jueves, 9 de junio de 2016

Comunicación de Cuba Posible.

Por Lenier González


En días pasados, hemos recibido de amigos, colaboradores y miembros del Consejo de Dirección de CP, mensajes acerca de la polémica desatada a raíz de nuestro trabajo. Varios de ellos han creído adecuado compartir con personas específicas, con las que tenemos algún vínculo, las misivas de Domingo Amuchástegui, de Aurelio Alonso y de Pedro Monreal, quienes han dado su autorización para hacerlo. Este envío pretende solo ofrecer mayor información, y transparencia, sobre el trabajo de CP. A quienes se interesen por más información, les recordamos que en nuestra página web han aparecido varios materiales sobre este intercambio.


Con saludos


Correo de Domingo Amuchástegui a la jefa editorial de Cubadebate:


Estimada Rosa Miriam,


Acabo de participar en una modesta conferencia de un día, organizada por las principales figuras del proyecto conocido como Cuba Posible, Roberto Veiga y Lenier González. He leído hoy en Cubadebate un pequeño comentario de Iroel Sánchez sobre dicho encuentro celebrado en Nueva York.


De la primera a la última línea, Iroel arremete contra esta conferencia, donde todos los nombres que menciona son presentados como elementos hostiles a la Revolución, asociados a ONGs conectadas, servidoras y supeditadas a multimillonarios tenebrosos como Soros y a la siempre presente mano tenebrosa de la CIA y agrupamientos notoriamente contrarios como Encuentro. Lo único que cabe concluir es descalificar completamente dicha conferencia de punta a cabo. Son sus opiniones y merecen el debido respeto, en la misma medida que mis opiniones y testimonios discrepantes.


Paralelamente, los elementos de juicio de otros que allí estuvieron, deben ser tomados en consideración a fin de tener una perspectiva más diversa y abarcadora. Ofrezco los míos a fin de que, si se estima pertinente, se compartan con Iroel y si así se decidiera, que se publiquen.


Primero que todo, Cuba Posible es un proyecto de debate amplio y diverso, donde pueden encontrarse desde enfoques, criterios y propuestas críticos en un amplio diapasón, unos más distantes y otros más cercanos de la experiencia cubana, su pasado, presente y futuro, así como de los que pueda sostener Iroel. Cuba Posible no es órgano oficial de nadie, y creo que en su sitio electrónico tienen cabida casi todo el mundo. En este sentido, anda más cerca de lo que se propone Cubadebate, aunque con horizontes más heterogéneos.


Roberto Veiga y Lenier González, son dos jóvenes promotores originados en la Iglesia Católica y durante muchos años editores y animadores de la muy respetable publicación, Espacio Laical, donde se ventilaron talleres, seminarios, conferencias, de reconocida calidad y rigor, involucrando figuras e ideas de todas las latitudes, matices y perspectivas. En una tradición similar parece inscribirse, hasta hoy, el proyecto de Cuba Posible.


Iroel le atribuye a Roberto Veiga ser un abanderado del "transitional change" y una "multiparty Cuba" (términos en inglés que ha utilizado el autor en su comentario). Nunca he leído ni escuchado a Roberto Veiga proyectarse en defensa de semejantes tesis. He tenido la oportunidad de escucharle en un par de conferencias y leer varias de sus trabajos y no recuerdo que ande navegando por dichas propuestas. Tampoco a Lenier González. Y en esta conferencia en particular que menciona Iroel, ambos en sus pronunciamientos anduvieron muy lejos de semejantes ideas. Veiga en particular sustanció muchos de sus argumentos con los enfoques más recientes del presidente Raúl Castro y Lenier rechazó categóricamente algunas ideas con sabor a "terapia de choque" planteadas por algunos panelistas.


Las alusiones a Carlos Saladrigas merecen algunas puntualizaciones. Ciertamente fue un enemigo declarado de la Revolución hasta fines de la década de los 90, como muchos otros, aunque sin asociarse jamás a agrupaciones beligerantes del corte de la Fundación Nacional Cubano Americana, del fallecido Más Canosa. Tampoco promovió ni financió a Encuentro de la Cultura Cubana y su revista digital Cuba Encuentro, de acuerdo a los testimonios de Anabelle Rodríguez, su fundadora y directora.


