lunes, 10 de julio de 2017

Selección de opiniones en Segunda Cita sobre el " Centrismo" en Cuba. ( Parte II)

Por Humberto Herrera Carlés

Con el articulo  de Aurelio Alonso ha continuado lo que es la segunda parte del Debate sobre el Centrismo y más e igualmente he querido reflejar las principales opiniones. Ojala existan otras partes !!!!

Silvio dijo...


Un amigo me envía este interesante artículo:

Más centrista serás tú

Se ha desatado una campaña mediática para tildar insistentemente de “centristas” a intelectuales cubanos que, víctimas de la penetración cultural, la labor de zapa de la CIA o de sus propias ambiciones (tales suelen ser, dicho pronto y mal, los argumentos), han expresado últimamente alguna crítica a la labor de gobierno o cualquier preocupación por el futuro de Cuba en términos ajenos a los de Granma o el Noticiero Nacional de Televisión.

Tal acusación intenta desautorizar la opinión de los aludidos (a veces directa, otras veladamente) y excluirlos del debate público sobre el destino de Cuba. Una y otra vez, a pesar de las múltiples convocatorias al debate, a pesar de la cada vez más perentoria necesidad de sumar tantas voces y brazos como sea posible, atiborran los medios y las redes con estos sahumerios de pureza que niegan toda opinión medianamente crítica sobre la realidad cubana. Tanta bravuconería intenta espantar el fantasma de la participación real de la gente en el destino de Cuba.

Hace poco, en una asamblea, pedí reflexionar sobre el desbalance inaudito –en ese lugar concreto– entre los recursos destinados al pago de las líneas telefónicas de la dirigencia y al estímulo de los trabajadores. El primer rubro duplicaba al segundo en el informe de gastos anual. Por supuesto, tuve la respuesta que merecía: no tengo información suficiente, esa es la única prestación que han conseguido los funcionarios, etc. Aunque muy menor, este caso me sirve de ejemplo para explicar que respuestas como esas tratan de acallar la invitación a discutir los temas que deben preocuparnos a todos. Más serio es pensar en campos de golf campeando en documentos de la política económica cubana. Aunque parecería tratarse de una negación de la revolución, simbólica y real, se da por hecho que el tema no debe ser sometido a discusión, avalado como está por los sabios de la tribu. ¿En qué condiciones se planean, por ejemplo, los resorts planificados para el turismo de altos ingresos? ¿Habrá otra vez playas privadas en Cuba? ¿Qué pasará con los recursos hídricos, ahora tan escasos? Son preguntas que tenemos no solo el derecho, sino el deber de hacernos. Quienes no quieran responderlas o tan siquiera escucharlas están trabajando contra la revolución, no a su favor. No son más izquierdistas que nadie; están acomodándose, ganando un prestigio vacuo y sostenido por medios acríticos que nos los presentan como modelos de intelectual revolucionario. Y contribuyendo, con el acoso a los demás, a que no terminemos de hablar en serio y sin ambages sobre cuáles son los peligros reales que corren las conquistas sociales de la revolución. Nos va a salir caro, carísimo. Y no solo a los defensores reales o sedicentes de la revolución, sino a toda Cuba.

Es como si no hubiéramos visto ya a dónde conducen tales excesivas pretensiones de pureza; como si no supiéramos cuánto nos ha costado la exigencia de unanimidad, en lugar de intentar el posible y más productivo concierto de las diferencias. No sé cómo se justifica el diálogo con gobiernos y personas completamente contrarios a nuestros principios al tiempo que se niega la posibilidad de dialogar con la gente que tenemos más cerca, capaz de trabajar por el bien común.

A estas alturas me dan lo mismo las etiquetas. Lo que me importa es la preocupación sincera por saber, explicar y discutir hacia dónde vamos. Y no estar acallando a los otros para seguir haciendo lo que mejor saben: pasar por revolucionarios.

Zaida Capote Cruz




Silvio dijo... 

En medio de esta última discusión, se ha echado mano a unas palabras de Fernando Martínez Heredia respondiendo una pregunta muy específica, palabras que, sacadas de la trayectoria comprometidamente crítica de Fernando, parecieran situarlo del lado de quienes lo citan. Lo curioso es que estos oportunos citadores están en la misma línea de pensamiento de los que a fines de los 60s cerraron la revista Pensamiento Crítico, que Fernando dirigía.

En noviembre de 2012 puse una entrada en este blog que titulé “Materialmente pobres”, en la que participaron algunos amigos que ya no están físicamente, pero que siguen aquí, intactos en nuestras memorias. Esto es lo que entonces nos comentó Fernando:

Silvio:
Eres un provocador en el buen sentido de la palabra, porque te la pasas abriendo caminos. Déjame sumar unas pocas cosas a las tuyas y las de nuestros amigos Víctor y Guillermo. 

Es bueno recordar que la riqueza mayor de Cuba, con mucho el mayor recurso, es la gran proporción de gente instruida que tiene, y también la conciencia política de este pueblo, que puede que no tenga igual en el mundo de hoy. Los otros recursos que tiene la naturaleza pueden escasear o no en cada país, pero solo son válidos cuando se ponen en explotación. El capitalismo ha logrado sacar beneficio a esto siempre, téngalo o no en su territorio, porque se lo quita a otros de mil maneras. Marx decía hace siglo y medio que dos naciones pueden intercambiar entre sí según la ley de la ganancia, mientras una explota y roba constantemente a la otra. 

Cuba logró salir de esa prisión hace medio siglo, pero le ha sido muy difícil –y a veces imposible– no seguir pagando el precio de la desigualdad engendrada por el colonialismo y reforzada por dos vías: formas abismales de subdesarrollo y la acción perenne de nuestro gran enemigo. Italia no podía comprarnos níquel, aunque quiso hacerlo, y el CAME fue la relación que tuvimos, no el camino del desarrollo. Ese es el marco de toda nuestra historia desde 1959. Pero no es la historia misma. Ser los dueños del país y lanzarnos a una concepción elevada del ser humano fue una maravilla, pero cambiaba los términos de entender y de solucionar casi todos los problemas importantes y nos ponía ante la obligación de ser muy creativos y ser diferentes, no solo opuestos al mundo del capitalismo. 

Se acabó el enorme desempleo en solo cuatro años, y se acabó también la disciplina de los explotadores sobre el trabajo, pero no se logró triunfar en los intentos de establecer unas nuevas relaciones de trabajo eficaces entre gente liberada. El poder fue entonces el gran repartidor de justicia, bienes y oportunidades, y el garante de un nuevo y abarcador proyecto social. Nadie le regaló nada al pueblo, que había generado todas las riquezas, y que entregó todo el sudor y la sangre que fueron necesarios y apoyó con entusiasmo todas las políticas de la Revolución. De esa base moral se ha sostenido la sociedad cubana. Pero hacían falta otras creaciones diferentes para sustentar cambios eficaces en las etapas que vinieron después, que profundizaran el socialismo y le cerraran el paso al predominio de las modernizaciones, que al final siempre se convertirá en la modernización de la dominación. Y no las hemos tenido. 




Silvio dijo... 

Hace casi cincuenta años el Che pedía que no se sacrificara la exigencia de contenido real para el trabajo con tal de tener pleno empleo, que era preferible, decía, pagarle a unos para que estudiaran y conservar el prestigio del trabajo. A fines de los años 60 algunos discutían si no era mejor pagar mejores salarios en el campo y exigir, que ofrecer tanto a través del Estado y pagarle poco al trabajador rural. Y otros planteaban que era insuficiente la nacionalización de los medios de producción y había que ir creando formas de poder de los trabajadores.

