lunes, 10 de julio de 2017

El debate abierto y la mano cerrada.


Hace más de un año escribí un post titulado "El corrimento "al centro"" donde se demostraba con las propias palabras y hechos de sus protagonistas que el "laboratorio de ideas" Cuba Posible era un engendro injerencista con financiamientos provenientes de Estados Unidos, el gobierno del Primer Ministro noruego Jens Stoltenberg -designado Secretario General de la OTAN- y vínculos con cubanoamericanos cercanos a quienes cambiarían el enfoque de la política estadounidense hacia Cuba, como el empresario Carlos Saladrigas -quien junto al Senador Marco Rubio participó en la ultraconservadora Heritage Foundation el 21 de marzo de 2012 en un evento para, con el patrocinio de Google, impulsar el uso de internet con fines de cambio de régimen en Cuba- y el académico Arturo López Levy, quien diseñó para la paragubernamental New America Foundation en 2011 lo que devino la estrategia obamista en la Isla de búsqueda de los mismos objetivos con nuevos métodos. 

No se trataba de insultos ni sospechas, sino de datos duros con numerosas fuentes disponibles en Internet. Pero en vez de desmentidos y debates desató insultos, se me calificó de "horroroso y vil" y se me ordenó "haz esto o cállate" por el "Director" de Cuba Posible, por cierto fue él y nadie más, el autor de la expresión "corrimiento "al centro"". Hubo una campaña en las redes sociales para llevarme ante los tribunales por difamación, y hasta lograron cerrar temporalmente mi cuenta en Facebook, sin embargo eso no motivó acusaciones de censores hacia quienes ejecutaron esas acciones con el apoyo de los dueños de Internet, a pesar de que todo el sistema de la prensa financiada contra Cuba desde el exterior -Radio Tv Martí, Diario de Cuba, CiberCuba, entre otros- emprendió entonces la tarea de mi linchamiento mediático que no ha cesado hasta hoy. 

Aun me pregunto con dolor por qué quienes he visto rechazar verticalmente ese tipo de prácticas, sean o no reales cuando las imaginan en mucha menor escala de nuestro lado, callan si se sataniza o amenaza a sus compañeros. Un solo ejemplo con el único objetivo de hacer pensar: hace poco hubo una gran indignación porque alguien amenazó de manera inaceptable con "romperle los dientes" a quien Fidel calificó como el periodista "más mentiroso", sin embargo en medio del actual debate se ha vuelto a a amenazar con romper dientes y todo normal, tal vez porque los amenazados son ahora otros.

Sentir que entre nosotros el único "oficialismo" digno de cuestionar es el de quien aparece en el diario Granma o en nuestra televisión, incluso cuando un oficialismo muchísimo más poderoso nos ataca y nos denosta, no deja de ser doloroso, por injusto. Mientras, del otro lado las alianzas se han multiplicado hasta alcanzar la Open Society Foundations de George Soros, célebre por su presencia en "revoluciones de colores" y maidanes en más de un continente. 

Alguien con la integridad de Fernando Martínez Heredia, interrogado sobre lo que hoy se califica como "centrismo", lejos de cuestionarlo como "etiqueta", o asociarlo al "Quinquenio gris" que vivió y sufrió como pocos, cuando la periodista Rosa Miriam Elizalde le preguntó al respecto lo asoció al "dominio de la burguesía de Cuba, que mantuvo a casi la mitad de los cubanos sin saber leer y escribir -100 mil cubanos en La Habana no sabían ni leer ni escribir cuando triunfó la Revolución-, que mantuvo a la gente sin atención médica, donde morirse de diarrea de niño era lo más normal y tener tuberculosis de adulto era de lo más normal". 

Fernando, crítico como el que más, jamás le regaló nada al nuevo engendro, ni uno solo de sus textos, ni su presencia en sus onerosos eventos. Sus últimas tribunas fueron nuestros espacios, entre los que no pocas veces tuvo el honor de estar el de "los pupilos insomnes y asombrados" como escribió alguien por estos días bajo el valiente nombre de "Anónimo". 

Mucho tiempo después, compañeros que aprecio han escrito sobre el mismo fenómeno, y tal vez para no ser acusados de proferir ataques personales, se abstuvieron de mencionar nombres. Pero quizás ese abordaje general, sin referencias a personas y hechos concretos, sirvió para que compañeras y compañeros -entre ellos intelectuales que admiro y que no aprecio menos- hayan interpretado esos textos como un intento de bloquear la crítica y el imprescidible debate de ideas entre nosotros, o de evadir temas tan urgentes como las deficiencias de la distribución de productos agrícolas, las inequidades provocadas por los cambios económicos recientes, los silencios de nuestra prensa, las consecuencias del burocratismo, o el perfeccionamiento de nuestro sistema político; temas todos que este blog ha tratado en varias ocasiones y que también, justo es decirlo, han comenzado a aparecer, aunque aun de modo insuficiente, en nuestros medios de comunicación. 

