viernes, 17 de junio de 2016

Necesitamos socialismo y realismo

Por Humberto Pérez González

El proceso de actualización del modelo económico que se está implementando se ha enrumbado correctamente, aunque su marcha se siente y parece lenta, tal vez por la impaciencia de ver resultados lo más pronto posible, algunos de los cuales se esperaba estarlos viendo ya. A veces se adolece de marchas y contramarchas intermitentes no siempre lógicas y justificadas, en algunos aspectos importantes los pasos son demasiado cortos y demorados faltando el sentido de urgencia a que se refirió Raúl en su Informe al VII Congreso, se manifiestan trabas de distinto tipo, aparecen regulaciones y medidas contraproducentes y a veces absurdas o por lo menos incomprensibles, etc.


Fidel en su Informe al Primer Congreso del Partido decía que ¨… el revolucionario tiene también el deber de ser realista…Hay que aprender también de los hechos y de las realidades” y en la definición que hizo en su discurso del 1ro. de mayo del 2000 entre otras cuestiones planteo que ¨Revolución es luchar con audacia, inteligencia y realismo¨.


El realismo es una condición indispensable en estos momentos para aspirar a consolidar, profundizar y  desarrollar con éxito y de manera viable nuestro proyecto socialista, sobre la base naturalmente del gran trecho ya caminado en estos 57 años de Revolución y tomando lo mejor de lo logrado y pensado en las diversas etapas de dichos años incluyendo las más idealistas que también nos legaron importantes aportes a recoger, pero sobre todo a partir de un análisis objetivo de la situación,  circunstancias, hechos y realidades actuales:


-- país pequeño, de economía abierta y sin recursos naturales suficientes,


-- infraestructura y planta industrial sumamente deterioradas,


-- ausencia de fuentes de ahorro interno suficientes para respaldar el proceso inversionista que se requiere,


-- falta de un apoyo económico externo como el que en cierto momento se tuvo,


--rodeados por un mundo predominantemente capitalista con el cual estamos obligados a vincularnos económica y financieramente y de alguna manera integrarnos a él,


--con una sociedad interna desgarrada por un Periodo Especial que lastimo seriamente los logros sociales conquistados incluso a los más significativos y emblemáticos, y que la fracturo en diversos segmentos desiguales económica y socialmente entre sí,


--con una mayor parte de la población (obreros y empleados del sector estatal, pensionados, etc.) que no recibe ingresos legales suficientes para vivir


-- con gran parte de sus familias divididas y aproximadamente un 15% de su población residiendo en el exterior


--con la existencia de dos monedas y varias tasas de cambio en su circulación monetaria interna lo que contamina, desfigura y hace no confiables indicadores macroeconómicos fundamentales  necesarios para tomar decisiones y conducir la economía, que desestimula a las empresas exportadoras y a la inversión extranjera y, algo muy importante y muy negativo:


Se trata del hecho de que esta dualidad monetaria y sobre todo la multiplicidad cambiaria es un factor inflacionario y deformador, de un impacto determinante en los mercados de oferta y demanda (entre ellos en los mercados agropecuarios ) y en general de los altos precios del mercado minorista al inyectar a través de las remesas (uno 1800 millones de CUC anuales), un circulante importado de más de 43 mil millones de pesos al año no asociados al proceso productivo nacional (1800 millones de CUC al cambio de 1x24) que más que duplica el total de la demanda solvente generada internamente por todo el sector estatal expresada por la suma del total de salarios, pensiones y asistencia social la que anualmente resulta, según datos de la ONE,  aproximadamente de solo unos 35 o 36 mil millones de pesos o poco más.


A esta demanda solvente inflacionaria adicional de origen externo habría que sumarle además la magnitud de la generada por los ingresos en divisas o CUC de paladares, taxistas y demás cuentapropistas que venden productos y servicios directamente a los extranjeros, más los ingresos de las “jineteras” y las propinas en el turismo, cifras de las que no conozco sus estadísticas pero que son altas y también al cambio de 1x24 van a comprar y demandar productos y servicios al mercado minorista.


Estos componentes anormales y sobredimensionados de la demanda solvente tienen el agravante de que se concentran principalmente en una parte minoritaria de la población con capacidad para pagar cualquier precio que le pidan y absorber casi totalmente o por lo menos a la mayor parte de la oferta disponible.


En resumen una demanda solvente teratológicamente deformada: por un lado exagerada  y anormalmente inflada para una parte minoritaria  de los demandantes, por otro lado insuficiente   para una mayoría de la población  ante la cual los precios no están a su alcance y como sumatoria una demanda solvente total que más que duplica a la que sería lógicamente generada desde un punto de vista económico, financiero y monetario.