Me detuve un poco en esa historia porque nos muestra muy claramente que fundar una sociedad y unas personas nuevas exige trabajos sistemáticos muy intencionados y organizados, que sean creadores al mismo tiempo de bienes, servicios, conciencia y nuevas relaciones humanas y sociales. Y por lo mismo exige controles reales y efectivos de las mayorías sobre los que ejercen funciones.

Hoy estamos viviendo grandes dilemas, lo que es igual a afirmar que la situación actual tiene más de una solución posible. Opino que este país todavía es muy superior a sus circunstancias. Y una de las acciones indispensables en este momento es pensar entre todos y compartir esos pensamientos. Cometeríamos suicidio si no pensamos y discutimos, que el debate le es tan necesario a esta sociedad como la respiración a los individuos. Por eso me entusiasmó la explicación que le diste a lo que te motivó a encontrar tiempo: ¿quién para el pensamiento? 

Fernando 



SOMOS 9 MILLONES dijo... 

Por eso queremos un socialismo diferente, democrático, próspero y sostenible, con propiedad privada, mercado regulado y un Estado dueño de los medios fundamentales de producción, mediador y protector de los que no puedan valerse por sí mismos, el llamado socialismo del siglo XXI, sin funcionarios autocráticos como los del socialismo del siglo XX. Hasta en eso nos alumbra Martí, contra las castas de burócratas y sus intelectuales a sueldo, que ven en esto peligrosas conspiraciones en contra de “sus necesidad de mantenerse en una ocupación privilegiada”! 

“Henry George anda predicando la justicia de que la tierra pase a ser propiedad de la nación; y la Federación Democrática anhela la formación de “ejércitos industriales y agrícolas conducidos por el Estado”. Gravando con más cargas, para atender a las nuevas demandas, las tierras de poco rendimiento, vendrá a ser nulo el de estas, y a tener menos frutos la nación, a quien en definitiva todo viene de la tierra, y a necesitarse que el Estado organice el cultivo forzoso. Semejantes empresas aumentarían de terrible manera la cantidad de empleados públicos, ya excesiva. Con cada nueva función, vendría una casta nueva de funcionarios. Ya en Inglaterra, como en casi todas partes, se gusta demasiado de ocupar puestos públicos, tenidos como más distinguidos que cualesquiera otros, y en los cuales se logra remuneración amplia y cierta por un trabajo relativamente escaso; con lo cual claro está que el nervio nacional se pierde. ¡Mal va un pueblo de gente oficinista! 

Todo el poder que iría adquiriendo la casta de funcionarios, ligados por la necesidad de mantenerse en una ocupación privilegiada y pingüe, lo iría perdiendo el pueblo, que no tiene las mismas razones de complicidad en esperanzas y provechos, para hacer frente a los funcionarios enlazados por intereses comunes. Como todas las necesidades públicas vendrían a ser satisfechas por el Estado, adquirirían los funcionarios entonces la influencia enorme que naturalmente viene a los que distribuyen algún derecho o beneficio. El hombre que quiere ahora que el Estado cuide de él para no tener que cuidar él de sí, tendría que trabajar entonces en la medida, por el tiempo y en la labor que pluguiese al Estado asignarle, puesto que a este, sobre quien caerían todos los deberes, se darían naturalmente todas las facultades necesarias para recabar los medios de cumplir aquellos. De ser siervo de sí mismo, pasaría el hombre a ser siervo del Estado. De ser esclavo de los capitalistas, como se llama ahora, iría a ser esclavo de los funcionarios. Esclavo es todo aquel que trabaja para otro que tiene dominio sobre él; y en ese sistema socialista dominaría la comunidad al hombre, que a la comunidad entregaría todo su trabajo. Y como los funcionarios son seres humanos, y por tanto abusadores, soberbios y ambiciosos, y en esa organización tendrían gran poder, apoyados por todos los que aprovechasen o esperasen aprovechar de los abusos, y por aquellas fuerzas viles que siempre compra entre los oprimidos el terror, prestigio o habilidad de los que mandan, este sistema de distribución oficial del trabajo común llegaría a sufrir en poco tiempo de los quebrantos, violencias, hurtos y tergiversaciones que el espíritu de individualidad, la autoridad y osadía del genio, y las astucias del vicio originan pronta y fatalmente en toda organización humana. “De mala humanidad —dice Spencer— no pueden hacerse buenas instituciones.” La miseria pública será, pues, con semejante socialismo a que todo parece tender en Inglaterra, palpable y grande. El funcionarismo autocrático abusará de la plebe cansada y trabajadora. Lamentable será, y general, la servidumbre.” 


Saliéndome un poco del tema que nos ocupa, sobre el que volveré, no quiero dejar de comentar algo relativo a las empresas estatales, que fue motivo de comentarios en una entrada reciente. 

Una empresa tiene que generar ganancias, ese es el sentido de su existencia, tiene que ser eficiente y generar utilidades. Si una empresa, por cualquier causa, no puede ser productiva, no genera ingresos, está gastando improductivamente los recursos de todos, nos está haciendo más pobres. Dirigir muchas empresas fue demasiado tiempo como un juego a las casitas. La empresa estatal por décadas ha sido dirigida con esa verticalidad y centralización que ha caracterizado a la sociedad cubana en muchas esferas por mucho tiempo y como regla, nunca asumió ninguna responsabilidad real por los resultados de su ejercicio económico. TODOS los recursos, no importaba las resultas de la gestión, les eran concedidos sin chistar y venían asignados mayormente “de arriba” y a “arriba” llegaban suministrados por la URSS. Nadie se molestaba en sacar demasiadas cuentas. Bastaba que surgiera la necesidad y los recursos eran distribuidos centralmente, garantizados por una cadena puerto-transporte-economía interna que funcionaba movida por el arribo sistemático de los buques soviéticos con sus millones de barriles de petróleo, entre otros cuantiosos recursos. A cambio, casi nada materialmente hablando. Esta modalidad de administración no necesitaba demasiadas habilidades empresariales sino disciplina militante y subordinación a los niveles centrales. Así las cosas era común tener cuentas por cobrar, balances negativos, plantillas súper infladas, cadenas increíbles de impagos, almacenes atiborrados con productos ociosos y de lenta o ninguna rotación, producciones que nadie compraba, despilfarro, descontrol, entre otras expresiones de ineficiencia. Y los recursos dilapidándose, total, no pasaba nada y nadie pagaba, ni siquiera Liborio. Y así, muchos directivos se creyeron que eran lo que no eran. Pero la URSS se desintegró y con ella todo ese sistema colapsó y desapareció y llegó la hora de los mameyes, la hora de la verdad, de demostrarnos a nosotros mismos que somos capaces de “emanciparnos por nosotros mismos y con nuestros propios esfuerzos”. Y como padecemos de un brutal bloqueo, y porque ya no tenemos ni tendremos ninguna tubería de recursos, y porque ni el comercio ni el mundo son justos, se hace necesario que quien no sea capaz de hacer de su empresa una organización eficiente, deje de dirigirla y que la empresa que no de ganancias, sino directamente a sí misma, al menos al esquema empresarial al que pertenezca, viene llamada a desaparecer. Las empresas estatales no pueden ser instituciones de caridad, no son para ir a conversar, almorzar y merendar, no son para mantener a ejecutivos montados en carros, gastando gasolina, dinero, recursos, inventando reuniones sin que eso se traduzca en resultados concretos y positivos, en el mejor de los casos, en el peor, ya sabemos. La empresa estatal puede y tiene que ser eficiente. Y claro, para eso, además, se necesitan cambios objetivos, fundamentalmente estructurales. CONT... 





norma trv dijo... 