En su reconocido viraje hacia una posición de diálogo, cooperación y normalización, Saladrigas se enfrentó y descaracterizó a las organizaciones más agresivas del exilio, buscó activamente sumar otras figuras y sectores a una postura similar, incluyendo activas y sostenidas gestiones a favor de la normalización de relaciones entre figuras de la administración Obama, ha animado diversas iniciativas de cooperación, incluyendo el muy exitoso proyecto de Cuba Emprende. Parece innecesario aclarar, pero lo estimo prudente por si acaso, que no juzgo a Saladrigas como abanderado del socialismo del siglo XXI, aspirante al PCC o cuadro del Departamento Ideológico; tampoco a Alfredo Durán o a Tony Zamora, los que junto con otros han experimentado reflexiones y reencuentros similares en fechas más tempranas o más tarde. Lo juzgo por lo que ha sido, por su contribución significativa a la normalización de relaciones, por fomentar formas de cooperación con sectores no estatales, eclesiásticos y estatales. Su actividad ayudó a sumar a otros, como Alfie Fanjul y Carlos Gutiérrez, en su reencuentro con la verdadera realidad cubana. ¿Trabaja para la CIA? No lo sé y no me parece, pero lo que ha hecho hasta ahora ha sido positivo. Los esquemas de que estás conmigo o en contra mía, han sido sobrepasados por realidades y tendencias más complejas y matizadas, donde se hace necesario trabajar de conjunto con otros, incluyendo las pocas o muchas diferencias, en lo posible y hasta donde sea posible. Restar es muy fácil; sumar es todo un arte.


Alude Iroel al profesor Arturo López Levy en términos no menos ácidos. Arturo, desde muy joven, ha tenido sus ideas muy propias de apreciar e interactuar con el proceso revolucionario cubano --que no es la línea del Partido o la total incondicionalidad- y es por esto que sostiene hasta hoy vínculos muy estrechos y sistemáticos con su tierra y dicho proceso. En esta conferencia, dio muestra de ello y se enfrentó de manera bien documentada a algunas ideas y propuestas inaceptables con respecto al presente y futuro inmediato de Cuba. También lo hicieron algunos colegas suyos del grupo CAFE. Alguna disparatada aproximación al tema de la discriminación racial actualmente en Cuba por una investigadora norteamericana, fue debidamente refutada por el académico cubano Rafael Hernández.


Iroel alude a los embajadores que participaron de la conferencia casi como si representaran un caso de injerencia en la soberanía de Cuba, como si hubieran aludido a problemas internos que incumben exclusivamente al derecho soberano de Cuba. Pues no, no lo hicieron. Cada uno de ellos se limitó a abordar el desarrollo de los vínculos bilaterales con Cuba desde la perspectiva de lo que a cada uno toca, con sumo cuidado, balance y moderación, incluyendo la presentación hecha por el Encargado de Negocios de EEUU, Jeffrey DeLaurentis, que apuntó claramente hacia nuevos acuerdos y avances y el Embajador Portocarrero, de la Unión Europea, quien anunció una culminación exitosa de las negociaciones entre la UE y Cuba para fines de año.


Distintas intervenciones de otros panelistas y del público no dejaron de destacar la muy negativa persistencia del embargo o bloqueo, como el principal obstáculo a un flujo normal de la inversión extranjera y de la normalización en general, así como de la muy exitosa reinserción internacional de Cuba. Otros insistieron en no olvidar la noción expresada por el presidente Obama y sus negociadores en La Habana (Robertson y Lee) de que en la política de EEUU hacia Cuba no se planteaba un cambio de estrategia, sino de táctica.


Cierto que prevalecieron análisis muy críticos en torno a grandes temas económicos y sociales de parte de bien conocidos economistas y politólogos cubanos como Pavel Vidal, Omar Everleny Villanueva, Pedro Monreal y otros acerca la situación actual de Cuba. Cabe destacar que no pocos de estos enfoques no anduvieron muy distantes ni diferentes de los análisis, criterios y cifras discutidas por el presidente Raúl Castro y el Vice-Presidente y Ministro de Economía, Marino Murillo Jorge, durante el más reciente congreso del PCC.


Las mayores diferencias anduvieron en los caminos a seguir, donde hubo sugerencias enfiladas a recurrir a sensibles recortes sociales. Hubo bastante consenso en que las políticas públicas de bienestar social dependen claramente de un desarrollo económico-social equivalente.


