Por Esteban Morales
UNEAC.
Hace meses que vengo preguntando por los documentos del Congreso. De manera especial por el que todos hemos dado en llamar el de la “Conceptualización”. Y nada, no hemos recibido información alguna. Los militantes de base, tal y como nos han informado que se está llevando adelante el proceso de las discusiones, no vamos a tener más información que la que se publique por Granma, o al final, por lo que se nos diga que fue aprobado.
Ciertamente, considero lamentable, por no decir algo más fuerte, que la militancia de base, nos tengamos que informar de los documentos como se ha programado.
Yo me pregunto ¿Cómo queda la democracia en nuestro partido? ¿Hemos avanzado? ¿Dónde queda lo tantas veces repetido, por la más alta dirección del partido, sobre el cambio de métodos Y estilos de trabajo? Si se van a cambiar los métodos de trabajo, supongo que será para avanzar y no para retroceder, como creo nos está pasando ahora.
No hace mucho, en el contexto de una reunión de mi núcleo del partido, dije, que tal y como lo estábamos haciendo, se trataría de un “Congreso Embotellado”, solo se lo beberían los que estuvieran allí presentes. Ahora rectifico, “Sera un Congreso de Cuadros”.
¿Cuáles son las circunstancias que nos ha llevado a hacer un Congreso como el que vamos a celebrar? ¿Era una cuestión de principios hacerlo en abril? ¿No podíamos haber esperado unos meses más para qué toda la militancia tuviese la oportunidad de conocer y opinar sobre los documentos, antes de llevarlos al Congreso? Debo decir, que no encuentro justificación alguna para que tengamos que cometer el “craso error político”, de celebrar un congreso sin que la masa de la militancia, que considero es el verdadero partido, no hubiese tenido acceso a discutir los documentos que el congreso aprobara. ¿O es que hemos renunciado a ser un Partido Leninista? Cosa que hasta ahora nadie me lo ha dicho.
Considero que los resultados de celebrar un congreso de ese modo, van a ser necesariamente no del todo positivos. La militancia de base está molesta y con razón. Sin dudas porque hemos retrocedido en la democracia partidista, porque hemos desconocido a la militancia de base, que lucha y se enfrenta a nuestros problemas diarios. Que ha dado lo mejor de sus vidas y hasta su sangre por este país, esta Revolución y nuestro partido.
No es que no podamos sentirnos representados en la extraordinaria cantidad de compañeras y compañeros que estarán en ese congreso; creo que todos lo merecen. Pero los militantes de base también tienen el derecho de participar en el congreso y no como delegados, lo cual sería un absurdo. Pero si como voces, que desde lo más recóndito del país, hubieran deseado y desean aun, ver esos documentos, leerlos, pensarlos, dar sus opiniones para enriquecerlos. Y no recibir algo ya aprobado que no puedan tener la posibilidad de cambiar. No creo que haya un militante de base que se pueda sentir contento en cómo será el congreso. Tal vez es una apreciación subjetiva mía, pero mis amplios y continuos contactos con la sociedad cubana, como intelectual, pero también como “cubano de a pie”, que voy al agromerado, monto guagua y camino La Habana, converso con mucha gente en la calle todos los días, me dice eso.
En el congreso participaran una importante masa de revolucionarios, gentes inteligentes y capaces, sacrificadas. Habrá mucho espíritu revolucionario y muchos meritos dentro de ese congreso. Pero fuera del también quedaran cientos, que hubieran podido sentir que el partido cuenta con ellos, por muy humildes que sean, para hacer lo que se hará en el congreso, que será decidir los destinos de nuestro país. Cosa a la cual todos tenemos derecho. O entonces ¿Para qué somos militantes del Partido?
La Habana, febrero 14 del 2016.
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