Sin embargo, conozco muy buenos ejemplos de empresas estatales exitosas y emprendedores exitosos del sector estatal. Pudiera hacer una lista grande, la encabezarían nombres como Maciques, Agustín Lage, incluso Eusebio Leal, quien es mucho más que un empresario, y demostró una capacidad de emprendimiento extraordinaria creando un gran sistema empresarial bajo su jurisdicción, y por demás demostró la efectividad de un buen gobierno local, independiente y descentralizado, tal y como se concibió el área conocida como el casco histórico de la Habana Vieja, con el Decreto-Ley 143 de la Oficina del Historiador. Estos por solo citar tres ejemplos bien conocidos, a vuelo de pájaro. Reconocer la utilidad y necesidad de los empresarios privados cubanos, en los casos que proceda, no quita mérito a los buenos empresarios cubanos del sector público, sin dudas estos últimos, los buenos, acumulan una valiosa experiencia, sabiduría y garra en las lides del difícil y muy complejo mundo de los negocios. Solo en el MINCEX he conocido verdaderos genios, que han sido capaces de montar complejos y muy originales esquemas empresariales que han funcionado bien por décadas, burlando el implacable bloqueo contra Cuba y generando muchos ingresos. Pero también es cierto que en el sector estatal es donde, definitivamente, se encuentran muchos de los responsables de la ineficiencia económica que padecemos.9 de julio de 2017, 17:54

Duende dijo... 

No soy intelectual…sino un sencillo y común cubano que se morirá siendo comunista aunque tenga que enterrarse solo… 

No quería intervenir en este debate por considerarlo poco productivo…pero veo que ha escalado en intensidad y mi conciencia me obliga a ello… 

En mi opinión la campaña contra el centrismo…aún necesaria…es un ejercicio académico… 

Nuestro pueblo está al margen de ella…porque debe enfrentar asuntos más vitales como la alimentación…la vivienda…el transporte o los serios problemas de infraestructura…y porque en Cuba la corriente centrista o socialdemócrata encuentra un terreno infértil para su cultivo… 

Una de las características del cubano es su tendencia a tomar partido ante las cosas…mientras que la “neutralidad” es sinónimo de cobardía y apendejamiento… 

Aún está fresco el ejemplo del hijo de Blas Roca que…intentando disfrazarse de socialdemócrata desde su refrigerada vivienda de Nuevo Vedado…terminó como mercenario sin seguidores al servicio de la CIA… 

Elier cometió un craso error al iniciar el debate en Segunda Cita cuestionando la utilización por Silvio del legado de Fidel…olvidando que dicho legado no sólo forma parte del patrimonio del pueblo cubano…sino que se ha convertido en legado universal para todo hombre de bien…sean o no revolucionarios… 

Sin la unidad vertebrada por Fidel desde antes de enero del 59 no tuviéramos Revolución… 

Las propias Palabras a los Intelectuales perviven en el tiempo como un ejemplo prematuro de esa unidad labrada a fuego en las rocas… 

Allí estaban Alfredo Guevara y Graciela Pogolotti…distantes ideológicamente de Lisandro y Pablo Armando…y muy lejanos del gran Lezama y de Virgilio… 

Las Organizaciones Revolucionarias Integradas (ORI) que agruparon a las fuerzas portadoras de diferentes ideologías políticas son otro ejemplo de convivencia ideológica subordinada a un ideal mayor que era la Revolución…y si no…que lo digan Faure y Julio García Olivera provenientes del Directorio Estudiantil…junto a Carlos Rafael y Marinello del Partido Socialista…y el propio Raúl Castro y Machado Ventura de las filas del Movimiento 26 de Julio… 

El maestro mártir de la campaña de alfabetización Conrado Benítez…era de una humilde familia educada en los cánones de la religión Yoruba…el capitán de milicias caído en Girón José Manuel Lazo de la Vega era maestro masón…y Marcelino Gutiérrez a quién un rocket de la aviación mercenaria le tronchó sus 16 años era hijo de asturianos y católico militante… 

¿Eran todos comunistas los que cumplieron las gloriosas misiones internacionalistas en Argelia frente al agresor Marruecos o en las Alturas del Golán frente al no menos agresor israelí?... ¿Cuántos abakua…paleros y santeros cayeron en Angola y Etiopía?... 

Mucho me duele que al calor de este debate algunos califiquen de oportunistas a Elier…Rafael…Iroel o Ubieta...jóvenes cubanos a quienes les asiste el derecho de defender la Revolución con sus armas más o menos precisas…mientras aún conservo la imagen de Ubieta jugándose la vida para cubrir la labor de nuestros médicos en el teatro de operaciones contra el ébola allá por África Occidental… 

continúa... 


Duende dijo... 
... y 2 

Me duele…y mucho…que algún desaforado extremista ande calificando a Silvio de defensor del centrismo político…cuando la vida y obra del trovador siempre han sido la de tomar partido por las causas justas… 

¿Puede ser centrista alguien que puso sus pies del lado del ejército de alfabetizadores…que integró las milicias…que cumplió dos honrosas misiones internacionalistas en escenarios de guerra caliente…que ha dado una buena parte de su vida (sino toda) al desarrollo de lo más auténtico de la cultura nacional?... 

¿Puede ser centrista quien se ha negado a abandonar el país…para preservarle su vida en caso de una agresión militar...para echar rodilla en tierra junto al pueblo y defender la soberanía de la Patria?... 

¿Centrista el que hizo un nuevo himno que acompañó (y aún acompaña) a nuestro pueblo en su heroica resistencia del período especial…proclamando que se moriría como había vivido?... 

¿Centrista a quien por defender a Cuba le apuntaron con un revolver en medio de un escenario?... 

¿Centrista quién puso un precio a su lealtad si se eliminaba el bloqueo y devolvían el territorio usurpado por la base naval de Guantánamo?... 

¿Quién desde el Carnigie Hall y a teatro lleno lanzó su grito de rebeldía pidiéndole a Obama la liberación de los Cinco?... 

Cojones… ¿acaso no nos damos cuenta que estamos impugnando a un símbolo del pueblo cubano a quien Roa llamó trovador de la Revolución… y Fidel…sí…el jefe de esa Revolución consideraba su amigo y compañero?... 

Con todo el respeto a los debatidotes de ambos bandos…dejo constancia que esta discusión me ha resultado más chistosa que un infarto… 


Silvio, los dos últimos debate que se han suscitado en Segunda Cita, los considero providenciales precisamente en el momento que estamos viviendo previo al anunciado más importante relvo en la Revolución Triunfante previsto para el 2018. Sin ambages, cortapisas ni controles extemporáneos, has recogido opiniones y criterios que enriquecen nuestra vida porque sin debate de todos con todos nada será posible; eso no me canso de repetirlo y no me cansaré mientras tenga fuerzas para ello. 

He escrito y publicado mucho sobre estos asuntos y ando cargado de arañazos y exclusiones por ello, pero como dijiste en una de tus intervenciones todavía estamos vivos muchos de los que vivimos y participamos en el proceso revolucionario cubano. Soy uno de ellos desde 1957 a la fecha en que comencé en la lucha contra Batista, vengo de una familia bien acomodada y me hice revolucionario por convicción evangélica que nunca he negado; y soy militante y me moriré militante. Soy testigo de excepción de muchas cosas y no me canso de escribirlas y publicarlas, pero al dogmatismo no le gusta que se piense con pensamiento propio. Un día Fidel dijo que había que pensar con pensamiento propio y yo me lo creí para siempre, lo que me ha costado muy caro con exclusiones de toda índole, pero vivo feliz y duermo tranquilo tratando de que se cambie todo lo que deba ser cambiado y para ello es más importante la crítica objetiva que la apologética oficialista que algunos tratan de imponernos. Saludo, en consecuencia el debate que has suscitado. 