Carmelo Mesa-Lago apuntaba a que semejantes políticas empeoran cuando concurre lo que él describe como "caída de salarios y de los fondos de protección social," con desigualdades crecientes y "con exportaciones que caen en el 24% y también los servicios y con un sistema tributario desastroso," para insistir en que un Estado de bienestar sólo es solvente sobre una base económica sólida, razonamientos todos bien atendibles no obstante discrepar en las posibles soluciones.


Aquellas soluciones más inclinadas a la aludida "terapia de choque," encontraron no pocos rechazos como el ya señalado de Lenier González. Pero no fue éste el único por la sencilla razón de que en esta conferencia -más allá de que hubiera algún asalariado del millonario Soros, la CIA o alguna de las tenebrosas fundaciones mencionadas- asistían y participaron activamente contra tales propuestas figuras como Balari, Rafael Hernández, Julio César Guanche, Eugenio Rodríguez Balari, Narciso Cobo, Carlos Alzugaray, el que suscribe y otros, bien conocidos y respetados en el mundo académico cubano.


De manera que creo poder sugerirle al colega Iroel Sánchez que esta conferencia organizada por Cuba Posible no tiene parentesco alguno con su descripción en Cubadebate, influida o parcializada quizás por el hecho de que no participó directamente en dicha conferencia y sólo se hizo eco de algunas versiones muy parciales y tendenciosas. Esta conferencia fue ciertamente nada lineal, uniforme ni " bien amarrada." Fue un importante debate, con un debate esclarecedor y positivo en la esfera de los intercambios sobre los desafíos actuales de la experiencia cubana.


En espera de cualquier comentario, con todo respeto,


Domingo Amuchastegui


(Iroel Sánchez no autorizó la publicación de su respuesta a Domingo Amuchástegui)


Respuesta de Domingo Amuchástegui a Iroel Sánchez:


Estimado Iroel,


Te agradezco tu respuesta y las fuentes en que te apoyaste para la redacción de tu artículo, todas bastante bien conocidas. Mencionas la frase de Fidel sobre Saladrigas. Ha llovido desde entonces (2008) ¿Y los hechos que yo menciono sobre Saladrigas no merecen una valoración diferente? ¿Representa hoy al "enemigo" o la zona gris en la que hay que trabajar? Dicen por ahí que en la vida hay que andar con dos jabas, una para las malas y otra para las buenas ¿Cuál de las dos pesa hoy más? ¿Acaso un enemigo furibundo de toda su vida hasta hace apenas un año hoy, tras una reflexión crítica, no visita Cuba hoy repetidamente y comparte ideas de diferentes tonalidades e inclinaciones, que estoy seguro que tu, ni yo, compartimos? Hablo de Carlos Gutiérrez, como pudiera mencionarse también a los Fanjul y otros. Discrepar, aclarar o coincidir con Carmelo Mesa-Lago ha sido un patrón recurrente durante décadas de visitas honestas de éste a Cuba, de esclarecedores intercambios con el mundo académico cubano, mientras del otro lado recibía mil recriminaciones y ataques. Mesa-Lago no es un neoliberal. Un hombre que defiende desde su óptica la noción de un Estado de bienestar social no puede ni debe encasillarse o descalificarse con dicha etiqueta.


Tal vez de lo que se trata es de entender si debemos o no tomar parte en toda la diversidad de espacios que hoy se hacen más asequibles -en especial luego del 17/D/14- y exponer y debatir en ellos ideas, las de todos. Y la casi totalidad, sino absolutamente todos estos espacios, tienen "padrinos" y promotores que aspiran con ello a hacer avanzar sus propias ideas e intereses, llámese en este caso Soros, Buffett, Gates, Iacoca, Rockefeller, Ford, Ebert, la CIA, el Departamento de Estado o decenas de universidades norteamericanas, como también lo hacen, en el buen sentido del término, la UH, CIPI, la ANEC o TEMAS. ¿Se debe participar o no? Creo que sí.


Una cosa es predicar entre tus iguales y otra bien diferente es -como gusta decir un amigo común- "predicar en el infierno." Aquí es donde "la batalla de ideas" se hace más difícil; el desafío es mayor, pero no por ello debemos inhibirnos, aislarnos ni amilanarnos. La pelea hay que darla en cuanto foro se haga accesible, en cualquier latitud, financie quien financie, independiente de cualquier intención tenebrosa de parte de sus promotores, cosa ésta que no nos debe intimidar ni cohibir.


