cobrar.

La responsabilidad del Estado con el desvalido


Otro de los conceptos que están muy claros en el documento es la importancia que tiene la familia en la responsabilidad frente a los hijos, los ancianos. Sin embargo, al leer este concepto he recordado los encuentros de Fidel a principios de los años 2000 con los trabajadores sociales, cuando él advertía que las personas podrían ser abandonadas hasta por su familia, pero no deberían ser nunca abandonadas por el Estado. ¿Hay alguna contradicción entre este concepto de la política social donde la responsabilidad se centra en la familia y esa idea de Fidel?

Admi Valhuerdi: No, la Asistencia Social en nuestro país funciona precisamente sobre esa base. Hay una responsabilidad de la familia, para con sus miembros, en particular los menores, jóvenes, adolescentes, ancianos, la familia es la célula fundamental de la sociedad y tiene la responsabilidad de garantizar el desarrollo y sostén de sus integrantes; ello no está reñido con el hecho de que ante una situación de vulnerabilidad el Estado asume las acciones que correspondan. Ahí están los ejemplos de los núcleos y beneficiarios protegidos por la Asistencia Social, por diferentes vías, incluso hay circunstancias, en las que si bien no son familias en situaciones de vulnerabilidad, la Asistencia Social asume el pago de determinados servicios, como es el caso de la electricidad a pacientes crónicos de determinadas enfermedades, el transporte a las personas que reciben precisan de la realización de hemodiálisis y otros servicios médicos identificados, la protección a las madres de hijos con discapacidad severa o el servicio de Asistente Social a Domicilio.

Rubén Toledo: Hace poco pude ver con satisfacción un trabajo periodístico, por la televisión, donde se trabaja con las personas que deambulan por las calles en condiciones precarias. Esas personas se llevan a determinados lugares donde se les atiende. Son casos concretos de personas que no están bajo la atención de su familia, y la sociedad no les da espalda, el Estado no les da la espalda, se atienden con la vocación de mejorarles su situación y de hacer todo lo posible por ayudarlos a resolver sus problemas vitales y reinsertarlos en sus familias.

Tampoco podemos ver que el enfoque que se le da en la Conceptualización al papel de la familia esté limitado a este elemento fundamental, de la responsabilidad que tiene como célula básica de la sociedad. Es en la familia donde se tienen que cultivar y desarrollar los valores humanos fundamentales, donde se tiene que educar, enriquecer la cultura, es decir, tiene un sentido mucho más amplio.

Prestación subvencionada de servicios


Admi Valhuerdi: Mira, en ese orden de los ejemplos, recientemente hubo una Mesa Redonda, y un trabajo que se hizo en la televisión, con relación, a todo este trabajo que se ha venido haciendo de recuperar las casas de abuelos y los hogares de ancianos. Eso viene asociado a un incremento de las tarifas, que siguen siendo subsidiadas, pero que tienen un incremento con relación a las que existían. Se hizo un estudio socioeconómico de todos los ancianos que reciben este servicio para ver quiénes estaban en condiciones de, con sus ingresos y los de su familia, asumir el pago, y quién no. ¿Pues la práctica qué dijo?: solo entre el veinte y el veinticinco por ciento de los beneficiados están asumiendo ellos y su familia el pago total de la nueva tarifa, y el resto lo está asumiendo la Asistencia Social; total o parcialmente.

-¿Es a esto a lo que se refiere el documento cuando se afirma que “se asegura la prestación subvencionada de servicios de cuidado a las personas que lo necesitan a través de instituciones de diferentes formas de propiedad y gestión”?

Admi Valhuerdi: Es eso.

O sea, que pueden coexistir distintas formas de propiedad y gestión de un Hogar de Ancianos, por ejemplo.

Admi Valhuerdi: En los hogares de ancianos como tal no, pues es una actividad que requiere de determinados servicios también de salud que se garantizan estatalmente, pero otros servicios de cuidados sí, por ejemplo, hoy existen los trabajadores por cuenta propia Asistentes para el Cuidado de Niños y los Cuidadores de ancianos, enfermos y personas con discapacidad.

-¿Podría aprobarse una cooperativa de este tipo?