Tengo muy fresco todavía algo que publiqué a principio de año (2017), como parte de mi proyecto de Crónicas Cubanas que publico desde mediados de los 90 a la fecha en donde puedo, y quiero aportarlo al debate del artículo de Aurelio Alonso que comparto totalmente. Es mi opinión en síntesis sobre el momento, un abrazo 

Félix 
Publicado en el periódico Por Esto de Mérida, Yucatán, México, Sección de cultura, el jueves 5 de enero 2017 

http://www.poresto.net/ver_nota.php?zona=yucatan&idSeccion=33&idTitulo=530212 





Sin Renacimiento espiritual; no habrá futuro próspero… 

Una reacción casi instintiva de las personas, es plantearse propósitos concretos para el inicio de cada nuevo año. Siempre en estas circunstancias festivas universalmente, tendemos a concebir algún que otro propósito reiterado, nuevo o renovado con vistas a asumir la etapa existencial que se iniciará en el enero que recién comienza. Considero pues que en el 2017, en mi criterio muy personal, se abrirá para los cubanos, estemos en donde estemos, una significativa etapa no parecida a ninguna de las anteriores por la que hemos atravesado en los últimos cincuenta y tantos años. Pienso que en esta ocasión estará cargada de angustias e incertidumbres dado las aciagas circunstancias que estamos viviendo; y que a la vez, se añadirán dentro de nuestras conciencias con una mayor intensidad de reacción y respuesta defensiva las esperanzas y los deseos casi instintivos de alcanzar un futuro mejor porque ya hemos tocado fondo en muchas de las cuestiones que nos aquejan y ¡no dan más! 

En esas circunstancias tan especiales considero que los principales retos acuciantes que se abalanzan sobre nosotros en este 2017 y que, ante todo, considero que nos exigen que experimentemos un profundo renacimiento espiritual en medio de la realización de un gran diálogo nacional de todos con todos. Considero imprescindible en consecuencia, alcanzar en este diálogo que propongo los consensos necesarios que lógicamente no impliquen dejar a un lado los principios éticos de respeto a la libertad de opinión, de expresión y de pensar con cabeza propia. Este reto en mi opinión muy personal se pueden delimitar en varios aspectos muy concretos y a la vez abarcadores, tales como: 

-Detener el éxodo de cubanos que se marchan definitivamente del país y que desangran y descapitalizan humanamente al conjunto de la sociedad, porque se pierden para Cuba hombres y mujeres con altos niveles culturales y técnicos en edades fértiles y de gran capacidad participativa imprescindibles para los desarrollos que estamos muy necesitados de alcanzar. Enfrentar adecuadamente este reto, habrá de ser un muy especial prerrequisito indispensable para lograr posteriormente todo lo demás que necesitamos; que considero debería comenzar por dar respuesta positiva a la necesidad de desarrollar una República en la que quepamos todos, como la soñó José Martí con todos y para el bien de todos. Además en mi muy especial criterio, dentro una sociedad socialista no alcanzada realmente hasta el momento: inclusiva, participativa, de derecho y democrática. En definitiva para ello será necesario cambiar todo lo que deba ser cambiado sin exclusiones de ningún tipo ya sean de procedimientos, recursos e inclusive personas detenidas en el tiempo que tanto daño están haciendo al país y al proceso sociopolítico. 

-Abrir las posibilidades económicas imprescindibles para lograr un desarrollo económico-social aceptable y sostenible, mediante un proceso realmente eficiente, eficaz y sin burocratismo, autoritarismos, ni corrupciones, que agilice los pasos y cambios necesarios para desarrollar una economía próspera y sustentable de equidad distributiva y justicia social, cargada de oportunidades para todos sin exclusiones onerosas, con muy especial énfasis en favorecer las actividades de los emprendedores capaces de enfrentar el futuro con creatividad y honradez. En mi criterio, para ello será imprescindible el desarrollo y la aplicación generalizados de las nuevas tecnologías del Siglo XXI como son entre otras que sería muy extenso relacionarlas, especialmente la digitalización y el más pleno acceso a la internet para todos también sin exclusiones onerosas. 

Contimúa… 





Sin Renacimiento Espiritual 3… y final 

-Enfrentar y rechazar consecuentemente las manifestaciones revanchistas, los rencores y los odios de que algunos parten desde uno y otro bando, con lo cuales no se podrá desarrollar una paz constructiva que nos conduzca hacia un mejor futuro posible. 

-Estar muy alertas de las tendencias fascistas, pro imperialistas, de capitalismo explotador y salvaje e incluso de racismo y xenofobia que nos acechan externa e incluso internamente; las que saben disfrazarse con colores, globos, afeites y promesas engañosas que nunca se cumplen. 

-Interpretar adecuadamente todo lo alcanzado por el proceso sociopolítico cubano que nunca debería perderse y deslindarlo de sus errores, deficiencias así como de las centralizaciones y autoritarismos; para que por no hacerlo, después no tengamos que arrepentirnos tal y como le ha sucedido a algunos pueblos en la contemporaneidad que transitaron del socialismo a un capitalismo sin justicia social cargado de recortes y restricciones 

Finalmente considero muy importante también que en la concertación de todos los cubanos, estemos en donde estemos, y más allá de cualquier filiación política de derecha, centro o izquierda, comprendamos con nobleza de espíritu que nos encontramos compelidos por la Historia a hacer realidad y que se cumplan las palabras proféticas de lo que según Fidel debe ser el concepto ético concreto de lo que es Revolución, visto más allá de partidismos de cualquier índole que sean. Cito: “Revolución es sentido del momento histórico; es cambiar todo lo que debe ser cambiado; es igualdad y libertad plenas; es ser tratado y tratar a los demás como seres humanos; es emanciparnos por nosotros mismos y con nuestros propios esfuerzos; es desafiar poderosas fuerzas dominantes dentro y fuera del ámbito social y nacional; es defender valores en los que se cree al precio de cualquier sacrificio; es modestia, desinterés, altruismo, solidaridad y heroísmo; es luchar con audacia, inteligencia y realismo; es no mentir jamás ni violar principios éticos; es convicción profunda de que no existe fuerza en el mundo capaz de aplastar la fuerza de la verdad y las ideas. Revolución es unidad, es independencia, es luchar por nuestros sueños de justicia para Cuba y para el mundo, que es la base de nuestro patriotismo, nuestro socialismo y nuestro internacionalismo.” 






Cuando comienza el 2017, me atrevo a esbozar como mis criterios propios, estos aspectos básicos para el futuro; porque considero que en el 2017 con sus retos y amenazas que debemos enfrentar los cubanos, será decisivo tomar muy en cuenta las opiniones y propuestas de quienes las planteamos con objetividad crítica y reales deseos de marchar hacia adelante en el desarrollo, la equidad, la paz y la justicia social. Así lo pienso y así lo expreso en mi derecho a opinar con mis respetos para el pensamiento diferente y sin querer ofender a nadie en particular. Feliz Año Nuevo 2017 para todos. 

Publicado en el periódico Por Esto de Mérida, Yucatán, México, Sección de cultura, el jueves 5 de enero 2017 


http://www.poresto.net/ver_nota.php?zona=yucatan&idSeccion=33&idTitulo=530212 

patriaesvirtud dijo... 

