miércoles, 8 de junio de 2016

LA HABANA QUE SE ALZA ENTRE LAS PREFERIDAS

Por Ivón Guerra Hernández, La Isla Cubanisima 

La Habana, de las sábanas blancas colgadas en los balcones, de los baches milenarios que pueden contar la gestas históricas de la nación, la que rejuvenece del tiempo y la desidia, tiene la magia de atrapar a turistas extranjeros y a los cubanos que la habitan y regalarle el premio de ser un destino deseado para perderse en sus calles y quedar atrapados en la maravilla de un sol irreverente y su olor a mar.


La Habana no es una megaciudad donde transitan limusinas, ni donde se abarrotan los autos a cada hora del día, es un museo rodante con los autos de más de un siglo que saludan a los autos del año, no es ni siquiera una de las ciudades más limpias del mundo porque sus calles ora viejas, ora renovadas no están preparadas para una población de dos millones de personas o las personas que la habitan no están preparadas para una ciudad donde predomine lo impecable, no es la ciudad de una arquitectura futurista, pues como señora de casi quinientos años, ha preferido como sus habitantes, el destino del más profundo mestizaje hasta su máxima expresión, transitando de lo Colonial y Barroco al Art Nouveau, Art Deco y Ecléctico, sin dejar de arroparse del Modernismo o la desarmonía de algunos barrios periféricos y no tan periféricos.


La Villa de San Cristóbal de los reyes españoles, la de la trata de esclavos, la de Pepe Antonio irrumpida por los Ingleses, la llave del golfo o del nuevo mundo, la de la bandera amenazada que viera Bonifacio Byrne, la que despidiera al exilio a sus hijos Heredia y Martí, la que consagrara al Ingeniero Don Francisco de Albear, la de las inspiraciones de Lecuona, la Ciudad de las Columnas de Carpentier, la bella Habana de la vida y los sueños del Caballero de París, la que nos regala Gutierrez Alea en Fresa y Chocolate, la de los chistes, la del Festival Internacional del Cine Latinoamericano o la novia eterna de Eusebio Leal. La Habana de la Giraldilla y el Morro, la Habana que aman los cubanos donde quiera que estén porque en ella están los sueños, los días vividos, los recuerdos y las nostalgias, esa Habana que nos espera cual Penélope a Ulises, patrimonio de todo el que la vive alguna vez y quedará prendado para siempre.


La Habana que está por descubrir y que amaneció premiada el 5 de diciembre de 2013 por Tryp Avisor (http://www.tripadvisor.es/TravelersChoice-DestinationsontheRise#1)  una web que se dedica a promover viajes a través del mundo, un sitio que puede recomendar sin temor a equivocarse lugares paradisíacos como las Islas Seychelles o paradigmas turísticos como el París que describe Hemingway en su "París era una Fiesta",  el Prague Astronomical Clock de la Plaza Vieja de Praga, o las Gemelas de Dubai, no se equivocó en absoluto como pueden pensar algunos que ven solo sombras en una Habana cálida y amistosa, en la que sus gentes andan azotadas por el sol; pero felices en su día a día, como tampoco se equivocó la fundación suiza New7Wonders al declararla una de las 7 “Ciudades Maravilla del Mundo Moderno” por su atractivo mítico y el carisma y jovialidad de sus habitantes.


La Bella Habana danzando sobre el mar con su malecón y su gente linda otra vez haciendo de las suyas.


 

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