Terminó la segunda temporada de Con dos que se quieran dos y su director general, Amaury Pérez Vidal, no pudo escoger un entrevistado mejor que Cándido Fabré para cerrar con broche de oro la segunda temporada que nos entregó martes tras martes (o casi todos) amenas conversaciones con personalidades del mundo artístico.
Fabré, un improvisador nato, de una extracción humilde, oriental reyoyo, es uno de los pocos seres humanos que utilizan la tercera persona para hablar de ellos mismos. Este hecho más la sabiduría de sus palabras, expresadas con la sencillez de quién es y no aparenta, hicieron de esta conversación un espacio que se agradece por lo instructivo y entretenido.
En una entrevista que le realicé un tiempo atrás, Amaury me dijo “la segunda temporada de C2QSQ ya está llegando a su fin. Presumo que estaremos al aire hasta mediados de diciembre porque se han suspendido algunos programas por eventos coyunturales y eso los pospone. Quisiera señalar, cuando dices “por ahora” que debe haber una tercera temporada, sería “C2QSQ-3, para una fecha no determinada aún del próximo año. Tenemos la aprobación del Ministerio de Cultura, del ICAIC, y del ICRT” y acotaba que faltaba el presupuesto, pero por lo que expresó anoche ya está todo listo para esa próxima entrega, que debe ser a mediados del próximo año. En total se trasmitieron 190 programas.
En esa oportunidad Amaury también me dijo “Me preguntas por iluminación, escenografía, fotografía, y maquillaje. Agregaría a tu lista edición, sonido, montadores, asistentes de todo tipo, la investigadora, el corrector de color y el productor general. Somos más de 25 personas trabajando juntas y unidas durante casi dos años. Sin todas ellas, y no es humildad ni modestia, no hubiera existido el programa porque soy un artista aplicado sí, pero no un hombre orquesta. Los aciertos del programa nos pertenecen a todos, así como los errores; eso es, ni más ni menos, un colectivo de trabajo. Quisiera agregar a tu lista a los promotores que desde los organismos involucrados nos han ayudado y apoyado en los momentos difíciles, que también los tuvimos, y a Enrique González, el Jefe de Transmisiones del ICRT, por su profesionalismo y comprensión con el programa que lo ha llevado a formar parte, por derecho, de nuestro equipo”.
Antenoche, en cámara, se despidió de hombres y mujeres que han estado a su lado para conseguir una buena factura en C2QSQ. Creo que este descanso es bueno para todo el equipo que, de hecho, ya está haciendo otras obras y para los televidentes.
Por algo se han inventado las temporadas: permiten afianzar lo valioso, desdeñar lo que no funciona y dar un respiro a los más fieles seguidores. En el caso de Con dos que se quieran se añade que no es programa humorístico, ni de suspenso, ni melodramático (aunque algo puede tener de ellos), es más de pensamiento y por lo tanto se impone un distanciamiento.
Coincido con Amaury en que “todas las vidas son importantes, todas las historias tienen un peso, y que se les debe dar, a la historia y vida de cada quien, la misma jerarquía televisiva. Eso intento en TV y fuera de ella”, pero desde punto el de vista del espectáculo para la próxima temporada debe tener en cuenta la prominencia alcanzada por los entrevistados,e incluso, su telegenia en las primeras entregas. Ya no serán como los primeros sesenta (desde Alfredo Guevara hasta Monseñor Carlos Manuel de Céspedes), pero en este país existe un capital artístico que puede redondear otra temporada que siente a una buena parte del público en el butacón.
Y aprovecho para sugerir de nuevo a la televisión: trasladen La pupila asombrada para otro horario, que puede ser este que deja C2QSQ y ganaremos todos, especialmente los que seguimos enganchados con De cierta manera.
Tomado de Portal de la Televisión
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