Estoy seguro que recuerdas los debates en nuestro país en el 2007. Así debe ser siempre. Nunca he sido testigo de un debate más democrático y abarcador. Con ése espíritu debemos participar en cualquier debate sobre Cuba, repito, en cualquier espacio o latitud, con tales patrocinadores u otros de similar signo, me gusten o me disgusten, que lo que importa, y es lo esencial, es el debate de las ideas y la pelea por nuestra verdad.


¿No te gustaría acaso un cara a cara entre Iroel y Soros, o con Saladrigas o Carmelo Mesa-Lago? Sería un debate interesante.


Mis respetos y hasta la próxima.


Amuchástegui


Consideraciones de Aurelio Alonso después de la participación en la red de otras personas a raíz de este debate.


Correo 1 de Aurelio Alonso:


Estimados amigos, comparto plenamente estos criterios, y en alguna que otra ocasión lo he dejado expuesto por escrito sin mayores argumentos. El descrédito del multipartidismo cubano llegó a ser tal que a nadie le sorprendió que casi todas las formaciones partidarias legitimadas por el ancient regime se desvanecieran silenciosamente, sin que ningún decreto los proscribiera. Dos excepciones fueron el Partido del Pueblo Cubano (ortodoxo), cuya izquierda integró la casi totalidad de los participantes en el Moncada, como nos recuerdan las investigaciones de Mario Mencía y, los que no dejaron la vida allí, reaparecerían junto a Fidel y Raúl en el Movimiento 26/7. La otra fue el Partido Socialista Popular, que se había incorporado a la lucha armada liderada por Fidel, y decidió su disolución en su Octava Asamblea en 1959, para subordinar a su militancia a un proceso de unificación de las fuerzas políticas revolucionarias que las confrontaciones que se habían iniciado mostraban como necesario. Por eso considero que el hecho del partido unido, como se le llamó en el proceso de construcción (no “único”) descansa en una razón más histórica que doctrinal. En sentido general no considero que la construcción socialista tenga que realizarse con la exclusión de diversos partidos, como tampoco acepto que el pluripartidismo sea un componente sine qua non de la democracia. Al menos de las cualidades democráticas que deben regir en una sociedad que haya decidido no estructurarse sobre la explotación de clases. Cualidades que poco o nada deben tener que ver con el mercado de votos que constituyen en nuestros días los regímenes políticos regidos por la lógica del capital. Creo firmemente que, para evolucionar a un socialismo que se valga del mercado sin someterse a sus reglas, tendremos que acercarnos también a un poder del pueblo cuyas instituciones, reglas y elementos culturales lo hagan eficaz. Claro que no digo nada nuevo: sigo aquel pensamiento de Rosa Luxemburgo al reconocer que era imposible la democracia sin socialismo tanto como el socialismo sin democracia. Si esta nueva función que debe jugar el movimiento portador de los ideales de transformación después de acceder al poder al poder debe mantenerse con un partido unificador, o desde un espectro de diversidad multipartidista, es un dilema esencialmente histórico. De ningún modo definible desde una perspectiva doctrinal: no se trata de un dogma legado por el materialismo histórico, para decirlo de otro modo. Bueno, amigos, les saludo de nuevo, Aurelio.


Correo 2 de Aurelio Alonso:


Buen texto de Amunchástegui, aunque no hay que olvidar que tras la censura no solo está lo que se dijo sino quien lo ha dicho: si representa intereses de otros o no, si le fue orientado o no, si está autorizado o no, si ha sido informado antes o no, si tiene derecho a decirlo o no, si está en “la línea” si se trata de un “libretazo”, si ha sido ingenuo o malvado. No me explico cómo es posible todavía que tengamos que hablar con tantos escrúpulos para disentir, o incluso para decir las cosas de otro modo, o usar determinados conceptos, o responderles a quienes no piensan como nosotros. Recuerdo que Lisandro Otero me comentó una vez que Sartre, cuando nos visitó con Simone de Beauvoir en 1960, había dicho que no le preocupaba que no se pudieran manifestar los que estuvieran en contra, sino que no pudieran hacerlo los que estaban a favor. Yo, menos ortodoxo que él, pienso que tendríamos que discutir incluso sobre los espacios para que se manifiesten los que están en contra, que una legalidad racional debiera asegurar y limitar, a la vez, para no arriesgar la paz ni la normalidad funcional del sistema social. Que se pueda decir lo que se desee decir con la garantía mínima de que se será escuchado. Pero ese no es el debate que nos concierne ahora, que nos hallamos aún dentro de la preocupación sartriana. Detesto recostarme en las sentencias de los próceres, porque siempre me parece un acomodo, pero ya ha sido dicho, desde mucha altura ética y patriótica, que si la batalla es de pensamiento, a pensamiento hay que librarla.