Mientras esta anomalía persista no hay medidas administrativas ni  precios topados ni lucha contra intermediarios innecesarios y especuladores, que logre un equilibrio de precios más o menos normal. Las medidas administrativas tomadas, aunque produzcan alivios temporales van a ocasionar consecuencias secundarias contraproducentes, deformadoras y negativas en cuanto al papel que el mercado debe jugar en el nuevo modelo económico en proceso de implantación pues atacan causas aparentes  y cuando menos secundarias y no a las principales causas reales del fenómeno inflacionario.


Las únicas medidas adecuadamente orientadas,  en el contexto de las que se están tomando, son las destinadas a lograr aumentos de la producción y la oferta pero tendrán efectos demorados e insuficientes, porque reiteradamente se verán contrarrestados y en gran parte anulados  por la deformación creciente de la demanda solvente antes mencionada.


Esa demanda tan anormalmente inflada  va a continuar manifestándose de manera necesaria y significativamente alcista en los mercados que existan legalmente, en estos momentos principalmente en los que se han conservado de libre oferta y demanda sin precios topados,  y cuando estos no respondan a ella con su oferta, se desviara y lo hará en el mercado negro.


Hay que tomar en consideración además que un mercado tan distorsionado no es el complemento adecuado a la planificación centralizada, combinación que se ha planteado para la construcción del socialismo en nuestras condiciones.  De no normalizarse    la relación oferta-demanda y el mercado en general, esta  combinación y complementación  aconsejables  entre planificación centralizada  y mercado y entre sector estatal y no estatal de la economía, se  verán seriamente afectadas y pudiera una vez más conducir a fenómenos que produzcan la apariencia de que socialismo y mercado son irreconciliables y, una vez más también, al riesgo de decidir equivocadamente: ¨botar a la criatura junto con el agua sucia¨.


--Otro aspecto de la  situación actual, que no debemos olvidar en un análisis realista de la misma, es el de la existencia de unas masas altamente calificadas y con alto nivel cultural como promedio lo que en general es indudablemente un factor positivo pero que, al tratarse de masas insatisfechas en muchas de sus necesidades,  potencia su capacidad de crítica,  exigencia  y  discrepancia, en momentos en que la influencia aglutinadora, de arrastre y de freno por parte de la generación histórica de los dirigentes que hicieron la Revolución y la han encabezado hasta el presente esta llamada a desaparecer ya que, por razones biológicas inevitables, deben abandonar el escenario político en el quinquenio en curso o a fines del mismo.


Si el Socialismo que tratemos de desarrollar no es realista estará condenado al fracaso.


Raúl ha reiterado el slogan de avanzar “sin prisa pero sin pausa” para evitar improvisaciones que generen “remedios peores que la enfermedad”.


Hace casi 40 años, el propio Raúl el día 19 de diciembre de 1975, al referirse a la ejecución de las tareas del Primer Congreso planteo de manera similar el de “Ni lentitud de jicotea, ni corre-corre improvisado”.


Nos parece más adecuada la consigna del Primer Congreso porque se puede avanzar “sin prisa pero sin pausa” (que es la consigna actual) y no obstante hacerlo “con lentitud de jicotea”, lo que debe ser superado pues hay urgencias que no esperan y los remedios pueden llegar tarde.


A partir de la experiencia vivida se hace aconsejable estar alertas para evitar que, con respecto a los lineamientos aprobados en el VI Congreso y confirmados en el VII y a las medidas para la actualización del modelo económico social actualmente en proceso de aplicación, se vayan a producir engavetamientos,  abandonos, tergiversaciones y labor de freno por negligencias, indolencias, falta de sistematicidad, inercias mentales que se resistan al cambio como ha advertido Raúl, o también por falta de convicción en el camino decidido o por determinados intereses  personales que puedan imprimir un solapado “paso de jicotea” e intentar el desvío de dicho camino por temor a perder poder y posiciones.


Afincados en los principios inclaudicables de soberanía, independencia y dignidad nacionales, debemos luchar por un Socialismo que mantenga, recupere, consolide y desarrolle  los logros alcanzados en salud, educación y otras esferas de justicia social, y que sea capaz de satisfacer adecuadamente de manera estable y de acuerdo con el desarrollo tecnológico actual de bienes y servicios de consumo las necesidades materiales y espirituales crecientes de todo el pueblo incluyendo a sus segmentos de menores ingresos, en un proceso gradual de superación lo más rápida posible de las desigualdades creadas por el Periodo Especial.


Debemos lograr que los salarios y pensiones sean suficientes para satisfacer las necesidades básicas de la familia cubana pues mientras los ingresos normalmente legales para la gran mayoría de la población no alcancen para vivir, como es reconocido oficialmente, es absurdo pensar que habrá una resignación estoica a existir sin vivir y se hace lógica e inevitable la búsqueda de los recursos complementarios e irrenunciables para asegurar la subsistencia por vías ilegales y los desvíos y la corrupción encuentran un caldo de cultivo objetivo que no puede ser contrarrestado ni vencido únicamente por las vías del control y represión administrativa y policial ni por la propaganda y educación ideológica.