Sigo aprendiendo mucho con la lectura del blog. 

El asunto no está en que gente capaces, y responsables, se refieran al tema del centrismo o tercera vía como un peligro real que nos acecha, habría que ver incluso si todavía los tanques pensantes del imperialismo le siguen llamando de esa manera o si ya está manejando otros procederes. Insisto es necesario que se tenga personas inteligentes que estudien esos peligros y ayuden en definir estrategias. 


Esas personas talentosas, cultas y revolucionarias jamás utilizarán sus ideas para desacreditar o parametrizar. Si son de verdad revolucionarios jamás lo harán, al contario utilizarán sus ideas para alertar, para atraer, para convencer. Y como están preparados son capaces de descubrir al verdadero contrarrevolucionario, incluso dentro de algunos de aquellos que dicen ser todo lo contrario. 

El problema está cuando la burocracia pretende utilizar estas ideas en su bien propio, dándole ropaje de campaña, para luego armar un proceso de descrédito blandiendo como arma una parametrización, que les permita sacar del camino a todo el que le moleste, y muchas veces ni tan siquiera porque les moleste sino para ganar méritos y créditos. Y eso desgraciadamente lo hemos vivido antes (sabiamente rectificado) y todo indica que se pretende vivir ahora. 

Sume a lo anterior algo que hoy me dijo un amigo filósofo, doctor y profesor de esa ciencia, el riesgo de que nuestra Revolución llegue a ser raptada por lo mediocres. 

Gente que por algún motivo llegan a tener algún reconocimiento, o han hecho algo en bien de nuestro proceso, o han recibido algún cargo o responsabilidad, y sin más historia, ni experiencia, ni cultura, se convierten (o son convertidos por algunos rasputines, iguales de mediocres) en supuestos albaceas medievales de lo más puro de nuestras ideas revolucionarias. Algunos llegan a creérselo y otros juegan su rol oportunista. Pero todos mediocres de cultura, de espíritu, de ideología. 

Ya vemos como algunos “impertinentes” están siendo marcados como “centristas”, ya veo que intentan meter en ese saco a Silvio. Lo han hecho con Esteban Morales, parece que una historia parecida es la de Julio Fernández Estrada, y de seguro hay más ejemplos. 

Se atreven a crear un término y hasta lo intentan conceptualizar teóricamente, el “neo contrarrevolucionario”. ¿Qué es eso? ¿Para qué sirve? El contrarrevolucionario lo es y ya. 

Pueden existir revolucionarios confundidos, como quizás hayan contras confundidos, ¿pero neo? 

Ahora resulta que, e insisto en ello, como es muy duro (y se corre el riego de tener serios problemas) quitarse del camino a alguien tachándolo de contrarrevolucionario pues remedio santo ahora le ponemos neo. Evitando ser vulgar, esto me parece una gran cantidad de puro bello púbico. 

Existen patriotas y apátridas, revolucionarios y contrarrevolucionarios

Existen patriotas y revolucionarios que pudieran estar confundidos. A esos se les atrae. 

Pero, ojo, el revolucionario cuestionará, criticará, luchará para que su Revolución sea cada día mejor. El revolucionario quiere participar en su Revolución, es su derecho, es su obligación. Eso no se debe interpretar con estar confundidos, muchos menos con “centrismos”. 

Hay una cosa que me viene llamando mucho la atención alrededor de este movimiento sobre el centrismo, tercera opción, etc. Yo me muevo mucho, hablo mucho con la gente, en especial con los jóvenes, y es este un tema que no veo en el debate diario. No lo siento en la calle. El pueblo está en sus rollos del día a día. 


patriaesvirtud dijo... 

Nuestro pueblo tiene una muy buena formación política. Nuestra gente saben dónde hay contrarrevolución y la rechaza. Pero nuestra gente, por su formación, enseguida reconoce al fantoche, al oportunista y los aguanta hasta un día 

Nuestro pueblo no tiene que ser convocado cuando es necesario defender a la Revolución, se mueve enseguida inspirado en sus ideales. ¿Qué pasó cuando en julio del 2006 nos anunciaron la enfermedad de Fidel? ¿Qué ocurrió el pasado fin de noviembre, inicios de diciembre?. ¿Qué van a decir los parametrizadores cuándo algunos de esos supuestos “neo” den la vida por nuestro proceso? ¿No hemos ya vivido penosos ejemplos? 

Una pregunta ¿No estarán los imperialistas brindando en estos tiempos con esta “campaña”, y las parametrizaciones que ya la misma ha creado?. Imagino aquellos en la CIA que tienen el encargo de acabar con la Revolución cubana observando con interés y alegría lo que está ocurriendo. 

Un consejo que me atrevo dar. Todo aquel que se sienta revolucionario y quiera el bien de la patria pues a unirse no a dividirse. No pretendan debates intelectuales a la distancia. La Habana es grande pero no tanto, búsquense, hablen, quizás un concierto por los barrios pueda ser un buen lugar y momento. 

Otro consejo que me atrevo dar. Como Silvio no los recuerda en “Sueño con serpientes”, en su introducción con el poema de Brecht; existen los imprescindibles, respetémoslo. Si usted ha hecho algo, incluso de infiltró en las filas del enemigo, usted es muy bueno, pero le falta quizás mucho para ser imprescindible. 

Tenemos 5 hermanos héroes, que son imprescindibles. Cuando llegan a un lugar llenan los espacios, su historia los acompaña, pero más que ello sus palabras, he visto como los jóvenes les escuchan; nunca los he visto parametrizando. 

Y un último consejo que me sigo atreviendo dar. Siempre existen provocadores, presiento que algún o algunos rasputines están usando este debate para propiciar la provocación y aprovecharse de los extremos que puedan surgir. No todos los que hablan sobre el peligro del centrismo son provocadores, o parametrizadores, o algo por el estilo, la mayoría no lo son. No todos los que se oponen a esta campaña son provocadores, parametrizadores, o “neo”, la mayoría no lo son. Todos quieren el bien de la patria por eso invito a unirse y a no dejarnos arrastrar por lo provocadores. 




Silvio dijo... 

Félix, en general (y en soldado raso) me parece que soy un poco más optimista que tú. "Opino --citando a Fernando Martínez Heredia--, que este país todavía es muy superior a sus circunstancias". Yo también estoy por la unión, pero de lo que vale la pena unir y de quienes lo deseen, partiendo de un respeto total a nuestra soberanía y voluntad socialista. Creo que nos debe guiar un espíritu de paz, sin olvidar la defensa, mientras persista la hostilidad de poderes tan grandes. Saludos9 de julio de 2017, 22:10


Silvio dijo... 

Duende, lo que dijiste sobre las características del cubano y de lo poco que prendería en él un centrismo, coincide con la visión nuestra que da "Por los caminos de la mar" (Nosotros, los cubanos) de nuestro hermano Guillermo Rodríguez Rivera. También veo a Guillermo en parte de lo que dice Patria es virtud. Al cubano no lo puede mandar cualquiera, necesita ejemplo, actitud personal antes que muela. Cuando hablaste de mi, no era necesario abundar tanto. Yo fui haciendo cosas como las hicieron millones de cubanos, no me parece que mi trayectoria sea especial y muchísimo menos ejemplar. En cualquier caso, gracias.9 de julio de 2017, 22:40

Silvio dijo... 