Admi Valhuerdi: Sí, cómo no. Se pudieran proponer cooperativas para el desarrollo de servicios de cuidado, este es un tema en el que se está trabajando para organizar e incluso incentivar ese tipo de actividad de cuidados por formas cooperativas. El asistente para el cuidado de niños es una figura que tiene mayor presencia en el trabajo por cuenta propia, no así las personas que se dedican al cuidad de adultos mayores que son mucho menos.

El Estado reconoce la necesidad de esas figuras como complemento a las actividades que se desarrollan estatalmente, es bueno ratificar que se continuarán perfeccionando y desarrollando los hogares de ancianos, casas de abuelos, los círculos infantiles, y mejorando los servicios, y la incorporación de las formas de gestión no estatal para estos servicios es un complemento necesario dada la situación del envejecimiento poblacional, y las acciones que se desarrollan están en función de dar cumplimiento a la Política aprobada por el Consejo de ministros para la atención integral de la dinámica demográfica en el país.

Igualdad y desigualdad


-En la Conceptualización del Modelo aparece diez veces la palabra igualdad y dos veces la palabra desigualdad, ¿cuál es la relación que hay entre estos dos conceptos en esta política social?

Rubén Toledo: No solamente aparece diez veces la palabra igualdad, sino que aparece en los elementos fundamentales. Recuerdo que está en el Concepto de Revolución de nuestro Comandante en Jefe, lo que se reitera en el primero de los principios de nuestro socialismo a los que tributa el Modelo: “La dignidad, igualdad y libertad plenas del ser humano…”.

Constituye un elemento de justicia social, de derecho inalienable de las personas, y además, se puntualiza que es una igualdad que no debe ser interpretada como igualitarismo. La igualdad tiene que partir de la base de que las situaciones individuales no son las mismas, y por lo tanto, las necesidades tampoco lo son, ni las posibilidades, el talento, el esfuerzo, la creatividad y la dedicación al trabajo de las personas son las mismas.

Entonces, el concepto de igualdad se vincula con el de equidad, a través de la consideración de las desigualdades legítimas y la superación de las injustas. En consecuencia, las políticas económicas y sociales han de propiciar la igualdad de oportunidades y el fomento de las capacidades personales y colectivas, superando las brechas o diferencias socio-económicas injustas.

Admi Valhuerdi: Ratificando eso que decía Toledo, sobre todo la igualdad de derechos y oportunidades, porque a veces confundimos la igualdad con el igualitarismo y en el documento se hace esa precisión, que todos tenemos igualdad de derechos, igualdad de oportunidades, y cada cual accede según sus condiciones, sus características, sus posibilidades, en ese sentido.

-Pero fíjense, también está la desigualdad, si la pensamos en el sentido de las acciones afirmativas, aquellas políticas que protegen a grupos vulnerables, como los niños o los ancianos.

Rubén Toledo: Claro.

Admi Valhuerdi: Sí, hay grupos especialmente protegidos dada la esencia humanista de nuestro Modelo de desarrollo e incluso en esos ejemplos a los que te refieres no todos los niños no son iguales, ni todos los adultos, requieren los mismos cuidados. Lo que no puede ser que por tu condición de trabajar en uno sector u otro, o porque tengas mayores o menos ingresos tú estés en desventaja, con relación a los derechos sociales, a los servicios sociales que se brindan a través de las diferentes estructuras sociales, en aspectos tales como la educación, de la salud, el acceso a la cultura, al deporte, que son cosas que no están en correspondencia, con los ingresos que tienen las personas, están en correspondencia con sus necesidades.

Rubén Toledo: Entre los niños, ni siquiera entre los niños todos tienen las mismas necesidades, las mismas dificultades, y es una realidad.

Admi Valhuerdi: Ahí son las diferencias individuales.

Rubén Toledo: Hay niños que tienen necesidades y situaciones que requieren un tratamiento mucho mayor, un mayor apoyo a él y a su familia, y es un importante logro que ya se viene aplicando. Es un tratamiento equitativo, que parte de nuestros derechos como propietarios comunes y la esencia humanista de nuestro Modelo, no tiene vinculación con los ingresos monetarios que tenga la familia de ese niño. Es algo que nos viene dado como posibilidad a todos por ser propietarios comunes.

Hoy todos los cubamos disfrutamos el privilegio de no tener que preocuparnos de cómo enfrentar una enfermedad o accidente grave de nuestros hijos, familiares cercanos o nosotros mismos, y ser atendidos por un sistema de salud de alto prestigio internacional sin importar los costos.