Fidel en 1971, en su discurso con motivo del 1ro. de mayo, planteaba que “…si nosotros queremos avanzar en lo moral, y avanzar en la conciencia, debemos eliminar los factores que constituyen caldo de cultivo, que están contra de la moral, que van contra la conciencia, que promueven la corrupción”.


Por otro lado mientras la pirámide de ingresos este invertida y desarticulada no se lograran las motivaciones indispensables para el incremento de la productividad del trabajo social, de la calificación laboral y profesional y para el necesario aumento de la producción y la oferta que tanto se requieren. Una Reforma Salarial se hace aconsejable a partir de un salario mínimo que alcance para cubrir las necesidades básicas y de ahí en adelante proporcione la posibilidad de ingresos para sufragar como promedio de manera creciente una “vida decente” de menor o mayor nivel según  la calificación y aporte a la sociedad del trabajo realizado por cada cual.


Sabemos que se trata de un complicadísimo rompecabezas a ser armado a partir de la situación actualmente existente, pero si bien es cierto que el problema no se resuelve con una simple subida de salarios ante una oferta que no crezca también es cierto que la producción y la oferta no crecerán rítmica y sostenidamente mientras no haya la adecuada motivación material para ello.


Es necesario devanarse los sesos para encontrar los formulas y vías que, eludiendo las “terapias de choque”, nos conduzcan lo más rápido posible a una situación monetaria normal y estable y a un sistema estructural de ingresos de la población que resulten impulsores de la producción, la eficiencia económica y la estabilidad social.


Debemos trabajar por un proyecto Socialista que como objetivo tenga por una parte una base productiva y financiera sólida, pero además por un Socialismo que cuente por otra parte con una base cultural e ideológica suficientemente fuerte y arraigada que le permita reproducirse una y otra vez, legitimada reiteradamente por el consenso popular de manera espontánea sin ningún tipo de medidas de represión ni de compulsión evidentes, ni tampoco coyunturalmente por el liderazgo carismático de una u otra figura.


Un Socialismo auto sostenible no solo desde el punto de vista económico y medio ambiental sino también en lo ideológico, social y político.


Un Socialismo lo suficientemente atractivo como proyecto social que soporte los errores y cambios de los gobernantes de turno sin perder el apoyo del pueblo o por lo menos de la amplia mayoría del mismo. Que sea capaz de mantener ese consenso en medio de la inevitable y saludable diversidad de ideas, criterios y creencias y que estas puedan manifestarse sin cortapisas, sin sentirse censuradas y reprimidas (aunque deban comportarse lógicamente dentro de determinados principios y regulaciones éticas y morales), que puedan acudir a todas las fuentes de información disponibles sin secretismos y sin zonas prohibidas de acceso.


Para lograr este Socialismo se requiere ir logrando una satisfacción creciente y sostenida de las necesidades materiales de la población y, además, la práctica de una democracia auténticamente representativa y participativa, con libre debate de puntos de vista y participación no solo en la formulación de criterios sino en la toma de decisiones. Se hace urgente esta práctica en primer lugar dentro del Partido, en lo que viene insistiendo Raúl reiteradamente, y mucho más cuando nos pronunciamos por la existencia de un Partido único lo que considero necesario y vital en las actuales circunstancias políticas internas, regionales y mundiales.


Se hace necesaria la participación activa de nuestros economistas y demás intelectuales de las Ciencias Sociales en las discusiones y toma de decisiones sobre la implementación del modelo económico social aprobado. Sin temor a las denominaciones considero conveniente crear uno o varios ThinkTank con nuestros científicos sociales más destacados, capaces, patriotas, revolucionarios y realistas.


Se hace necesaria, además, una participación más realmente democrática de las masas a través de las diversas organizaciones en que se agrupen, en las comunidades en que vivan,  en los procesos electorales y  de gestión de los   Órganos del  Poder  Popular  en sus  diferentes nivel es, en la gestión y/o autogestión de las entidades económicas estatales y no estatales de las que forman parte, es esencial la participación libre y no oficialista y censurada de los creadores del arte y la literatura y de manera muy importante de una prensa  con  informaciones  al día , sin tabúes,  sin cesuras ni autocensuras y  aprovechando  todos los medios modernos de comunicación existentes.


Como leí hace unas semanas de un destacado representante de nuestra Ciencias Sociales: “El Socialismo no puede posponer más la democracia que ha prometido” y otro intelectual también destacado nos recordó recientemente unas palabras de Fidel pronunciadas en 1970 en las que decía: “No puede haber ningún Estado más democrático que el Socialista. Si no es democrático fracasa… sin las masas pierde la batalla”.