La trampa es evidente: Si se ponen nombres se corre el riesgo de ser acusado de ataques personales y "cacería de brujas"; si no se ponen, cualquiera entre nuestros compañeros puede decir que le preocupa una razzia generalizada y el regreso a errores de tiempos pasados. 

Sin embargo, a diferencia de quienes defienden abstracciones, los aludidos saben bien que es con ellos. El mismo "Director" de Cuba Posible ha vuelto a insultar. Quien reveladoramente acaba de declarar "no poseo ideología alguna" y "jamás me esforzaré por tenerla", ha llamado "figurines" a dos jóvenes por la sencilla razón de no coincidir ideológicamente con ellos, sin embargo un año atrás hacía a la agencia Reuters una declaración tan ideologizada como: 

“Yo tengo una opinión personal a favor de una Cuba pluripartidista. Nuestro proyecto quiere facilitar esto y contribuir a la serenidad en el proceso.”

(…)

“Cuba Posible promoverá el “cambio transicional””

Y no se trata de que alguien opine eso sino que esa opinión resuene con ecos mediáticos desde embajadas, oficinas del Departamento de Estado o fundaciones conocidas por su vocación anticomunista. Los mismos lugares desde donde se han gestado innumerables golpes de estado y durante décadas se han buscado las mil maneras de descarrilar los intentos de nuestros pueblos por sacudirse las dominaciones. 

El escritor Jorge Ángel Hernández Pérez, reconocido ensayista, a quien como otros que han abordado el tema -leáse por ejemplo a René Vázquez Díaz, o Nelson P. Valdés- no se le puede acusar de oficialista, dogmático, o extremista de izquierda, lo resume de manera bastante clara: 

"Hablamos de una minoría que apenas tendría presencia en el panorama nacional si no contara con la logística mediática que para la subversión del sistema se destina. Hay documentación y testimonios de ello, así que no me atengo a ninguna paranoia. Y no valdría la pena preocuparse si, como lo han dicho otros, no fuesen el caballo de Troya del neoliberalismo.

"Abundan además las evidencias de que se intenta garantizar que los tópicos de descrédito y satanización del proceso revolucionario cubano se reconfiguren en un discurso que intenta presentarse como mediador de soluciones compartidas. La corporativización de la política, y del espectro básico de sociología política que intenta sustentar académicamente estas propuestas, les permite roer en los fenómenos para avalar sus argumentos. Hay más sofisma que ciencia en sus preceptos. Esta corriente artificial de pensamiento busca llegar a convertirse en “enemigo endógeno” de la Revolución cubana en el poder. La base fundamental que la sostiene es la práctica de Guerra Fría de usar a la “izquierda descontenta” a través del empleo de buena parte de sus efectivos, para reeditar sus métodos con variables de actualización en la posguerra fría.

"No lleva a más, por más que se argumente y se dispute."

Se ha invocado la vocación unitaria y antisectaria de Fidel ante las distintas fuerzas que confluyeron en la Revolución, y eso es un hecho incontestable. Pero el mismo Fidel fue siempre radical contra cualquier intento extranjero de influir al interior de la política cubana, no importa su signo ideológico. Y de eso trata este debate, no de rechazar la validez de la diversidad de enfoques nacidos de nuestra realidad, sino el intento de imponer a base de dinero y apoyo mediático externo un proyecto afín a los intereses hegemónicos que históricamente han combatido la Revolución. 

Ya quienes nos pretenden divididos han aprovechado el actual debate para intrigar y hasta falsos insultos a mi nombre han sido publicados. Con los compañeros, con nuestros intelectuales, esos que conozco viven con la autoridad y las carencias que da cerrar la mano ante quienes quieren comprar el destino de Cuba, opinen lo que opinen en un sentido u otro, bienvenido el debate, nadie les ha dicho "centristas" porque no lo son. Para quien es obvio que no existiría sin el altavoz y el financiamiento de las fundaciones, gobiernos y medios de comunicación entre cuyos objetivos está el regreso a Cuba de la democracia burguesa y el capitalismo dependiente del Norte revuelto y brutal que nos desprecia, ni un tantito así.

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