 Aurelio


Correo 3 de Aurelio Alonso:


Caro Lenier: Muy interesante que Haroldo Dilla entienda que CP no es la contrarrevolución (o dicho con más precisión, la claudicación al proyecto de sociedad, y de utopía socialista) como él hubiese deseado y necesitado para pronunciar un elogio. El elogio que a CP no le hace falta. Solo que lo borda con tanta palabrería que no se sabe si está apoyando a los que disparan desde adentro (los extremos se tocan, a veces sin querer, a veces no). Del lado opuesto se le compara, de manera increíblemente injusta y arbitraria, con el fracasado Encuentro de la Cultura cubana, cuando son precisamente dos inteligencias opuestas de nuestra realidad. Argumentan que los que financian CP financiaron Encuentro. No lo sé. No tengo manera ni autoridad para auditarlos. Pero incluso si fuera así no son lo mismo ni parecidos Encuentro y CP si los juzgamos desprejuiciadamente por lo que se dice y se hace. ¿Debió aceptarse plata de Open Society (la aludo en solitario porque WOLA merece todo mi respeto)? Si Open Society (o Soros mismo) invirtió grandes cantidades de dinero para tratar de conseguir la derrota de George W. Bush en las presidenciales de 2004, como afirma Yeniel Cabrera, en un artículo netamente dedicado a condenar a dicha fundación (y sobre todo a CP), hay que tomar nota de ello. Porque de haber ganado Al Gore aquellas complejas elecciones estoy seguro de que para Cuba hubiera podido ser mejor. Y para el resto de América también. Lo esencial es que el ataque a CP sigue dirigido a denostar, difamar, condenar, y las únicas críticas a las afirmaciones de los representantes de Cuba Posible se refieren, precisamente, a las que se reconocen dentro del proyecto socialista cubano y su liderazgo, para  rastrear la intensión de “tejerse un manto de apoyo manipulando convenientemente en las intervenciones del compañero Raúl Castro”. Pues nada, que como va la cosa, estoy por 1) no dejar que la agenda de debate nos la impongan críticas de este corte, que no sean respetuosas y constructivas, ya que el respecto es posible (más, necesario) de un lado tanto como del otro; 2) continuar el propósito de mantener el espacio de debate centrado en el futuro del proyecto socialista cubano, por lo que creo que la publicación ahora del dossier con las respuestas a las cuatro preguntas no debe demorar (hay que insistir con los morosos); 3) los puntos a los cuales los adversarios de CP evitan referirse con argumentos denotan la insuficiencia de sus críticas, y son los puntos en los que tendremos que insistir. Tengo que leerme los documentos del taller ¿me los enviaron ya?. Solo he leído la apertura de Veiga y tu cierre, que están muy bien, aunque unos les digan que tejen y manipulan y otros que son muñecos del régimen. Ni lo uno ni lo otro disminuye su valor. Todo esto es parte del plan de la vida, como diría un viejo amigo. Abrazos,


 Aurelio


Correo de Pedro Monreal:


Estimados amigos,


He leído el texto de Yeniel Cabrera publicado el pasado 1 de junio “El lobo y la fábula de Cuba Posible”. No es interesante por lo dice sino por lo que oculta. Es, además, pobre en su contenido y torcido en el método. Su apetencia por crearle a Cuba Posible un caso de "deslegitimación por asociación" lo ha llevado a una manipulación arrabalera de la información.