Los lectores de Cubadebate preguntan


-Se nos está acabando el tiempo. Les decía al principio que este es el tercer programa de Cubadebate en el que hemos debatido con especialistas documentos generados del Congreso. Hemos estado recibiendo cientos de comentarios cada vez que publicamos algún debate sobre este tema. Traje algunas de esas opiniones, de hecho algunas preguntas que nos hacían ya la han estado respondiendo ustedes antes. De todas formas me quedan muchas opiniones que compartir y preguntas que hacer. Les propongo leerle algunos comentarios de los lectores y para cerrar más ágilmente este debate, ustedes lo comentan de la manera más breve posible.

Por ejemplo, dice Zuly: “Sólo necesito para poder vivir de mi trabajo y que este sea de nuevo una virtud pública, ese es el socialismo que necesito y quiero”. ¿Ustedes qué dicen a eso?

Rubén Toledo: Está defendiendo el principio de que sea justamente retribuido el trabajo que ella realiza. Y es algo que se corresponde precisamente con lo que el Modelo se plantea, y que eso no sea privativo de un tipo de actividad u otra, sino que sea algo para todas las actividades, incluidos los que trabajamos en las entidades de propiedad de todo el pueblo.

-Dice Ramiro: “Yo aspiro a un socialismo donde el estado sólo regule la gran industria, los recursos naturales, el petróleo, el níquel y otros yacimientos minerales, y que lo demás se haga por la propiedad privada”. Y otro forista deCubadebate, le responde a continuación. Dice Chucho: “Socio, a lo que tú aspiras es a un socio capitalismo y eso no existe, o eres socialista o eres capitalista”. ¿Quién tiene la razón, Chucho o Ramiro?

Admi Valhuerdi: Yo creo que ahí en lo que ellos están planteando habría que ver hasta dónde llega Chucho y qué cosa es lo que quiere Ramiro, pero la conceptualización sí define claramente que el Estado es propietario de los medios fundamentales de producción.

Hay actividades, que el estado continúa siendo propietario, y desarrolla otras formas de gestión que también le dan cabida a una dinámica que está prevista en la conceptualización, hoy ya existen en determinadas actividades de servicios en las que se está trabajando con estas alternativas y son una fuente de empleo, lo que debe contribuir a lo que conversábamos ahorita sobre el trabajo como la vía fundamental para la satisfacción de las necesidades del trabajador y de su familia, sobre la base, como ya se ha dicho anteriormente, del incremento de la producción, de la productividad.

Que el estado continúe manteniendo la propiedad sobre los medios fundamentales de producción y garantice que todo el pueblo sea beneficiario de la riqueza creada en su condición de propietarios comunes, eso es lo que caracteriza al socialismo.

Rubén Toledo: De todas maneras veo en la expresión del primer comentario que se utiliza la palabra “regula”, o sea, que el Estado regula. A mí me parece que debíamos comentarle que realmente esa es una función del Estado, incluso en países que no se plantean el Modelo de desarrollo socialista.

El Estado es el regulador de todos los actores de la sociedad; o sea, vivimos en sociedad, y la sociedad tiene que tener regulaciones de todo tipo, y en ellas el Estado tiene que ocupar un papel, porque si no sería un desorden absoluto, entonces es algo que se dice explícitamente en la Conceptualización, el Estado juega un papel regulador, rector, en función de los objetivos estratégicos del Modelo, que no es neoliberal ni minimiza las funciones del Estado. En cambio, no administra directamente, ni tiene el nivel de participación directa en todas las formas por igual.

Admi Valhuerdi: El Estado regula, es una de sus funciones, además de planificar, conducir y controlar el desarrollo, rectorando a todos los actores dentro de la economía. Más bien regula, el concepto organización es mucho más amplio y abarca más asuntos.

Rubén Toledo: Pero incluso hay otro concepto que se deja bien claro y me voy a referir a uno de los temas que genera más debate: La existencia de formas de propiedad y de gestión no estatal, incluida la privada, está condicionada a que cumplen una función social. Todas las formas de propiedad tienen que tributar, contribuir al proceso de construcción del socialismo, de la sociedad socialista a la que queremos aspirar. O sea, no es, que es la propiedad privada que se concibe, se desarrolla y se amplía individualistamente, con objetivos e intereses que no tienen que ver con los intereses de la sociedad. Juegan un papel, tienen un espacio, se le reconoce con todos sus derechos, en función de que cumplan funciones sociales.