Solo así se podrá forjar el consenso del que hablo Raúl en la clausura del VII Congreso como factor fundamental del que dependerá el ritmo y el éxito de nuestro proyecto socialista y evitar que prospere la alternativa capitalista presente en el pensamiento y actividad de algunos y  que se nos ofrece, además, con formas cautivadoras a través de los medios de comunicación dominados por los enemigos del socialismo y en discursos melosos,  cantos de sirena y determinadas acciones económicas y políticas estimulantes por parte de los representantes del enemigo tradicional convertido ahora en un “buen vecino”, cuyas intenciones pérfidas y aviesas en gran medida explicita con todo desenfado. No obstante es preferible y mucho más ventajosa su actual política de “buen vecino” que la política de Big Stick   sostenida durante toda la historia anterior del proceso revolucionario. Lo hemos vencido frente a su política anterior y debemos y podemos ser lo suficientemente hábiles, astutos, prácticos y realistas para vencerlo en  el nuevo escenario que se nos plantea.


Sobre la base de una mejoría visible, sostenida y creciente de las condiciones de vida de la población(aunque solo pueda ser gradual y lenta al inicio) y de la posibilidad de un ejercicio democrático real que convenza y de una participación activa en los asuntos económicos y sociales (lo que no tiene que ser tan gradual y lento), acompañadas por una eficiente formación cultural e ideológica,  los sectores más vulnerables de nuestra sociedad y sobre todo nuestros jóvenes podrán avizorar un futuro lo suficientemente prometedor y estimulante para que se reduzcan sus incertidumbres y sus tendencias a la emigración, se fortalezca el sentimiento patriótico, nacionalista y socialista  y se vaya logrando de manera creciente el consenso necesario en una mayoría creciente de la población.


La labor de educación política, cultural e ideológica por sí sola no lo lograra y menos con fórmulas,  insistencias y letanías rutinarias y pasadas de moda que provocan agobio y rechazo.


La actual generación joven nació  y/o se desarrolló en el Periodo Especial y siente y piensa, en parte con razón, que las deudas que hay que saldar con ella no las contrajo el capitalismo, distante casi 60 años atrás en el tiempo, si no el propio proyecto socialista desarrollado hasta ahora y sus dirigentes. Por ello el consenso no puede lograrse principalmente a base de pedir actos de fe en el Partido y en la Dirección Revolucionaria y con un discurso gastado, poco atractivo y sobre todo poco convincente.


 Marx y Engels escribieron una temprana obra de manera compartida entre ambos en 1844 editada con el título de “La Sagrada Familia”. En la parte tercera de su capítulo VI elaborada  por Marx, este hace una síntesis de determinadas concepciones o doctrinas de una de las tendencias  del materialismo francés que entroncaban, según él, con el socialismo y el comunismo, y en una parte resume y expone lo siguiente: “Si el hombre forma todos sus conocimientos, sus sensaciones, etc. a base el mundo de los sentidos y de la experiencia dentro de este mundo, de lo que se trata es, consiguientemente, de organizar el mundo empírico de tal modo que el hombre experimente y se asimile en él lo verdaderamente humano, que se experimente a sí mismo en cuanto hombre. Si el interés bien entendido es el principio de toda moral, lo que importa es que el interés privado del hombre coincida con su interés humano”.


Considero  que se trata de una idea que debe ser base principal a tener en cuenta, guía orientadora  y objetivo a lograr en cualquier sociedad que se proponga construir el Socialismo.


Interpreto este aserto y lo que de él se deriva para la práctica de la construcción socialista como una exhortación  a estudiar y pensar, teniendo en cuenta el país y momento dados de que se trate, en cómo organizar y estructurar el mundo empírico, entendiendo por este a las relaciones de propiedad y de posesión, las relaciones de producción en general, el destino y distribución de los resultados del trabajo y de lo producido, la participación de los hombres, sus facultades de decisión y los mecanismos de estímulo, en primer lugar los económicos, de tal manera que el interés privado de cada individuo coincida con el interés social, lograr lo que conviene a todos a partir de lo que conviene a los individuos, que estos moviéndose tras su interés particular lógico y bien entendido, lo que resulta natural e inevitable, estén llevados a hacerlo también en aras del interés social, del interés humano. No pretender lograrlo como punto de partida  por pura conciencia a desarrollar únicamente mediante la educación y formación ideológica superestructural sino sobre la base de que el modelo de organización económica y social  aplicado los lleve objetivamente a ello.


Organícese el mundo empírico de la construcción socialista de tal manera que “el interés privado del hombre coincida con el interés humano” y compleméntese ello con la correspondiente, inteligente, atractiva y convincente educación cultural y político-ideológica.


La Habana, 14 de junio de 2016

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