A través de una amistad, me llega este lúcido enfoque del poeta, periodista y editor villaclareño Ricardo Riverón Rojas: 

Ayer mismo terminé de leerme "Socialismo traicionado", de los norteamericanos Roher Keeran y Thomas Kenny, sobre las causas que motivaron la desintegración de la URSS y el desmontaje del socialismo. Es uno de los análisis más lúcidos que he leído. Las similitudes espantan, y así lo hace ver en el prólogo Ramón Labañino. 

Se citan entre las causas, expuesto ahora grosso modo: 

1. La presencia de una segunda economía (no estatal) legal o ilegal que dio origen a una clase con poder económico superior al del estado en materia de satisfacción de necesidades. 

2. Las instituciones de poder (léase partido y gobierno), pese a disfrutar de prebendas, transaron con la segunda economía, lo que condujo a corrupción generalizada. 

3. La clase surgida de esa segunda economía, por supuesto que no profesaba, ni deseaba, un estatus ni un pensamiento socialista, pues su fin es la obtención de ganancias. Esto la situó, en el mejor de los casos, en una plataforma socialdemócrata, y finalmente en el pensamiento neoliberal. Este sector aportó la base social para la contrarrevolución que concretó la catástrofe. 

4. Como la lejanía entre la verdad oficial (dada por los medios) y la realidad era tan abismal, al activarse la glanost (libertad de expresión) esta al principio comenzó a cuestionar el sistema en nombre del socialismo y terminó destruyendo sus bases históricas y sus objetivos paradigmáticos, con un discurso agresivamente procapitalista. Fue la bomba de profundidad que hizo los peores estragos. 

5. Un sector importante de la intelectualidad (no solo escritores y artistas, sino también economistas, sociólogos, filósofos), opuestos al discurso reiterativo y distanciado de la realidad, profesaban un pensamiento socialdemócrata, además de que demandaban un cambio, solo que no sospechaban cuan lejos iría. 

5. Ganado por el discurso de la derecha mundial operaba una lógica nefasta que le permitía al capitalismo compararse con su propio pasado para expresar sus avances a la vez que obligaba al socialismo a compararse con sus ideales, una buena parte no realizados. Esa esfera involucraba temas como los derechos humanos y la libertad de expresión (manejados de un lado y otro con logros e incumplimientos) y condujo finalmente a que se centraran en la comparación de las bondades de un sistema versus las del otro. El socialismo perdió, como sabes. 

Hasta aquí mi reseña de lector simple, no de científico social. 

(continúa...) 




Silvio dijo... 

(Continuación y fin) 

Creo que lo que les sucede a quienes han acuñado para la intelectualidad cubana viva y actuante hoy la fatal etiqueta de "centristas" es que le temen (no sin razón) a lo que he descrito en los puntos 4, 5 y 6. Se van a la extrema izquierda, y su actitud defensiva sitúa a los otros en la de ofensores. Quizás se sientan caballeros templarios de esta causa, pero ignoran que se trata de pensadores que se expresan sin el apoyo de una glasnost incontrolable, que la mayoría ha dado pruebas de su fidelidad, y que los retrocesos, en el plano objetivo, en materia del socialismo nuestro (podríamos vincularlos con los puntos 1, 2 y 3, pero no solo con ellos) se vienen derivando de medidas tomadas desde arriba, no por posiciones ni discursos de los intelectuales. 

Es cierto que hay oportunismo en una prensa opositora que se ceba en lo que no dice la oficial y la usa con ánimos destructivos. Pero los intelectuales revolucionarios también quieren aterrizar a los medios en nuestra realidad, con ánimos de aportar a la construcción socialista en medio de la confusa y ambigua situación que vivimos donde el discurso reafirmativo no puede ocultar el poco avance de las medidas de ajuste, unidas al abandono de ciertas políticas de beneficio social y protección a los más desprotegidos. 

La madurez de nuestros intelectuales permite que ese debate se de sin traumas. Los que se creen la izquierda pura disponen de los medios masivos y tienen el respaldo de toda la oficialidad que los sustenta. Los que hablan desde las posiciones que ellos califican de centristas solo disponen de medios especializados, o alternativos. La pelea es de león contra mono. Pero tengo la certeza de que el dogmatismo, la descalificación y la devaluación de la opinión del otro no se impondrán, como en quellos grises años tantas veces reseñados. 

Coincido con Silvio, Aurelio y Zaida. No creo que nadie deba permanecer indiferente ante esta embestida. 

Ricardo Riverón Rojas 


Elier dijo... 

La verdadera pelea león a mono siempre ha sido contra la oficialidad que reproducen los medios hegemónicos del capitalismo. La pelea de Cuba y de los revolucionarios cubanos siempre ha sido asimétrica. ¿O es que el mundo a cambiado? ¿Será que ahora las plataformas sobre las que se debate -como Cuba Posible-, que son las que verdaderamente disponden de recursos ilimitados para sembrar matrices de opinión, son los alternativos? Sinceramente me parece un chiste cuando se habla del regreso del Quinquenio Gris, o de fenómenos que por suerte extirpamos de nuestra cultura y que no solo no compartimos, sino que precisamente jamás permitiremos que vuelvan porque sería traicionar el espíritu y la letra de las históricas Palabras a los Intelectuales de Fidel, pero también nos queda claro que el principal derecho de una Revolución es a existir, a defenderse.10 de julio de 2017, 8:59

Elier dijo... 

Celebro que Aurelio Alonso se haya referido al texto que envié a Granma, con la intención que no pasara inadvertido un aniversario más de un acontecimiento histórico que marcaría el destino de la política cultural de la revolución cubana: las palabras de Fidel a los intelectuales el 30 de junio de 1961, y que ello lo haya motivado a escribir. Ya en ese sentido el trabajo cumplió el objetivo. También aplaudo que haya sentido que se hayan quedado cosas por decir, como lo ocurrido durante el llamado “Quinquenio Gris” y que lo resolví con muy pocas palabras cuando señalé que en “la década del 70 hubo distorsiones y errores”. Como sucede en este tipo de textos, que pretenden ser una síntesis siempre quedan cosas por decir y no solo las que le pareció a Aurelio. Mucho más se podría decir de palabras a los intelectuales y lo que luego ocurrió hasta el presente mismo, en la política cultural de la revolución, pero en este caso se trata de un artículo, no un libro o una investigación histórica. 

Un artículo, que como se aclaró en una nota al texto fue una introducción a un libro mucho más amplio que compila numerosos textos de intelectuales cubanos haciendo un análisis sobre la históricas palabras de Fidel. Libro, donde por cierto, está también el texto publicado en Punto Final, pero también en Juventud Rebelde, por Aurelio Alonso. No creo que tampoco en tres párrafos como los que dedicó Aurelio Alonso al tema del Quinquenio Gris, esté todo dicho, creo este tema no se resuelve con unas líneas de más, hace falta mayor profundidad y problematización. Pero insisto, el texto no tenía la intención de profundizar en el Quinquenio Gris, sino en el contexto y la importancia que tuvieron las palabras de Fidel a los intelectuales ahora que han transcurrido 56 años. El lector, sobre todo un lector avezado, no deja de estar sugestionado a la hora de leer y siempre lo hace queriendo encontrar lo que él mismo hubiera escrito, lo que le parece que no puede dejar de mencionarse o lo que considera hay que profundizar, he tenido esa experiencia en varios tribunales de licenciatura, maestría o doctorados. ¡Qué bueno que Aurelio satisfizo su deseo con esta nota que ahora publica¡ 


Elier dijo... 