-Cierro con Ana, que dice: “Yo tengo veintiséis años, soy joven nacida en los noventa, y me gustaría no morirme antes de ver un cambio socioeconómico bueno. Como todo cubano, estoy dispuesta a dar mi vida por mi país, pero es necesario que nos digan el cómo llegar a ese cambio, cómo lograr que la gente se sienta dueña de la propiedad social y que la cuide, cómo lograr que la gente diga “ahora” y no “mañana”. ¿Ustedes qué le dirían?

Rubén Toledo: Pienso que es una expresión muy representativa de una aspiración legítima de una muchacha de sus características, y creo que, efectivamente, lo que no podemos es desesperarnos, o sea, es importante, primero, que logremos una identificación y que todos lleguemos a un consenso social consciente y participativo del tipo de sociedad que nos queremos plantear, no porque nos vamos a quedar en eso, que sea un documento utópico, o simplemente un sueño.

Y no lo estoy diciendo a título personal, el propio VII Congreso del Partido, explícitamente en sus acuerdos, encarga al Comité Central de, una vez que concluya la elaboración de la Conceptualización, se trabaje en función de darle cumplimiento, con su aplicación concreta.

El primer paso para llegar al “cómo” es tener claro el “qué”, adónde queremos llegar, qué es lo que los cubanos nos proponemos hacer. Que lo vamos a hacer entre todos, y vamos a participar de una u otra manera. Todos nos tenemos que sentir, pienso yo, partícipes, en el pedacito que a cada uno le toca, de la construcción de esa sociedad.

Y el “cómo” es algo que tenemos que ir construyendo. El propio Plan de Desarrollo Económico y Social a largo plazo ya es un paso concreto del “cómo”, no el único, porque también la discusión de los Lineamientos que aprobó el Congreso y que la Asamblea Nacional discutió, es otra herramienta importante del “cómo”.

El Modelo se continuará actualizando como lo hemos estado haciendo en estos años, porque cada una de las políticas que el país ha ido definiendo, precisa sus objetivos y cómo lograrlos, y a partir de ahí se divulga, se aplica y se perfecciona.

Admi Valhuerdi: Es bueno que hayas traído ese comentario, porque una muchacha joven, nacida en el Período Especial, porque con esa edad que tiene nació en el pleno Período Especial, que nos esté diciendo: “Yo quiero luchar por mi país, díganme qué y cómo tengo que hacer”, me parece que es muy importante y alentador.

Hay que saber que estas no son decisiones ni resultados que se ven de un día para otro. hay personas que se preocupan y plantean : “la conceptualización, sí, está bien todo eso, ¿pero y eso cómo se hace?”, esto no está visto únicamente desde el punto de vista de teorizar cómo vamos a construir la sociedad futuro, está concebido en estrecha relación con los Lineamientos y el plan nacional de desarrollo, hasta el 2030, que después se concreta en planes quinquenales y anuales, y estos su materialización se irá realizando como ha dicho el General de Ejército en muchas oportunidades, “sin prisas pero sin pausas” y sobre todo con un seguimiento sistemático a las decisiones que se adoptan para corregir oportunamente todo lo que haga falta.

Hay situaciones coyunturales, como la que estamos viviendo, pero lo que está claro es que seguimos convencidos y comprometidos con el desarrollo, con el avance y con el logro de esa sociedad socialista próspera, sostenible, para que Ana y sus hijos tengan una sociedad mucho mejor, mucho más desarrollada, más próspera, que es a lo que se aspira.

Rubén Toledo: Y de modo sostenible, o sea, que seamos capaces -a pesar de la situación compleja, las dificultades nuestras y por las que el planeta atraviesa-, de crear las condiciones para enfrentarlas y salir siempre airosos, con consenso en la diversidad, reconociendo las diferencias, pero siempre unidos en función de lograr nuestros objetivos y seguir contribuyendo con otros pueblos del mundo.

Admi Valhuerdi: Hemos hablado de ser prósperos, de garantizar la sostenibilidad, y es importante señalar también que la nación que estamos construyendo es sobre la base de continuar preservando la independencia, la soberanía, la identidad, la democracia; en el Concepto de Revolución de Fidel y en el pensamiento martiano están refrendados los fundamentos de la conceptualización de la sociedad a la que aspiramos.

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