Por: Harold Cárdenas Lema
Un proyecto de país que no conduzca al Socialismo no me interesa. Es por eso que vivo adolorido desde el último congreso del Partido, porque los golpes amigos duelen más que los enemigos. Al ver postergada la continuidad generacional en la dirección del Partido sentí que la necesidad de nuevos sistemas de trabajo y nuevas fórmulas se postergaba también. Y una parte de mí entiende a Raúl, quiénes mejores para librar la batalla que quienes se han probado en el tiempo, pero es más que eso.
Sería un error creer que la necesidad de renovación en la dirección del país implica una crítica a los dirigentes actuales, se trata de un proceso natural largamente pospuesto que de seguir aplazándose arriesga convertirse en ruptura. Virgilio Piñera decía que no hay nada peor que ver a la generación anterior claudicar, quizás lo único peor sería verlos omitidos en su protagonismo, a todos los niveles.
Mi abuelo hoy ve el noticiero y siente que para él se trata de la batalla final contra el imperialismo pero para nosotros no. Como Fidel en su tiempo, sentimos hoy que tenemos toda una vida de luchas por delante y mejor nos alistamos a protagonizarla, como lo hizo la Generación del Centenario. Algo debe estar muy mal realmente para envidiar a quienes se enfrentaron a Batista y vivieron los mayores peligros físicos, es que hoy el escenario es más complejo.
Quizá la persona que arruinó todo fue Obama, su visita justo antes del congreso y su influencia mediática en la isla puso a la defensiva todo el aparato político cubano. ¿Se podían operar grandes cambios entonces? Difícil. Aún así debemos aspirar a ser no solo un parlamento en una trinchera sino también arriesgarnos en situaciones bajo presión.
Soy orgulloso militante de la UJC en Cuba. Como dijera Diego en Fresa y Chocolate, tengo una cabeza que piensa, y no me voy de mi organización, no me voy de mi país, porque sin mí le faltaría un pedazo. Antonio Guiteras veía para esta isla un futuro luminoso dentro de una democracia socialista, muchos lo vemos así también y por eso nuestro blog se creó bajo su experiencia. No se trata de cambiar unas personas por otras, no es una simple sustitución generacional, debe implicar un salto cualitativo también en las formas de hacer política.
Así como Fidel perfeccionó las ideas de Guiteras y Mella, en la actualidad hay muchos que pueden perfeccionar las fórmulas actuales. Honestamente, me hubiera gustado ver a Obama medirse junto a Josefina Vidal de tú a tú, o junto a Díaz Canel o Lázaro Expósito. Y Raúl es un interlocutor válido que además simboliza cómo este acercamiento con Estados Unidos ha sido iniciado por la generación histórica, pero la edad lo pone en una desventaja injusta y tenemos tanta gente joven que también lo podría hacer.
En la práctica no tiene sentido citar nombres porque el país está repleto de dirigentes desconocidos que no llegan a la luz pública, pero están ahí. Aquí expreso mi opinión de ciudadano, la de militante será más fuerte, en el proceso de debate que comienza sobre los documentos presentados al calor del Congreso. Y es buena señal, excelente oportunidad esta para abrir un diálogo nacional dentro de las fuerzas revolucionarias.
El congreso partidista quedó por debajo de mis expectativas, que quizás eran muy altas, quizás el cambio de mentalidad no lo logramos realmente o quizás Obama nos arruinó todo con su visita. Pero me duele cuando lo inminente es pospuesto o se siguen cometiendo los mismos errores que atentan al sentido común. No es un dolor ajeno o una queja francotiradora, no soy de los que se cansa, cuelga los guantes o se va del país. Ni pienso renunciar a Cuba, pero en estos días tengo un dolor militante en el pecho, ojalá pase pronto.
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