Lo que afirma Cabrera sobre las actividades de Open Society en Europa del Este es cierto y lo que ha hecho esa institución en esos casos es justamente criticable. Hasta ahí, el análisis prometía ser interesante.  No obstante, esa es una información parcial que solamente refleja parte de una realidad mucho más compleja que la que nos quiere hacer creer Yeniel Cabrera que existe. Eso es algo que pudiera comprobarse sin mucho esfuerzo revisando el sitio web de la organización DISCOVERTHENETWORKS.ORG


http://www.discoverthenetworks.org/viewSubCategory.asp?id=1237


El texto de Yeniel Cabrera priva a sus lectores de la posibilidad de conocer la relación de Open Society con algunas instituciones nada sospechosas de ser adalides del neoliberalismo ni del terrorismo mediático, ni de nada por el estilo. Convenientemente, Cabrera pasa por alto el apoyo que Open Society le ha ofrecido a instituciones de un corte netamente progresista -en el contexto de EE.UU- como son: Alliance for Justice (activistas que se oponen a la designación de jueces conservadores), American Civil Liberties Union (conocida institución de la lucha por los derechos civiles, muy crítica de las restricciones impuestas bajo el pretexto de la lucha contra el terrorismo), American Friends Service Committee (actualmente muy activos contra la llamada Acta Patriótica), Arab American Institute Foundation (institución que critica a Israel por la brutalidad contra el pueblo palestino), Casa de Maryland (defensora de los inmigrantes ilegales en EE.UU), MADRE (organización de defensa de los derechos de la mujer que plantea que el gobierno de EE.UU es el principal violador mundial de los derechos humanos), Malcom X Grassroots Movement (exige la reparación a la población negra por los daños infligidos por la esclavitud), Mexican Americal Legal Defense and Education Fund (MALDEF) (una de las instituciones más conocidas en el campo de la defensa de los derechos de la llamada población “hispana”) , NACCP Legal Defense and Education Fund (activismo defensor de los derechos de la población afronorteamericana), National Council of La Raza (defensora de los derechos de los inmigrantes), Planned Parenthood (defensa de los derechos de la mujer), Proteus Fund (apoyo a organizaciones de lo que se considera como una izquierda radical en EE.UU), Think Progress (plataforma online crítica del conservadurismo), Tide Foundation (también apoya lo que se considera como una izquierda radical en EE.UU), Urban Institute (defensora de la salud pública social y del alza de impuestos a los ricos), y Voto Latino (movimiento para incrementar los latinos registrados como votantes), entre otros.

Obviamente siempre pudiera argumentarse que el listado de los recipientes de apoyo de Open Society es muy extenso y que también incluye entidades que son abiertamente reaccionarias, desde el punto de vista del socialismo cubano. Eso es cierto y también puede encontrarse esa información en el sitio web antes referido. Debe quedar claro que aquí nadie está defendiendo a la Open Society sino simplemente diciendo que, como muchas otras instituciones capitalistas, esa es una entidad compleja y contradictoria. Se supone que cualquier analista medianamente serio exponga esa realidad en toda su amplitud, en vez de hacer malabarismos con la información.


Pero lo más interesante es la manera en que Yeniel Cabrera no revela (o no “denuncia”) que, según  la fuente antes apuntada (DISCOVERTHENETWORKS.ORG), la Open Society habría financiado dos instituciones que son abiertamente solidarias con la Revolución Cubana: Global Exchange y National Security Archive Project.


¿Permite entonces la información disponible sostener la tajante afirmación de que el historial de Open Society consiste básicamente en “la financiación de grupos de oposición a gobiernos socialistas, progresistas o simplemente que contravengan sus intereses capitalistas”, o es el asunto mucho más complejo que el esperpento “analítico” que se nos propone?


¿Es la historieta que se ha inventado Yeniel Cabrera una evidencia creíble de que Cuba Posible funciona con “el respaldo de personas, fundaciones y gobiernos interesados en la sumisión de Cuba a los intereses del gran capital”?


El extravagante esquema “analítico” de Yeniel Cabrera de "deslegitimación por asociación" se apoya enteramente en la manipulación de la información. No hay que darle más vueltas al asunto.


Al final, la propuesta de Cabrera no es más que una versión online trasnochada, con ínfulas de análisis, de la fórmula de una vieja guaracha de Oscar Muñoz: "Songo le dio a borondongo, borondongo le dio a Bernabé, bernabé le pegó a muchilanga le echó a burundanga les hinchan los pies". No hace falta acudir a Esopo cuando se tiene a mano a Celia Cruz.


Un abrazo,


Pedro


 

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