Y por cierto, a partir del debate que continúa sobre el “centrismo” me gustaría citar unas palabras del propio Aurelio en el texto que en el 2011 dedicó a Palabras a los Intelectuales: 

“En una Mesa Redonda Informativa dedicada a las Palabras…el 29 de enero de 2001, Roberto Fernández Retamar recordaba haber hallado una resonancia martiana en “Con todos y para el bien de todos”, el discurso de 1891, pronunciado por Martí en Tampa, en plena campaña revolucionaria. Acudo a esta cita porque ella precisamente, extraída de su contexto, se ha visto manipulada hoy para oponerla al tramo final de la frase de Fidel: “contra la Revolución, nada. Fernández Retamar apunta que el del Maestro “ es un discurso englobador, pero cuando se lee con cuidado se ve cómo Martí también excluye de ese “todos” a quienes podríamos llamar “recalcitrantes”, para utilizar el término de que se valió Fidel”. 

No hay que pasar por alto que “el bien de todos” es de todos menos de quienes actúan por convertirlo en propio, en detrimento de otros. Advierte Martí, en el mismo discurso, sobre “la mano de la colonia que no dejará a su hora de venírsenos encima, disfrazada con el guante de la república. ¡Y cuidado, cubanos, que hay guantes tan bien imitados que no se diferencian de la mano natural¡”. 

Parecen palabras del Apóstol dichas para hoy, cuando los descendientes en su espíritu del autonomismo y el anexionismo del siglo XIX, que tanto Martí combatió, usan máscaras y disfraces aún más elaborados. 

Por otro lado no coincido con Aurelio, cuando dice: “Nuestros historiadores, que no son pocos, se detienen en 1959 como si un muro les impidiera ir más allá”. Me parece una afirmación muy absoluta. Creo que muchos de los historiadores cubanos -entre los que me encuentro-, no pueden estar de acuerdo, cuando precisamente nuestra principal labor se ha concentrado en el período que comienza después de 1959, pasando muchas más dificultades que los que se dedican a las etapas precedentes, pues siempre ha sido más difícil investigar y escribir sobra la etapa más reciente. 

Decir que aun tenemos una gran deuda con ese período es otra cosa, pero la etapa posterior a 1959 no está desierta, se harían muy extensas estas líneas si comenzara a nombrar los libros, ensayos, artículos que han escrito nuestros historiadores, y no solo ellos, pues es una responsabilidad compartida con otras disciplinas de las ciencias sociales. 





Silvio dijo... 

Recibo un correo de Iroel Sánchez que dice: "He escrito esto. abrazo" 

Supongo que es para que lea lo que ha escrito (con sus habituales corta-y-pega), pero inmediatamente lo traigo aquí porque, aún sin leerlo, sé que tiene que ver con lo que está pasando en Segunda cita desde hace dos entradas. Todo esto tiene mucho que ver con Iroel, aunque no con él solo. 



Laidi Fernández de Juan dijo...

Ay, Géminis!

Ya no solo tenemos doble moneda, y muchos padecen de doble moral. Ahora se incorpora la doble crítica, el doble asedio. La duplicidad no hace más que dañarnos, como resulta evidente. Por un lado, los reaccionarios de siempre, acusan a Silvio y a su inmensa tropa de seguidores de “oficialistas”, mientras que los ultraultra, lo (nos) consideran “centrista”, eufemismo tras el cual se esconde la repugnante posibilidad de pretender el anexionismo. La prensa permitida, como bien señala Riverón, prioriza a quienes proclaman una especie de bastión irrebatible, dando supuestas lecciones acerca de qué se debe hacer y qué no. Algunos llegan al colmo de expresar “no hay nada más que hablar”, mientras otros afirman que toda crítica que cuestione los principios de nuestra sociedad, es contrarrevolucionaria. Y lo dicen así, sin disimulo. Zaida se alza, Vicente también, René, Silvio, Aurelio, varias voces (debían ser más, acoto) no adoptan postura sumisa, y desde DENTRO intentan señalar errores, disconformidades. Justamente porque creen (creemos) en la validez de un proceso que ha costado enormes sacrificios, tenemos el derecho, o más bien el deber, como dice Zaida, de cuestionar, de indagar, de proponer. Estoy harta (y hablo en singular) de las arremetidas contra periodistas que no hacen más que reflejar verdades, como Harold Cárdenas y Fernando Rasvberg. Me preocupa muchísimo que en lugar de volver a la antigua esperanza, como dijera el poeta, enfrentemos una nueva oleada de pretendidos acallamientos, atiborrando al pueblo con tediosos artículos, muchos de los cuales resultan incomprensibles. Solo queda grabado (más bien demonizado) el término “centrista” como el nuevo Satán a perseguir. En lugar de teorizar tanto, lo que debe hacerse (aquello que reclama nuestro esfuerzo inminente), es ampliar el horizonte sin que ello implique renuncia de ninguna índole. Cuando decimos, por ejemplo, que hay que visibilizar la violencia contra la mujer, contra los animales, denunciar el férreo burocratismo que nos azota, y la corrupción que nos mina el piso, estamos haciendo revolución. Cuando pedimos un sistema electoral más coherente con nuestras libertades, hacemos revolución. Cuando batallamos contra la discriminación racial o por diferente orientación sexual, contribuimos a mejorar la imagen que merece Cuba. Nos dañan más el triunfalismo y el secretismo que una beca extranjera. El divorcio entre el discurso y el accionar es gravísimo; anunciar aperturas y censurar al mismo tiempo; arremeter contra medios digitales donde colaboran cubanos(as) que hablan desde aquí, donde viven, es malintencionado. No es posible anunciar con bombo y platillo la promesa de “seremos inclusivos, abiertos”, y criticar a quien sea inclusivo, abierto. Los peligros de la banalización, del resquebrajamiento de nuestra identidad, de la corruptela, y de la pérdida de valores morales, han dejado de ser una posibilidad, para convertirse en la cruda realidad que vivimos. Trabajemos juntos, pues, en aras de salvaguardarnos. De los extremos, líbranos, Señor.

10 de julio, 2017. Laidi Fernández de Juan.



Silvio dijo...

Creo que las llamadas Palabras a los intelectuales, de Fidel, trascienden el momento en que fueron dichas por dos causas: 

La primera es por su noble e indiscutible mérito propio: por la genialidad de Fidel de reunirse con la crema y nata de nuestros escritores y artistas de entonces, y por tener la valentía de decir "¿Qué sabemos nosotros? Aquí todos estamos aprendiendo: ustedes y nosotros..." (la cita no es literal, pero eso dijo, y se estaba refiriendo a la experiencia revolucionaria recién inaugurada, a la realidad de Cuba en aquellos momentos).

Pero aquellas palabras sabias y trascendentales, dichas apenas unos meses después de derrotada la invasión por Giron y con plena conciencia de que la Revolución tendría que enfrentar un largo rosario de agresiones, también han trascendido por una razón menos amable: por haber querido ser usadas como mordaza por los extremistas de turno.

Fidel apelaba al derecho de la Revolución a defenderse, como en aquellos mismos días lo había hecho en las arenas de Girón, como tuvo que hacerlo durante toda aquella década de supervivencia y aún después. Pero los torquemadas de turno son algo diferente. Suelen sentirse con la autoridad de Fidel y confunden su horita de gloria con aquellos momentos. 

Debieran pasar un tiempo en África profunda, o aprendiendo en las calles de Caracas lo que es defender una Revolución. Experiencias de ese calibre les ayudarían a sentar los pies en la tierra y a dejar tanta arrogancia y bobería. Acaso después de ese fogueo fueran más convincentes.10 de julio de 2017, 10:28


Silvio: 

Gracias por enlazar mi texto. Lamento con profundo dolor tus palabras porque siguiendo tu ejemplo y el de mi padre me fui, como cientos de miles de cubanos, a África profunda. No digo más, solo que nada que digas sobre mi hará que opine sobre ti algo que no parta del respeto y la admiración.

Un abrazo


Jorge Gómez Barata dijo...


Emilio. A reserva de que luego escriba algo más completo, Silvio tiene razón. La Revolución Cubana: el Moncada, el Granma y la Sierra, luego las milicias, la alfabetización, Girón y otros procesos, en su conjunto forman el movimiento político más plural e inclusivo en la historia de Cuba, entre otras cosas porque no tenían matrices ideológicas sino políticas, sociales y nacionales. Se trataba de derrocar a Batista, restablecer la democracia y entronizar la justicia social (ver La Historia me Absolverá). Luego, por razones conocidas, aunque pocas veces expuestas, el proceso se complicó y tomó otros caminos. En ello hubo dos hechos conocidos: (1) la desmesurada agresividad norteamericana y (2) la asistencia soviética. Al margen de fenómenos, acciones y decisiones concretas derivadas del fragor de la lucha, las primeras expresiones de sectarismo a pulso, vinieron de un sector de los comunistas, encabezado por Aníbal Escalante. Siempre he pensado que en ello algo tuvieron que ver los hermanos soviéticos cosa que Fernando Ravelo alude es su entrevista con Luis Suárez recién publicada. 

Fidel resolvió aquello y regresó a la pluralidad conduciendo la construcción del Partido mediante asambleas de obreros ejemplares donde apenas existían exclusiones. Los investigadores irán poniendo cada cosa en su sitio y nos contarán por qué en nombre del “ateísmo científico” se asumieron aquellas terribles posiciones frente a los creyentes, de dónde salió la homofobia institucionalizada y otros fenómenos negativos, entre ellos las exclusiones ideológicas. En los últimos años, de la mano de realidades y hechos de enorme trascendencia como el colapso de la URSS y del Socialismo Real los enfoques han ido cambiando y actualizándose. De ese modo en casi todos los campos, la tolerancia ocupa el lugar de la intransigencia, incluso en los de la política. Así aparecen puntos de vista e incluso corrientes en el sentido de gente que se agrupa a partir de ideas compartidas y, favorecido por las nuevas tecnologías tiene lugar un intercambio, incluso algunos debates en los cuales obviamente todos no tienen la razón todo el tiempo, lo cual casi nadie procura.

El problema comienza cuando alguien se cree en posesión de la verdad y descalifica, ofende e incluso amenaza como no hace mucho ocurrió con Ravsberg. Por ese camino se llega las ofensas y a las etiquetas. La de “centrista” es una de ellas. No está mal que se diga y yo mismo no me ofendo cuando se me endilga porque en el espectro político el centro existe y es ocupado por aquellos que por sus experiencias o sus lecturas o ambas cosas, se apartan de los extremos y creen que la verdad es mezcla. La idea de mezclar eso con el autonomismo y el plattismo es, como dice Silvio, “infantil”, ridícula y peligrosa porque puede dar lugar a acciones prácticas. No sería la primera vez. Otro término es el de “reformista”. Si alguien quiere reformar algo para hacerlo mejor, ¡Que lo haga! ¿Por qué no? En cualquier caso, es preferible al inmovilismo. Si alguien cree que el socialismo mejora cuando introduce comportamientos plurales, dosis de mercado y de “sector no estatal” y si cree que con más democracia avanzamos; es mejor que lo diga y lo defienda. En su tiempo el Che, Carlos Rafael, Alfredo y el propio Fidel debatieron acerca de multitud de asuntos sin enemistarse. Resucitar la intolerancia es definitivamente una mala idea. 

Me parece magnifico que Silvio haya salido a la palestra, él no puede ser cuestionado porque desde hace décadas escribe lo que piensa en forma de canciones, y últimamente en prosa, nadie puede tampoco apartarlo ni excluirlo; otros son más vulnerables. Me gustaría llamar al intercambio enriquecedor y a adoptar el precepto muchas veces invocado: “No comparto su idea, pero defiendo su derecho a exponerla”. Pensar no es un derecho sino una propiedad de la “materia altamente organizada”, es decir "el cerebro” Lo que es un derecho es “Pensar diferente”. En fin, que se abran aquellas “cien flores” y que nadie se preste para desmochar noventa y nueve. Saludos. 

Barata10 de julio de 2017, 11:19

Camilo Pérez Casal dijo...

Se ha hecho evidente en el debate actual que lo que se cuestiona no es el “centrismo” (rótulo impreciso) sino la existencia misma de cualquier criterio que difiera al “establecido” por sus cuestionadores. Estos mismos que jamás veremos cuestionar lo que la inmensa mayoría de nuestro pueblo se pregunta sobre temas nacionales. La revisión de todo es consustancial a los cambios que ya se iniciaron –guste a unos y a otros no– y con ella se mantendrá, reformará o anulará lo que sea necesario. Es muy lógico que los debates incluyan posiciones enfrentadas, lo que es ilógico es que, diciendo defender el bien común, se desee la inexistencia de la posición contraria y que, para lograrlo, se acuda hasta a la censura. El día a día impone con tozuda impertinencia los temas que verdaderamente importan a los de a pie, y por mucho que se intente silenciarlos afloran. No son con comisiones de candidatura que acarrean resultados eleccionarios inesperados y hasta indeseados, cuadros confiables pero proverbialmente incapaces, burocracia propensa a corruptelas de poca monta, versiones interesadas y sesgadas de nuestra historia reciente, y el ninguneo de los criterios disonantes, que se resuelven los problemas de nuestra viabilidad como nación. Las circunstancias en que transcurren nuestras vidas no son las mismas que las de ayer, tampoco mejores ni peores, son las que son. Desde que iniciamos nuestro camino como cubanos siempre hemos tenido que ir cuesta arriba y mañana y pasado mañana será igual. Por tanto, esas circunstancias –que algunos prefieren resumir con inscripciones como “fortaleza sitiada”, “parlamento en la trinchera”, “bloque económico comercial y financiero”, entre otros– no deben esgrimirse para dejar de estudiar, analizar y discutir –pública y democráticamente– sobre los problemas y las vías de solución de nuestro socialismo. Quien debate necesita no solo que se le reconozca el derecho a opinar, necesita también y sobre todo que sea respetada su voluntad en las decisiones, incluso cuando sea minoritaria. Lo concreto es la unidad en la diferencia. Me sumo, Silvio, a quienes ven con preocupación la extensión del irrespeto de la ley, la falta de cumplimiento de mecanismos instituidos de justicia, el exceso de discrecionalidad en la actuación gubernamental y su poca transparencia, el incremento del verticalismo y el voluntarismo, el deterioro de valores cívicos, culturales y educativos, y todo lo anterior unido al aumento incesante del empobrecimiento de nuestro pueblo, que ha obrado ya tantos sacrificios en la defensa de su dignidad y soberanía. Ni el cipayismo ni el gattopardismo van a sacarnos de la crisis, más bien ambos viven a costa de ella. Lo nuevo ignora estos extremos. Tarde o temprano el cambio se impondrá, es inexorable, y si no abrimos la discusión y control popular sobre los temas esenciales, el resultado puede que nos sorprenda y no sea el deseado. Rendir cuentas al ciudadano, servirle y obedecerle, es la razón de ser de la revolución, lo contrario son falacias. Como una inscripción en diamante gravita sobre todos nosotros la ausencia de Fidel, toca a todos y cada uno de nosotros hacer ahora lo que él hacía por nosotros.


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